domingo, 24 de junio de 2012

Astérix, el galo

Hace poco he tenido la oportunidad de releer la colección completa de álbumes de Astérix, el galo, el personaje creado hace 50 años por René Goscinny y Albert Uderzo.

He podido así recordar grandes momentos de la infancia, de hace más de veinte años, en realidad, porque los leí originalmente cuando todavía no tenía quince añitos. Y he comprobado que las historietas de Astérix mantienen todo el sabor de cuando las leí por primera vez. 

Hay verdaderas maravillas: Astérix y Cleopatra, Astérix y los normandos, Astérix legionario, El combate de los jefes, Astérix en Britania, La cizaña, La residencia de los dioses, El adivino, Astérix en Córcega...

Pero, ojo, todos estos fueron guionizados por Goscinny y dibujados por Uderzo. Tras fallecer el primero, Uderzo se hizo cargo tanto de guión como de ilustración, sin conseguir mantener el nivel. De todos ellos, quizá los mejores sean La odisea de Astérix, La traviata o Astérix en la India. Comparándolos con el resto de los últimos álbumes, por supuesto, porque cualquiera de los mencionados en el primer grupo le da mil vueltas al mejor de los últimos. En los cuales, por cierto, aparecen parodias de personajes reales: Ceroceroseix (Sean Connery) o Espartakis (Kirikiki Douglas)

Podríamos así diferenciar una Edad de Oro de Astérix con una edad crepuscular, en la que nos encontramos. Porque el último álbum hasta el momento, ¡El cielo se nos cae encima! es, con mucha diferencia, el peor de todos. Parece que Uderzo, ya entrado en la ochentena, ha agotado sus ideas (y quizá, las ganas para seguir tirando del carro). 

Lo que no se puede negar es que Astérix sigue siendo una máquina de hacer dinero, sobre todo en el país vecino (dónde, si no), pero también en países como Alemania: parque de atracciones, películas, merchandising de todo tipo...

Ahora parece que se está buscando la forma de estirar el negocio, buscando un sucesor a Uderzo, aún en vida. Creo que es un error. Es mejor dejar que Astérix entre directamente en la Leyenda, que hacer que se arrastre por el fango en virtudo de un puñado de euros (o de la moneda que sea, de aquí a dos meses...).

Pero, ¡cómo olvidar los nombres de personajes, principales y secundarios!: Mamporric, jefe godo; Filatelix, el cartero de la aldea; Prorrománix, el jefe rival de Abraracurcix en El combate de los jefes; Homeopatix, cuñado de Abraracurcix; Ahivá, el fakir, de Astérix en la India; Caius Coyuntural, el economista de Obélix y Compañía; Ocatarinetabelachitchix, rebelde corso...

Hay que disfrutarlo como merece.

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