Por cuestiones de trabajo he pasado unos días, bastante fríos por cierto, en la ciudad alemana de Lübeck (Lubeca es su nombre latino).
Es una preciosa ciudad del norte de Alemania, en el estado federal de Schleswig-Holstein, y con una población de algo más de 200.000 habitantes. Su casco antiguo se encuentra en una isla del río Trave, que va a desembocar en el mar Báltico, y es Patrimonio de la Humanidad.
Lübeck fue una de las ciudades fundacionales de la Liga Hanseática, que dominó el comercio de los pueblos bálticos con el resto de Europa, camino de llegada del ámbar a los reinos occidentales. Particularmente Lübeck se enriqueció grandemente con el comercio de la sal, imprescindible en aquellos momentos para la conservación de los alimentos y de un gran valor económico al ser principalmente sal de roca.
Uno de los monumentos principales es la Holstentor, construida en ladrillo como la gran mayoría de los edificios que han perdurado hasta hoy, y resto de las fortificaciones de la ciudad. Tan emblemática que fue imagen de los billetes de 50 marcos hasta 1995 y aparece en la actualidad en las monedas alemanas de 2 euros. Sobre ella, la inscripción S.P.Q.L. (Senatus populusque Lubecensis).
A Lübeck se la conoce como la "Puerta del norte de Europa" y "la ciudad de las siete torres". Curiosamente tiene ocho, pero una corresponde a la iglesia católica y no se cuenta, al ser una ciudad de inmensa mayoría protestante.
También de gran belleza es el Rathaus, ayuntamiento de la ciudad, con los escudos familiares de las familias patricias que la gobernaron en la antiguedad, y en cuya plaza se celebra el Weinachtsmarkt (mercado de Navidad) durante el que se puede degustar el Glühwein, vino caliente con especias típico de la época navideña.
Además de pasear por sus calles de sabor medieval, se pueden pasar agradables veladas en cervecerías que fabrican su propia cerveza (recomiendo el establecimiento Brauberger) y que se puede acompañar de platos típicos de la zona.
Bien comunicada, está a apenas una hora en coche de Hamburgo. Desde España se puede llegar con facilidad volando con Air Berlin, a buen precio y mejor servicio. El aeropuerto de la ciudad es pequeño, aunque hay algún vuelo de Ryanair. Un fin de semana en la ciudad, si es posible en diciembre, es de gran interés. Pero habrá que llevar ropa de abrigo.
Lübeck es cuna de personajes famosos como Thomas Mann o Willy Brandt.
Ich bin ein Lübecker!
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