11 de noviembre de 1918. Finaliza oficialmente la Primera Guerra Mundial, la Gran Guerra o la Guerra de las Guerras.
Tal fue el despropósito, tal el horror en los campos de batalla de Europa, que muchos pensaron que sería la última Guerra de la Humanidad. Los errores cometidos fueron muchos, las carnicerías debidas a ellos fueron innumerables. Verdún, Somme, Gallipolli, son algunos de los nombres que resuenan en la memoria. Largas trincheras donde los hombres sobrevivían como podían; cargas de innumerables masas de carne que eran segadas al son del tableteo de las ametralladoras; miseria, hambre y fango...
Apareció el tanque, el avión se convirtió en algo más que una herramienta de reconocimiento y los aviadores fueron los últimos caballeros andantes. Pero también se utilizó masivamente el gas...
Millones de combatientes murieron. Las fronteras de Europa cambiaron por completo. Desaparecieron tres imperios (alemán, turco, austro-húngaro). Los Habsburgo y los Romanov dejaron de ser dinastías reinantes en sus países después de cuatro siglos. Los Estados Unidos comenzaron el camino a lo que hoy son...
Pero tras la batalla vino el revanchismo. Lo peor de todo no fue que se vivieron cuatro años de pesadilla, sino que se sentaron las bases del victimismo alemán que en gran medida llevó al poder a Hitler.
Y lo que fue una pesadilla se convirtió en algo menor comparado con lo que habría de venir...
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