lunes, 21 de mayo de 2018

Creed

Sagas eternas. Sagas que no terminan nunca. Cuando parece que ya, que sí, que hemos llegado al final, te encuentras otra entrega... Hay muchos ejemplos, tanto en cine (Resident Evil, Fast and Furious, Pesadilla en Elm Street, Saw...) como literarias (La rueda del tiempo, La espada de la verdad, El elfo oscuro, series de detectives...). 



Tantas y tantas....

La saga de Rocky es un ejemplo más. Tenemos hasta Rocky, Rocky II..., así hasta Rocky V. Luego ya cambia el nombre: Balboa. Y, finalmente, rizando el rizo, aparecen los hijos de los protagonistas originales. Porque Creed es la historia del hijo natural de Apollo, que va camino de ser saga propia porque ya está en rodaje Creed II, con ¡el hijo de Iván Drago como antagonista!. 

El acabóse. Saga fundada en 1976 y con el oscar a la mejor película como hito incomparable.

La verdad sea dicha que Creed es una película que se deja ver. Quiere volver a los orígenes, quiere ser una película de boxeo... pero es difícil sacarse de encima toda la parafernalia que viene de serie con Rocky Balboa. 

Primero un izquierdazo a mano abierta..


Tiene un protagonista creíble (Adonis Creed), sobre el que se construye una historia de superación (en este caso el querer progresar por uno mismo y sin ayuda del apellido paterno) con el que se puede empatizar, tiene una buena coreografía y tal...

Pero tiene también demasiada moralina y un toque de "trampa emocional" con la enfermedad de Rocky y demás. Algo que no nos tiene que sorprender, porque viene siendo habitual en la saga (recordemos el sonrojante discurso de Rocky ante un hierático público soviético que rompe a aplaudir, eso sí, como autómatas).


Y ahora al matadero...


Entretenida, pero no es una maravilla como se ha querido vender. Más bien regularcilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario