domingo, 25 de febrero de 2018

Doctor Extraño

Tenía puestas mis esperanzas en la película sobre el Maestro de las Artes Místicas, el Doctor Extraño. No por el personaje en sí, del que apenas conozco nada más que desterró a Hulk a la Encrucijada, allá por el final de los años ochenta del siglo pasado (y dando origen a uno de los hilos argumentales más famosos del gigante esmeralda), que es uno de los Illuminati que controla el mundo superheroico (junto a Iron Man, Namor, Rayo Negro, Reed Richards y el Profesor Xavier) y que es el dueño del Ojo de Agamotto, una de las reliquias más importantes del universo místico de Marvel. 



No, mis esperanzas estaban todas puestas en Benedict Cumberbatch, que se ha convertido en uno de mis actores favoritos desde Sherlock

La verdad es que mis esperanzas se han visto cumplidas en parte, porque igual que Robert Downey Junior ES Tony Stark, Benedict Cumberbatch ES Stephen Strange. 

Lo mejor de la película es, sin duda, ese doctor Strange que sufre un accidente de tráfico que acaba con su brillante carrera como cirujano y que es una bomba que detona su enorme ego hasta que no quedan más que cenizas. También ese Stephen Strange que, poco a poco, se va dando cuenta de que la realidad no es aquello a lo que está acostumbrado y que irá aprendiendo a dominar unas artes místicas con las que podrá realizar cosas que algunos llamarían milagros, hasta convertirse en el protector de uno de los santuarios místicos repartidos por el mundo. En concreto el de Nueva York.

Pero Benedict Cumberbatch está demasiado solo en una película que es demasiado confusa y de la que salí con una triste sensación de WTF? Aparte de algunos contados momentos, Doctor Extraño parece una película fallida, no como Daredevil, no, sino que quizá el espectador (yo) está saturado de personajes superheroicos. 


Bueno, yo lo he intentado

Con esta masificación que estamos viendo en los últimos años, o eres capaz de hacer una propuesta rompedora (Deadpool o Ant-Man, dejando Guardianes de la galaxia aparte porque me parece que no están a la altura de los otros dos) o hay que jugar muy bien las bazas para asomar la cabeza en este proceloso océano en el que se está convirtiendo el género. 

Hace años, cualquier adaptación hacía mucha ilusión. Hoy en día es más un hartazgo que otra cosa. 

Una pena, porque como digo Benedict Cumberbatch ES el Doctor Extraño. Habrá que ver cómo se desarrolla en otras películas (de momento lo he visto en Thor: Ragnarok) y, quizá, en una secuela.

1 comentario:

  1. Extraño es el único superhéroe que me gusta. Tengo por aquí sus primeros cómics, cuando lo dibujaba Ditko. La película tiene muchos altibajos, pero en general funciona y el actor, como dices, encaja bien en el papel. Los villanos en cambio decepcionan bastante; había mejores opciones, como pesadilla o Mephisto. Dormammu, si no recuerdo mal, aparece unos segundos; pero una versión rara...

    Mi parte favorita de los cómics es cuando se encuentra con el Tribunal Viviente.

    ResponderEliminar