sábado, 4 de noviembre de 2017

RuneQuest 6

Creo que RuneQuest ha sido el primer juego de rol que conocí en mi vida. Por aquella época (finales de los años ochenta del siglo pasado) ya estaba metido hasta las trancas en el mundo de la literatura fantástica, ya había leído El hobbit y también El señor de los anillos y había jugado algún que otro título de Elige tu propia aventura. Se podría decir que el campo estaba sembrado para el siguiente paso: jugar a rol. 

Así que cuando me enteré que mi amigo Rodrigo tenía el RuneQuest Básico y el RuneQuest Avanzado publicados por JOC Internacional, se los pedí y me los leí del tirón, descubriendo que las aventuras que había estado leyendo también se podían protagonizar. 

Tardamos mucho en jugar RuneQuest. Primero fue ESDLA / MERP (también de JOC) y luego, durante mucho tiempo, el rey sin discusión fue ADD con algún paréntesis poco fructífero de La llamada de Cthulhu, pero el descubrimiento de la ampliación de RuneQuest Vikingos fue lo que nos empujó a probar. 

Después de muchos años estoy sufriendo lo mismo que a otros compañeros de afición: ahora tengo dinero para pillar material y manuales, pero no tengo tiempo para jugar. O no tengo con quién jugar, que lleva a la misma incómoda situación. 

Todos los años reúno un poquito de lo que llamo frikigeld, atesorado con paciencia, moneda a moneda de 2 €. Y cada día de Año Nuevo abro la hucha y cuento mis monedas como Smaug en Erebor. Con una parte de este frikigeld cayó la nueva edición de RuneQuest 6



Que, todo hay que decirlo, ha sido decepcionante. 

Un tomo de casi cuatrocientas páginas, con tapa blanda y papel de una calidad discutible (nada que ver con las nuevas ediciones de Ars Magica o Pendragón, sin ir más lejos) no justifican el desembolso de más de 40 € que cuesta hoy en día cualquier manual de rol. Es más, dudo mucho que el volumen en cuestión pudiera sobrevivir mucho tiempo a una vida de juego medianamente decente, sino que se acabaría ensuciando y desmontando más pronto que tarde. 

Además las ilustraciones son de una calidad también discutible y, salvo la portada y la contraportada, no hay una sola página en color. Buf....



En cuanto al juego, lo han simplificado bastante: ahora hay estilos de combate, algo así como kits que incluyen todo lo necesario para desempeñarse en ese estilo sin tener que gastar puntos de habilidad en las armas separadas. Demasiado sencillo para mi gusto, quizá no tanto para los tiempos que corren en los que no prima precisamente el esfuerzo. 

Una idea que sí me parece buena es que las habilidades a emplear se ajustan dependiendo de la dificultad de la acción a realizar con un cierto orden, sin depender de arbitrariedades del árbitro... Seguramente simplifica también el juego en mesa. 

No soy capaz de hacerme con la magia de RuneQuest. Ni antes, ni ahora: los tipos clásicos basados en los espíritus, los dioses y los hechizos suman ahora un tipo de "magia" que entrecomillo porque se parece bastante a las disciplinas de monje, tipo oriental; o sea, un batiburrillo de técnicas de concentración que permiten realizar proezas físicas que no serían posibles en otro contexto. Y el problema de siempre: poco donde elegir.

El mismo problema que tenemos en el bestiario: hay poco donde elegir... Y añadimos que Glorantha como mundo de juego nunca me ha atraído mucho. Creo que permaneceré fiel a mi RuneQuest de siempre y a mis partidas de Vikingos, en las que un bestiario reducido no tiene por qué fastidiar la diversión


El tema de las ilustraciones, para hacérselo mirar.





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