domingo, 19 de diciembre de 2010

Secret Wars

Uno de los pilares del frikismo es el cómic. O, en su versión española, el tebeo. Español, europeo, americano, japonés... Todo vale para el friki de estomago agradecido que digiere hasta la más indigesta de las series. Y hoy introducimos esta categoría en esta nuestra bitácora.

He leído la serie completa del clásico de Marvel, Secret Wars (o las guerras secretas), de mediados de los ochenta. La serie original se compone de doce números, que posteriormente se ampliaron hasta 50 al publicarse la continuación, las Secret Wars II. Las publicó Planeta De Agostini en la línea FORUM, un clásico de los tebeos de superhéroes.

El argumento básicamente es que un ser casi divino, el Todopoderoso, que vive en un universo paralelo al nuestro en el que él es el principio y el fin de todas las cosas, toma conciencia de nuestro propio universo y, por curiosidad, transporta a algunos de los seres más poderosos para que luchen entre ellos al modo de "solo puede quedar uno". Los superhéroes, bajo el mando del Capitán América, se unen para volver a casa; mientras tanto los supervillanos, unidos precariamente bajo el Dr. Muerte, tratan de vencerles para luego competir entre ellos.

El sabor no puede ser más clásico. Tenemos juntos a algunos de los personajes más carismáticos (Capitán América, Hulk, Patrulla X, Vengadores, Spiderman, Doctor Muerte, Galactus...), Spiderman consigue un nuevo traje, negro, con todo lo que vino después... En cualquier caso, la trama es demasiado sencilla y ha envejecido de una forma no demasiado favorecedora.

La segunda parte, Secret Wars II, se desarrolla cuando el Todopoderoso viene a la Tierra ansiando comprender las motivaciones del ser humano. Son 38 números que se componen, además de la serie propiamente dicha, de números de otras colecciones como Los Nuevos Mutantes. Esta serie es menos homogénea tanto en interés como en calidad ya que depende de los creadores de las series implicadas. Algunos son infumables, otros ciertamente interesantes y el término medio es, pues eso, medio.

La serie es uno de los primeros fenómenos denominados cross-over que recuerdo. Básicamente intentan sacar un dineral de los aficionados utilizando el reclamo de una saga de interés supremo con inesperadas consecuencias en el universo ficticio. El negocio está en que, para enterarte de todo y saberlo todo, es imprescindible comprar un número cada vez mayor de tebeos de series distintas. Por ejemplo, la serie Civil War (que todavía no he leído pero tengo muchas ganas) se compone de casi 100 números. En los últimos tiempos, tanto Marvel como DC han hecho un uso cada vez más frecuente de estos cross-over.

Con todo, me ha gustado leerla. Tenía recuerdos de cuando tenía 12 años. En aquella época, en los últimos días de junio antes de las vacaciones, íbamos al colegio con libros, tebeos, juegos y todo lo que pudiéramos imaginar para pasar el rato. Las clases habían acabado, pero los curas no nos liberaban hasta que el calendario escolar finalizaba. Y entonces, descubrí las Secret Wars.

Podríamos darle un notable bajo. Un siete. Pero más por lo que representan que por su calidad real.

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