Sigo con la idea de que la nostalgia es un negocio a explotar, desde las sagas infinitas a la recuperación de títulos ochenteros, bien en forma de reinicios o reinterpretaciones. Pasando, por supuesto, por las películas animadas que se convierten en accion real, casi fotograma a fotograma.
Hablo de negocio, pero a lo mejor también podría hablar de agotamiento de las fórmulas creativas, lo que considero todavía más preocupante.
Con los cazafantasmas se da el caso curioso de que su recuperación de hace unos años está dando origen a una saga propia cuyo segundo título es Cazafantasmas: imperio helado. A pesar de que el título sugiere otra cosa, es una cinta menos fresca que la anterior, de forma inversamente proporcional a la recuperación de su esencia, como la mítica base del parque de bomberos, las herramientas de contención o el propio coche.
En cierto modo, resulta todavía más frustrante que la versión femenina que se realizó hace casi una década, con la que por lo menos te echabas unas risas.
Cazafantasmas: imperio helado nos dejó bastante fríos. No somos unos fanáticos de las películas originales, así que todo ese arsenal desplegado no hace el mismo efecto y deja ver las costuras de la película y el escaso carisma del equipo actual. También de Paul Rudd, que cada vez representa más la edad que tiene. Tanto es así, que juega con la aparición de los supervivientes del equipo original, aunque estén ya bastante mayorcitos para casi cualquier cosa.
El público parece que entiende lo mismo, porque se queda en un 6,1 en imdb.
A esta categoría de nostalgia podría incluir El reino del planeta de los simios, cuarta película del reinicio de una franquicia que ya fue sobreexplotada en sus tiempos y que sufrió una reinvención perpetrada por Tim Burton hace un buen puñado de años.
En esta entrega, años después de la victoria y el reinado de César, los simios siguen siendo los gobernadores del mundo, pero también hay humanos que se resisten a desaparecer y que no olvidan que hace mucho tiempo los simios solo eran animales y todas las maravillas tecnológicas las había creado el género humano.
Hasta se recupera el nombre mítico de Nova en el personaje de Freya Allan, la muchacha que viaja al reino del nuevo César en busca de herramientas y tecnología que ayude la causa de la Humanidad.
Hasta cierto punto entretenida, no puede evitar el progresivo agotamiento de la fórmula en cuanto a narrativa. No obstante, luce un digno 6,8 en imdb.
Bitelchús bitelchús recupera al personaje creado por Tim Burton (vaya, parece que vemos un patrón ahí) en una cinta en la que Jenna Ortega, la actriz de moda de los temas creepy light es la hija de la protagonista original, reconvertida en medium televisiva y protagonizada por la también recuperada para la causa Winona Ryder.
Como también recuperado para la causa está Michale Keaton, que volvió a ponerse el traje del murciélago hace un par de años y ahora revisita el inframundo más canalla.
No he visto la primera parte, pero tampoco tengo muchas ganas después de ver la segunda. Imdb la coloca en el entorno de las anteriores, con un 6,6.
Más sorprendente es que Eddie Murphy se vuelva a poner la zamarra de los Detroit Lions después de treinta años para protagonizar Superdetective en Hollywood: Axel F. Vale que lo hace con el loable propósito de ayudar a su hija, valiente abogada que se enfrenta a poderosos enemigos.
La verborrea de Murphy parece que no tiene el mismo éxito que en la década de los ochenta, cuando encadenó varios éxitos de taquilla haciendo reir a una generación de adolescentes.
Tampoco ayuda que haya pasado tanto tiempo, porque Taggart y Rosewood están bastante cascados (sobre todo el primero, porque John Ashton falleció poco tiempo después). Sin embargo, siempre resulta agradable ver a Bronson Pinchot en su papel recurrente de Serge.
6,4 en imdb para nuestro detective favorito de Detroit.
Por ejemplo, no había ninguna necesidad de Gladiator II, menos de un cuarto de siglo de que la historia de Máximo Décimo Meridio fuera un acontecimiento global y consiguiera revitalizar las películas de romanos durante un tiempo.
Repetir fórmulas no es la mejor opción, como no lo es tener a Pedro Pascal en el reparto (a este paso se van a estrenar más películas con él que sin él). Geta y Caracalla no llegan al nivel de villano de Cómodo, a pesar de la mirada de loco de Joseph Quinn (otro al que se ve de más desde su papel de Eddie Munson en Stranger Things).
No funciona la grandiosidad de la puesta en escena y Paul Mescal no es Russell Crowe, lo que explica en gran medida el descalabro de pasar de un 8,5 en Gladiator hasta un 6,5 en Gladiator II. Y es que ni siquiera se han currado un título en condiciones.
Termino con el reciente nuevo reinicio de la saga jurásica con Jurassic World: el renacer. Esta cinta no es ya un paso atrás respecto a la trilogía original, sino que también lo es respecto a la segunda trilogía.
Estamos ante uno de los ejemplos más evidentes de cómo exprimir la gallina de los huevos de oro hasta más allá de lo razonable. Ni siquiera funciona un reparto con un par de nombres de relumbrón y poco más, porque es imposible quitarse de encima la sensación de estar viendo lo mismo de siempre.
Este agotamiento se refleja en el 5,9 de imdb, la peor nota de este racimo de títulos que miran más por el dinero que por la calidad.
Todos son perfectamente olvidables e, incluso, nos los podríamos ahorrar y sacar así tiempo para buscar alguna fórmula nueva que funcione, que las hay.
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