domingo, 18 de diciembre de 2011

La legión del águila

Un peplum más tras la estela de Gladiator... Ya os podéis imaginar. 

Efectivamente, no hay mucho que contar. Un oficial romano, un tal Marco Flavio Aquila (original y bien traído, ¿eh?; anda que no son agudos los guionistas, cuando quieren) pide ser destinado a un puesto de avanzada en Britania, para tratar de lavar el nombre de su familia. Su padre, oficial de la Novena Legión, fue visto por última vez portando el águila de la legión y huyendo de las tribus ¿pictas? más allá del muro de Adriano. Ni la Novena, ni el padre ni el águila volvieron nunca y la Novena fue desmantelada.

O sea que los Aquila perdieron su honor por culpa de un águila. Anda, que...


 Pero eso no es todo. Durante su convalecencia, Marco escucha noticias sobre el estandarte y se propone recuperarlo. ¿Solo? No, con su esclavo Esca, que es algo peculiar. 

Y hasta aquí puedo leer. La cinta continua con un despliegue de paisajes verdes de lo que suponemos es Escocia pero que cuando ves los títulos de crédito y los nombres de los que han trabajado en la producción resulta más probable que sea Hungría. Marco Aquila y Esca llegan al poblado donde está el estandarte y por supuesto logran huir con él. 

Pero el negocio se complica. Marco está herido y no puede dar un paso más. Los bárbaros están sobre sus talones, ya pueden oirlos y casi olerlos... La cosa está muy malita, así que Marco decide que será un héroe y manda a Esca huir y salvar la vida. Por supuesto, le devuelve su libertad. Y... batalla épica con la compañía de los veteranos de la Novena que no estaban muertos, estaban de parranda. Más bien, ocultos por vergüenza. Y es que Aquila no solo trata de recuperar su honor, sino que les da a todos la oportunidad de luchar por el suyo. Pero eso es otra historia.

Dicho así puede parecer hasta interesante, pero la verdad es que me aburrí bastante. Channing Tatum (palabra que es la primera vez que veo este nombre) no tiene más que una cara de palo bastante importante, lo que tampoco es tan grave o si no veamos a Roger Moore (El Santo, James Bond...). Jaime Bell no podrá dejar de recordar siempre a Billy Elliot, pero tampoco anda muy sobrado de recursos, así que...

La historia tampoco da más de sí y está repleta de tópicos. Entretiene y poco más, aunque hay que echarle un poco de voluntad para llegar al final. Aún y así, está cerca del aprobado. Un cuatro.

¡Ah! Y sale Donald Sutherland, con la cara de cínico que tanto le da de comer últimamente. Parece que se apunta a todas (Los Pilares de la Tierra).

2 comentarios:

  1. Esperaba ansioso esa chispa que desde que he empezado la entrada, sabía que llegaría. Últimamente estás más romano que Berlusconi...te imagino en casa con un casco de obra al que le has puesto un cepillo arriba,...bueno pues que me he reido con lo de que la Novena no estaba muerta...jajaja...

    Grimnebulin

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  2. Estimado Grimnebulin,

    por supuesto que soy romano. Hay que ser de los que ganan, para rascar algo...

    Lo del casco es otra historia que ya te contaré...

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