domingo, 20 de junio de 2021

Alita, ángel de combate

 Alita, ángel de combate resultó ser una agradable sorpresa y un entretenimiento agradecido durante aquellos eternos fines de semana del confinamiento estricto (sí, una vez más estoy comentando temas de rabiosa actualidad). 

En un futuro relativamente cercano, la sociedad de la Tierra está dividida en niveles. Los más afortunados viven en ciudades flotantes, ancladas al terreno mediante gruesos cables metálicos. Debajo de una de estas ciudades, malviviendo de los despojos que caen de ella, sobrevive como puede la inmensa mayoría de la población.

 

En estos suburbios ejerce su actidivad del doctor Dyson Ido (Christopher Waltz), que realiza complicadas operaciones quirúrgicas de implantación de miembros amputados u órganos ineficientes, cobrando únicamente lo que sus pacientes puedan pagar. 

Con él vive Alita, una chica de grandes ojos y un cuerpo casi por completo cibernético, que parece haber perdido casi por completo la memoria. Solo algunos retazos de recuerdo aparecen de vez en cuando en forma de visiones. El doctor Ido la trata como una hija, aparentemente una hija que nunca ha tenido.

Pronto veremos que las historias del doctor Ido y de Alita son mucho más de lo que parecen. Por un lado descubriremos la verdadera profesión del doctor Ido, muy alejado de ser solo un doctor solidario con sus ciudadanos. 

 

Mientras tanto, Alita irá descubriendo poco a poco sus recuerdos con ayuda de un chico que conoce en la calle, un tal Hugo, aficionado a un deporte de carreras que recuerda al rollerball de la película homónima de 1975 protagonizada por James Caan. Alita también se enamorará de ese deporte y lo verá como una oportunidad de progresar y ascender a la ciudad flotante que parece desencadenar parte de sus visiones. Aún más allá, Alita descubrirá habilidades extraordinarias que surgen de forma automática y que desencadenarán nuevos recuerdos hasta que seamos espectadores de la verdadera naturaleza de Alita.  

 


 

La película tiene un elenco de actores muy sólido, encabezado por el gran Christopher Waltz, actor que he descubierto no hace demasiado tiempo, pero que nunca defrauda a sus admiradores. Se ha convertido en un imprescindible y ha dejado personajes memorables. 

A Waltz le acompañan la espléndida madurez de Jennifer Connelly (la inolvidable jovencita de Dentro del laberinto) y la presencia de Mahershala Ali (el nuevo Blade y un actor que se está poniendo al nivel de mi admirado Idris Elba. 

En el aspecto visual, la película es impresionante con la recreación de ese futuro distópico de miseria y brillante tecnología. Seguro que llamará la atención de toda la familia. 

La duración ajustada de 122 minutos la hace perfecta para verla con niños (aunque sea no recomendada para menores de doce años, tampoco tiene escenas que la hagan desaconsejable a menores de esa edad). 

En imdb tiene una nota hoy de 7,3.

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