sábado, 18 de agosto de 2012

El temor de un hombre sabio

Hace ya bastante tiempo topé por casualidad con una joya, El nombre del viento. Una novela de fantasía que venía a darle un poco de lustre al género y que reseñé aquí (aunque odie autocitarme). Ahora le toca el turno a la tercera parte, El temor de un hombre sabio



La estructura es la misma que el primer volumen: Kvothe, leyenda viviente, dicta su historia al Cronista. Como en el primer volumen, transcurre un día de tiempo real, pero meses o años en la historia personal. No obstante, podemos distinguir cuatro bloques independientes.

El primero de ellos continua con la vida de Kvothe en la Universidad, sus problemas para obtener dinero, sus veladas en las diferentes posadas en las que toca por las noches. Esta parte mantiene el interés del primer volumen y se adentra más en la historia de los Chandrian, los asesinos de su familia. 

Luego, gracias a un amigo, consigue una invitación de un noble extranjero para pasar a su servicio y conseguir, quizás, un mecenazgo. Asì que abandona la Universidad y nos trasladamos a un nuevo entorno. Es quizá la parte más interesante del libro, porque aprendemos mucho de la sociedad en que se encuentra (especialmente atrayente todo el lío que se traen con los anillos y cómo el material de los que recibes -oro, plata, hierro- dispara la rumorología en la corte). Tenemos una parte de intriga cortesana con conspiración incluida, muy bien llevada, y luego una parte de búsqueda de bandidos en los bosques. también bastante lograda.

Al terminar esta parte, o más bien en medio de la misma, Kvothe pasa un tiempo indeterminado con la bella Felurian, una bellísima fata, o elfa. Esta parte parece de relleno y aburre bastante, siendo el único interés la conversación que Kvothe mantiene con el Chtaeh, un árbol malvado que conoce el futuro y que vierte veneno en el corazón de los hombres. Prescindible y/o demasiado larga.

Luego, Kvothe acompaña a Adem a uno de los compañeros mercenarios con los que persiguió a los bandidos en  el bosque. Menos brillante e interesante que otras, pero se describe la sociedad de los mercenarios adem (recuerdan bastante a los tibetanos), que voluntariamente abandona toda expresividad en el rostro y lo sustituyen por signos hechos con las manos. 

Finalmente, Kvothe vuelve a la Universidad con un cheque en blanco de su contratante, aunque no haya podido conseguir el contrato de mecenazgo. Así que, abandonadas las penurias materiales, se abandona al aprendizaje y a devolver antiguos favores. 

Y a lo largo de todo el libro aparece Denna, siendo ya un poco cansina esa historia de encuentro / desencuentro o amor  / desamor. 

En total, 1190 páginas que dejan una sensación agridulce: continúan tanto una ambientación lograda y detallada (ya he hablado de cómo retrata Rothfuss las diferentes sociedades) como unos personajes, principales y secundarios, atractivos y llenos de matices. Pero tras esa cantidad de tinta y papel, parece que hemos avanzado poco en la historia y da la sensación de que sobran 200 o 300 páginas (parecido a lo que me pasa con Ken Follett, por ejemplo). 

Además que son pocos los pasajes en los que Kvothe se revela como alguien realmente especial, si lo comparamos con su fama desmedida. 

El temor de un hombre sabio es, más que un paso atrás, un estancamiento respecto a El nombre del viento. Aunque su calidad es bastante superior a lo habitual en el género, no logra cumplir las expectativas generadas.

Por todo esto, un siete para Rothfuss y su El temor de un hombre sabio.

2 comentarios:

  1. Generoso estas. Un siete?. Con 585 hojas lo he dejado aparcado ya que me llamaban los Dragones y sus danzas. Después de tu crónica se me hará duro volver a retomar la segunda, que no tercera, parte...

    A.

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  2. Debo corregir tu encabezamiento, ya que la novela de la que hablas es la 2ª parte, no la tercera. La cogí con muchas ganas, de hecho me compré el libro (cosa que no suelo hacer salvo contadísimas excepciones), y me llevé un chasco. Esta 2ª parte carece de la intriga que tiene la 1ª y es mucho más pesada. A mi juicio, del que no ando muy sobrado, el tiempo que pasa con los adem es un tostón sin precedentes ¡y es casi un tercio del libro! La historia en sí está muy bien lograda, pero ya puede ser buena la tercera parte (¿y última?) porque sino estaríamos ante un gran fraude: un excelente primer libro y una pésima continuación. Un saludete, Master

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