domingo, 15 de noviembre de 2015

La Compañía Negra (#1 a #4)

La Compañía Negra, de Glen Cook, es una serie que me ha ido atrapando según han ido pasando los volúmenes. Si La primera crónica fue una especie de quiero y no puedo, los demás libros han ido mejorando ese sentimiento y han ido añadiendo color (negro) a la historia.

Los tres primeros volúmenes conforman los Libros del Norte (La primera crónica, Sombras fluctuantes y La rosa blanca), mientras que el cuarto se considera independiente (El clavo de plata). Cuentan la historia de la caída en desgracia de la Compañía desde los combates bajo el estandarte de la Dama en el lejano norte hasta que cambian de bando y pasan a defender a la Rosa Blanca de los intentos de la Dama por destruirla. 



Pero el despertar del Dominador, antiguo esposo de la Dama, un ser de tal maldad que tanto ella como sus lugartenientes, los Tomados, no son más que un pálido reflejo de su poder, hace que la Dama y la Rosa Blanca unan sus fuerzas para detenerlo antes de que alcance su plenitud y amase poder suficiente para arrasar el mundo. La lucha es tan encarnizada que casi cuesta la supervivencia  a la Compañía, que resulta prácticamente aniquilada.

El cuarto libro, El clavo de plata, es un interludio entre estos libros del Norte y los futuros libros del Sur y cuenta la historia de un grupo de buscavidas que se encuentran en poder de esa reliquia, de inmenso poder, que no es otra cosa que la maldad destilada del Dominador. En un escenario reducido como es una ciudad bajo sitio, la novela recrea muy bien la psicología de este grupo que lucha contra aquellos que quieren desposeerlos de este preciado y valorado instrumento, y que también lucha entre sí por la posesión del mismo. No pude evitar recuerdos de aquella película, El tesoro de Sierra Madre, de Bogart, al ver como empiezan a desconfiar unos de otros. 



La Compañía Negra, denominada así porque en un principio todos sus integrantes eran de raza negra, es la última de las compañías libres que un día dejaron la ciudad de Kathovar, allá en el lejano sur. En sus varios siglos de historia ha pasado por momentos de gloria y momentos de desesperación. Todo se halla en los Anales, los libros en los que los analistas van reflejando los nombres de aquellos que se enrolaban en la Compañía y sus hechos de armas. 

Matasanos, el cirujano de campaña, es el analista que nos cuenta la historia haciendo uso de la prosa de Glen Cook. Es una historia alejada del glamour de otras series fantásticas, pero también hay que decir que es una serie que resulta bastante difícil de leer. 



La estrategia de Cook es sumergir al lector en un mundo totalmente desconocido, con unos conceptos extraños a los que habrá que familiarizarse. Sus historias son confusas al principio, con diferentes hilos argumentales que van convergiendo hasta llegar al climax final de cada libro. Hace falta acostumbrarse, pero cuando el lector lo consigue, se disfruta más de la lectura. 

Una de las cosa que más me gusta es el relieve que tienen los personajes. La Dama, Matasanos, Un Ojo, Goblin, Linda, Cuervo... todos ellos tienen algo que los hace especiales. Más aún, diría que tienen algo que los hace reales.  Por eso se les llega a coger cariño, a pesar de que por esa misma realidad todos ellos son imperfectos.




De los cuatro libros, quizá el mejor sea el segundo con ligera ventaja sobre el cuarto. El peor, sin duda, el primero debido a las excesivas novedades y al esfuerzo que requiere. En conjunto, merece sin duda un aprobado alto. 

La verdad es que no me arrepiento de haber continuado su lectura, a pesar de que me llegué a plantear dejarlo tras el primer libro. Como he dicho otras veces, hay muchas cosas por leer ahí fuera, y poco tiempo.

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