miércoles, 1 de septiembre de 2010

Las grandes batallas de la Historia

Coincidiendo con el septuagésimo primer aniversario del inicio de la Segunda Guerra Mundial (SGM o WWII si eres sajón), vengo a contaros mis impresiones del libro del equipo de Canal de Historia en su edición del Círculo de Lectores.

Vaya por delante que el Canal de Historia, al menos cuando yo podía verlo, era de lo mejorcito que te podías echar delante en la televisión, aunque ahora no sé qué decir, porque no tengo accesso a él. Digo esto porque, basado en esa memoria, compré el libro. Un libro que no es lo que se dice barato.

Y la sensación es un poco agridulce. Me explico: es Historia, por lo que lo leo con gusto, pero al final no aporta prácticamente nada nuevo. Comencemos por la elección de batallas: Qadesh, Maratón, Termópilas, Gaugamela, Cannas, Alesia, Las Cruzadas, Navas de Tolosa, Azincourt, Otumba, Lepanto, Austerlitz, Trafalgar, Bailén, Waterloo, Blenheim, Gettysburg, Little Big Horn, Verdun, Batalla de Inglaterra, Stalingrado, Día D, Ardenas, Midway, Inchon, Los Seis Días, Ofensiva del Tet, Malvinas, Tormenta del Desierto...

La elección, como cualquier otra, es discutible. Han tratado de seleccionar al menos una batalla por cada período representativo o por cada personaje histórico relevante. Eso no es del todo malo, pero nos lleva a alguna elección que choca más que otras, como Otumba, Little Big Horn, Malvinas, Bailén... ¿Qué pasa con los Campos Cataláunicos o Adrianópolis, Poitiers, Pavía o San Quintín, Rocroi, Solferino....? Como digo, la elección siempre sería discutible, pero creo que cualquiera de éstas que acabo de nombrar no desentonaría ni mucho menos en el libro y, claramente, sustituiría a alguna.

Vayamos ahora al tema de la extensión. Aproximadamente 700 páginas para 30 batallas da a poco más de 20 páginas por batalla. Tampoco estaría mal, si no fuera porque en cada capítulo hablan de acontecimientos anteriores y posteriores a la batalla, para su mejor ubicación en el marco histórico correspondiente. La consecuencia de ello es que el grado de detalle es mínimo, necesariamente.

A esto añadamos que hay errores de bulto, principalmente en fechas. Lo que denota una deficiente revisión del texto. Porque en los libros de Historia suele haber fechas, y estas tienen que ser exactas. No vale decir que Julio César murió en el año cuarenta antes de Cristo, o algo así, sino que fue asesinado el día de los idus de marzo de 44 a.C. Pues lo mismo: Pedro de Rusia no vivió en 1620, que lo sepan...

Finalmente, la bibliografía de cada capítulo no es demasiado exhaustiva.

A modo de resumen, diría que el libro se aprovecha descaradamente del supuesto prestigio del Canal de Historia para darnos un repaso histórico bastante ligero. Adecuado para el lector casual, pero también esos errores de datación o de nombres llevarán a error, y eso no puede ser.

Pues nada, como supongo que tampoco tendrían muchas más pretensiones, con un aprobado es más que suficiente.

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