domingo, 17 de febrero de 2019

Soy leyenda

Richard Matheson, autor también de El increíble hombre menguante, escribió en 1954 el librito de ciencia ficción Soy leyenda. Librito breve que narra la historia de supervivencia de Robert Neville en un Los Ángeles apocalíptico, después de que un virus haya convertido al resto de la Humanidad en poco más que en bestias sin raciocinio. O no, porque poco a poco, mientras vuelve a su refugio al caer cada noche, Robert Neville se da cuenta de que en realidad el raro, el que sobra, es él. De ahí las últimas palabras que pronuncia en el libro, mientras es testigo del nacimiento de una nueva civilización, pero humana: "Soy leyenda"



Varios años después, esta obrita sufrió la primera adaptación a la gran pantalla: El último hombre vivo, The omega man en su título original. El protagonista, el Hombre por excelencia, Charlton Heston en el papel de Neville, en una época en la que el actor fue el rostro conocido en varias adaptaciones cinematográficas de ciencia ficción, siempre distópicas como Cuando el destino nos alcance y la icónica El planeta de los simios

The omega man es una película hija de su tiempo, con una puesta en escena cuestionable, un argumento al servicio de su protagonista y poco más. 

Muchos años después, Charlton Heston es sustituido por otra estrella, Will Smith, que se ha atrevido a aparecer en alguna que otra adaptación de la ciencia ficción clásica (Yo, robot) en otra adaptación, en esta ocasión con el mismo título que la obra literaria original. 

Will Smith es Robert Neville, médico militar que hasta ahora ha sido incapaz de conseguir la cura al virus que ha infectado a casi toda la Humanidad, pero que continúa incansable su trabajo, aún contra toda esperanza y con la única compañía de un perro pastor alemán. Sus días se dividen en trabajar, obtener recursos para su subsistencia y esperar junto al puente a que algún otro superviviente se acerque atraído por el mensaje que, a diario, emite por radio. 



Ésto último lo conseguirá al encontrarse con una madre y su hijo, a los que aloja en su mansión-fortaleza. Y la cura, basada en un suero a partir de su sangre inmune al virus, también. 

Pero no todo son alegrías en las distopías de ciencia ficción, así que tras un enfrentamiento climático con esa nueva civilización a la que también ha visto nacer (ha sido testigo de cómo aprendían a desarrollar complicadas tácticas para capturarle), parapetado en su laboratorio tendrá que decidir realizar el sacrificio máximo para garantizar un futuro a lo que queda de la Humanidad. 

Tengo que decir que, a pesar de Will Smith, que cada vez me gusta menos, la película entretiene. Tiene algunos trozos que pasaría con el FF del video, pero el conjunto entretiene. Es ese final (en esto también cae El último hombre vivo) el que traiciona en mayor medida el espíritu del original de Matheson.

¡Sal, Neville!

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