domingo, 20 de octubre de 2013

Tardes de dibus I

Uno ya tiene cuarenta años y su memoria cubre unas cuantas décadas. Los más jóvenes no recordarán que, durante muchos años, después del telediario de fin de semana y antes de la película, ponían en la tele algunas de las series de dibujos animados que marcaron nuestra infancia. También los domingos, más tarde, a eso de las seis o las siete, había alguna serie que otra.

Tiro de memoria en un ejercicio de nostalgia, que no pretende ser más que eso: recordar aquellas series que durante años me tuvieron pegado al televisor y con las que luego jugaba, imaginando que era uno de los personajes. 

Empezando por Marco y su mono Amedio, que ponían cuando yo tenía tres o cuatro años. Su historia, ya conocida: sale de Génova para buscar a su mamá, que se había ido a la Argentina.



Otro clásico de la animación japonesa fue Heidi, con el abuelo, Pedro, Clara y Niebla. Libertad sin límites en los Alpes suizos. ¡Qué miedo de la Rotenmeyer!. Por cierto, unos frikis han calculado la longitud del columpio, basándose en el período de oscilación.



Otro clásico, esta vez gracias a Parchis ya que no me acuerdo de mucho, es Comando G, en su Ave Fénix. El diseño del robot es sospechosamente parecido a R2D2, pero cuidado, que es cinco años anterior al del amigo Lucas.



Más ciencia ficción. Otro clásico es Mazinger-Z, el gigantesco robot pilotado por Koji Kabuto, que luchaba contra los monstruos que un par de malutos, el Dr. Hell y el barón Ashura. Luego de muchos años la volvieron a echar a diario por las mañanas y la veia antes de ir a la Escuela de Ingenieros. Craso error, porque se cayó un mito de mi infancia. Aún así, las órdenes a viva voz de puños fuera y fuego de pecho no se pueden borrar de la memoria.




Vamos ahora con una serie española, Ruy el pequeño Cid (gracias, BRB) que se centraba en los años de infancia de un Rodrigo Díaz, Ruy, que ya apuntaba maneras de héroe. Aparecen también su primo Álvar (¿quizá el que fue su lugarteniente, Álvar Fáñez, Minaya) y Jimena. De pequeño tuve un castillo de cartón y una figuras troqueladas que se sostenían sobre una base de plástico. Con ellas podías soñar que eras un caballero medieval. 





¿Qué me decís del pequeño Vickie el vikingo? Esta serie sí que sigue vigente (de hecho están poniendo una adaptación 3D actualizada y hasta dos películas de acción real). El ingenio del pequeño vikingo, en contraste con la torpeza del padre, saca a sus compañeros de cualquier situación problemática. Los habitantes de Flak, el padre Alvar, la madre de la que no recuerdo el nombre, la pequeña Ylvi, los vikingos Snorre, Tejure, Fax, Urobe, Gorm (¡estoy entusiasma-do!), el bardo... Compartía país de origen (Alemania) y voces de doblaje con la siguiente:




La abeja Maya, dulce abeja Maya, que viajaba con su amigo Willie mientras descubría ese mundo de color del que hablaba la canción. El saltamontes Flip, la mosca Puc (con grandes gafas negras que ocultaban sus ojillos miopes), la malvada araña Tecla y su acordeón, la señorita Casandra... Otra serie que no me canso de ver, ni siquiera ahora (también hay adaptación 3D)



¡Buf! Esto va a ser mucho más largo de lo que había pensado. Todavía quedan muchas series que recuerdo con cariño y que me gustaría volver a ver, así que creo que voy a tener que dejar una segunda parte (al menos) para otro día.



4 comentarios:

  1. Se te han pasado algunos muy bueno: Dragones y Mazmorras, El Osito Misha, Los Fraguel Rock, Los Diminutos, El Inspector Gadget,.... Qué tiempos..... aunque los actuales tampoco están mal: Pingüinos de Madagascar p.e.

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  2. Así a bote pronto echo de menos La vuelta al mundo en 80 días, con Willy Fog, Tico, Rigodón... Dartañan y los Mosqueperros, Ulises y El Quijote

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  3. A mí me gustaba mucho Ninja Kabuto, jeje. También los caballeros del zodiaco.

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  4. Muchas de las que decís vendrán en entradas posteriores, jeje...

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