domingo, 1 de octubre de 2017

Batman vs Superman

La aparición de Superman y su épica lucha contra Zod, deja unas interesantes secuelas. Por un lado, un joven Lex Luthor ve en la tecnología Kryptoniana un medio para desarrollar su locuras de dominación mundial. Por otro lado, Bruce Wayne ve con claridad que Superman no es controlable por la Humanidad y que si algo hiciera click en su cerebro, significaría la destrucción de la civilización tal como la conocemos. Por último, la sociedad en general oscila entre la patente admiración con el miedo visceral a lo desconocido.


Ese es el panorama en Batman vs Superman. Planteando un punto de vista al que no estamos acostumbrados en las películas de superhéroes: las connotaciones morales que unos poderes, más allá de la comprensión y del alcance de un ser humano normal, pueden tener en el día a día de la profesión superheroica. Y nos lo presenta desde dos puntos de vista principales: el de Bruce Wayne (Batman), que considera más inteligente eliminar la amenaza lo antes posible, antes de que sea ya totalmente incontrolable; y el de Clark Kent (Superman), que como buen chico de Kansas, tienen un corazón de oro y le duele cómo los terrícolas no pueden dejar de tenerle miedo. 

Añadimos al cóctel la espectacular aparición de Wonder Woman, la tercera pata de la tríada de DC Comics (un poco por debajo de estos tres estaría Flash, el hombre más rápido del mundo). Durante la batalla final con Doomsday, despertado por el esquizofrénico Lex Luthor, no se queda atrás a la hora de repartir hostias como panes.

La Santísima Trinidad de DC Comics

El que no me gusta es, precisamente, ese Lex Luthor que más bien parece una parodia de sí mismo. Más cercano al surrealista Gene Hackman de las pelis de Cristopher Reeve que al Kevin Spacey de Superman Returns (para mí el mejor Lex Luthor, junto con Michael Rosembaum de Smallville, la serie de televisión). Es lo peor de la película, aunque gracias a él podamos ver a Doomsday.

No es la Diana de los comics, pero se defiende

¿Ben Affleck? Pues bastante bien. No llega a Christian Bale, claro, pero no tiene que envidiar nada a Michael Keaton y es bastante mejor que George Clooney o Val Kilmer. Me creo su Batman, más parecido al maduro Dark Night de Frank Miller, y me creo por qué hace lo que hace. Habrá que darle una segunda oportunidad.






El conjunto de la película me parece un poco flojito, la verdad. Y demasiado larga, como viene a ser habitual en las películas superheroicas de un tiempo a esta parte.


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