viernes, 12 de octubre de 2018

Cato y Macro (I a V)

Supongo que debo haber dicho ya por aquí, en numerosas ocasiones, que me encanta la Historia. De hecho, si el panorama profesional hubiese sido más prometedor, es bastante probable que hubiese intentado sacarme el título cuando era joven. Pero el panorama profesional no era nada prometedor, así que intentaré sacarme el título tras la jubilación...

Los protagonistas

Dentro de la Historia con mayúsculas, me encanta el período romano en general y el imperial en particular, así que intento leer sobre el tema en cuanto tengo ocasión. Como, por ejemplo, la saga de Colleen McCullough. 



O, en otro nivel, la saga de Cato y Macro, por el escritor británico nacido en Lagos, Simon Scarrow y que ya suma dieciséis entregas, al nivel de La Rueda del Tiempo o La Espada de la Verdad.

Cato y Macro, legionarios de la Décima Legión, cuyo legado es Vespasiano (sí, el mismo que al morir dijo que sentía que se estaba convirtiendo en dios, convertido décadas después en uno de los mejores emperadores de Roma) durante la invasión de Britania durante el reinado de Claudio César.  



Sentimientos encontrados. Aunque voy predispuesto a que me guste, por todo lo que he dicho, pero no acaba de parecerme redondo... Todos los libros son de lectura fácil, hay que reconocerlo, pero las historias están cortadas por el mismo patrón: Vespasiano encomienda a Macro y Cato una misión que requiere de todo su valor y buen hacer, una misión que generalmente sería considerada suicida; luego Cato y Macro pasan una serie de peripecias que ponen en serio riesgo su vida; es probable que, en medio del fregado, deban desobedecer órdenes de oficiales superiores de baja catadura moral; es probable también que sean víctimas de la traición; pero en el último momento y contra todo pronóstico, Macro y Cato triunfan...

 

No me gusta, por ejemplo, esa afición de cruzar a los personajes con protagonistas de gran relevancia histórica. Empezando por Vespasiano, pasan por las páginas de los libros de Scarrow otros como Galba (también proclamado con posterioridad Emperador de Roma), Boudicca, Prasutagus o Caradoc (Caractato). No me gusta que Macro y Cato sean algo parecido a imanes para las personalidades de su entorno. Es... poco creíble. 



En su haber, que la recreación de las escaramuzas y batallas son bastante fieles a lo que resultó ser la legión romana en guerra. 

Total, que me ha resultado algo decepcionante y después de llegar al quinto volumen (El águila del imperio; Roma vincit!; Las garras del águila; Los lobos del águila; El águila abandona Britania), he decidido qu necesito descansar una temporada. 




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