domingo, 17 de diciembre de 2017

El inocente

El inocente es la adaptación al cine de la novela The Lincoln lawyer, o el abogado del Lincoln (del Ford modelo Lincoln, claro), porque tiene su oficina en ese vehículo. La novela es de Michael Connelly, mi hermano perdido estadounidense. 


Bonito cartel


El protagonista es Mick Haller (Matthew McConaughey), un abogado que subsiste de forma muy desahogada de esta manera tan peculiar, pero es que también su clientela es muy peculiar. No obstante, tiene una excelente reputación en el mundillo, hasta que la señora Windsor le contrata para defender a su hijo Louis Roulet de la acusación de intento de asesinato de una prostituta. 

En  juego una pasta, pero sobre todo el estatus. Ese caso bien podría ser el que catapultara a Mick hacia la estratosfera y le permitiera salir del menudeo en el que vive en la actualidad. 

Y el bueno de Mick se pone a ello con afán y con la ayuda de su investigador privado de cabecera, Frank Levin (el siempre solvente William H. Macy). Sigue, incluso cuando las piezas no encajan del todo y el entramado completo de la historia que le han contado, comienza a chirriar. 


William H. Macy, sinónimo de solvencia


La cosa se va complicando, complicando, y el conflicto moral de Mick Haller también. Algo tiene que hacer para, al menos, salvar su alma que piensa haber vendido al diablo. Y algo hará, pero para nosotros, los espectadores, será una sorpresa. Tanto como el papel de uno de los personajes, que no se revelará hasta el final y nos dejará con la boca abierta. 

El inocente es una película que, sin ser original porque lo que plantea lo hemos visto ya unas cuantas veces en ese subgénero que podríamos denominar de cine legal, sí resulta muy sólida en sus planteamientos. 

Aunque su punto fuerte resulta ser el de los personajes. O más que los personajes, los actores y sus actuaciones. Comenzando por Matthew McConaughey, que mejora con los años como el buen güisqui, pero también Ryan Phillippe que construye a un Louis Roulet con grandes claroscuros, y sin olvidar al gran secundario del cine estadounidense desde hace ya ni se sabe cuánto tiempo, William H. Macy. 

Casi como mirarme en un espejo

El inocente resulta ser una buena opción para una tarde de cine en casa, sobre todo si afuera hace frío y llueve. 

Buf. Acabo de ver en imdb que esta peli es de 2011. Sigo con mis entradas de rabiosa actualidad...






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