lunes, 8 de septiembre de 2014

Me vestiré de medianoche

La cuarta novela de la serie de la pequeña Tiffany Dolorido, ahora no tan pequeña, es Me vestiré de medianoche.

Tiffany es la bruja de La Caliza a pesar de estar, como quien dice, todavía en prácticas y con la L en la escoba. A pesar de todo, se esfuerza por ser lo que los demás necesitan que sea, aunque tenga dudas y no sea, en el fondo, más que una quinceañera. 


Fíjate bien. ¿No te das cuenta?


El inicio del libro es quizás el más duro que recuerdo al bueno de Terry Pratchett. Atrás han quedado ya los días del jijijaja sin pretensiones, como lo demuestra ese incidente entre un padre y su hija, un poco demasiado turbio al principio (aunque luego no lo fuera tanto), y esa turba vengativa que de tanto en tanto se forma en las comunidades. Un intento de suicidio, unas impresiones tomadas demasiado deprisa y comienzan los prejuicios. 

Bruja.

El viejo Señor de La Caliza está más para acá que para allá. Tiffany, como hizo su abuela antes que ella, le visita casi a diario para llevarse el dolor (una de esas teorías con fundamento que me fascinan de los libros de Pratchett). Una oreja detrás de una puerta, una puerta que se abre, unas monedas y un cofre, un Señor muerto, unas conclusiones precipitadas y comienzan los prejuicios.

Bruja.

Porque este libro va de eso, de los prejuicios. De cómo la gente es capaz de olvidar todo el bien que le han hecho, si puede colocar su pensamiento en una posición más cómoda, en la que se pueda mover con la inercia de los prejuicios. 

Pratchett personaliza eso en un antiguo cazador de brujas que, de tanto en tanto, busca la forma de encontrar un hueco en la realidad (en esto se parece al colmenero, o al señor del invierno, de libros anteriores) para acabar el trabajo que empezó hace mucho tiempo: enviar a todas las brujas a la hoguera. 

Poco más diré, a no ser que veremos algunos personajes conocidos (los Pequeños Hombres Libres, Yaya Ceravieja, Tata Ogg; o el comandante Zanahoria y Angua, esta vez desede un punto de vista distinto al que estamos acostumbrados) y algunos nuevos (ese guardia del señor, un poco más listo que los demás y que parece siempre qué decir a Tiffany; la prometida del nuevo señor, que por jugar a ser bruja está a punto de desencadenar una catástrofe). Viajes en el tiempo (no me di cuenta de esto hasta que lo leí, a pesar de que lo tuve todo el rato delante mismo de los ojos), una situación en el filo de la navaja, con pocas probabilidades de éxito... Pero Tiffany hará lo que tiene que hacer. Porque es la bruja de La Caliza.

La bruja y sus... pequeños colaboradores


Hasta el momento, Me vestiré de medianoche cierra la serie de Tiffany Dolorido. No conozco ningún libro posterior y, tal como están las cosas con el alzheimer, no confío en que lo vayamos a tener en un futuro. Pero el cierre es soberbio. Probablemente el mejor de los cuatro. Ha servido para que, si bien al principio el personaje no me era demasiado simpático ni atractivo, mi opinión haya cambiado por completo.

Vamos a darle un nueve y, cómo no, recomendarlo. 


Por primera vez no pudo asistir a SU convención... Disfrutemos lo que nos queda...

No hay comentarios:

Publicar un comentario