Aventura y comedia suelen ser dos ingredientes que combinan bastante bien juntos. La ciudad perdida es un buen ejemplo de ello, con la pareja Sandra Bullock / Channing Tatum como protagonistas haciendo gala de un gran sentido del humor.
Loretta Sage (Sandra Bullock) es una autora de novelas románticas que vende ejemplares como churros, pero que ahora que llega a la mediana edad, no está satisfecha con su vida y busca un cambio después de sacar a la venta su último libro que, por supuesto, se convertirá en un éxito de ventas.
Esa almohada cervical tiene una historia... ... y ese vestido, también |
Alan (Channing Tatum) es un modelo masculino, con bastante poco cerebro, que es la imagen del protagonista de las novelas de Loretta, de todas sus portadas, en poses más o menos ridículas, y de los sueños húmedos de muchas aficionadas a las novelas de Loretta.
Ambos se verán envueltos en una aventura totalmente inesperada, en una isla envuelta en vegetación en la que se supone que se encuentra una ciudad perdida que contiene un artefacto que busca Abigail Fairfax (Daniel Radcliffe),multimillonario bastante peculiar. Loretta será raptada por Abigail, que está convencido de que en la obra de la autora hay más realidad de lo que parece y que podrá ayudarle a desbloquear la investigación en campo que ha llegado a un punto muerto.
Al desaparecer Loretta, Alan se ve impulsado a ir en su busca, buscando la forma de acercarse al héroe de acción que ha encarnado durante años.
También hay explosiones |
A partir de esta premisa, varios minutos de frenética actividad salpicado de malos entendidos y escenas que rayan el surrealismo. Como apoyo, las actuaciones de los actores que aportan una comicidad que en algunos casos no se esperaba (la actuación de Daniel Radcliffe como millonario ido de la olla me ha parecido bastante buena y me he reído con él).
Para el recuerdo, el cameo extendido de Brad Pitt como Jack Trainer, una especie de agente secreto que de una forma bastante particular consigue llegar hasta ellos y rescatarlos (esa escena de explosiones sin fin mientras Brad empuja un carrito de supermercado en el que va sentada Sandra, es bastante no sé....).
Mientra tanto, entre chorradita y chorradita que te hacen sacar una sonrisa o una carcajada (la escena de las sanguijuelas, por ejemplo), la relación entre Alan y Loretta deriva a terrenos inexplorados, pero no inesperados porque, al fin y al cabo, esto es una comedia romántica de aventuras.
Y, no menos esperado, abrimos los ojos con fingida sorpresa cuando resulta que la realidad y la ficción se entrecruzan y lo que Loretta ha plasmado sobre el papel tiene un deje de realidad que sobreexcita la ya de por sí sobrecalentada excitación de Abigail Fairfox, al que se le cruzan los cables, hacen cortocircuito y se le va la pinza de forma definitiva.
Un poco sí que se les va la pinza |
¿El final? Pues el que se espera. ¿Cuál si no? La peli es honesta y coherente de principio a fin y acaba como tiene que acabar: bien. Hay gente que se muere, claro, pero prescindible. Ninguno de los importantes. No sea que facture lo suficiente para justificar una segunda parte.
Diría que, en ocasiones, la cinta no se toma en serio a sí misma. O que, sabiendo lo que hay, ofrece lo que tiene que ofrecer: casi un par de horas de entretenimiento blanco, apto para todos los públicos. La ciudad perdida cotiza hoy a un digno 6,1 en imdb. A lo mejor le pondría un poquito más, 6,5 o así, para recompensar la transparencia de la ofrenda.
Y Sandra Bullock, pasados los cincuenta, sale revalorizada como actriz de comedia, décadas después de sus primeras incursiones en el género. Aunque me parece que La ciudad perdida saca varios cuerpos de ventaja a Miss agente especial y su secuela. En el caso de Sandra se podría decir que no todo tiempo pasado fue mejor y que vivir el presente es lo adecuado.
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