domingo, 10 de marzo de 2019

Bond, James Bond

No he visto muchas películas de James Bond. Y enteras he visto muchas menos. El agente doble cero con licencia para matar no ha supuesto un hito en mi vida friki, esa es la verdad. 

Recuerdo que en el colegio nos pusieron Moonraker, con el gran Roger Moore, en una pequeña sala en la que había un video y un televisor de tubo. Y recuerdo retazos de películas, ninguna completa, hasta que en el cine vi un par de las protagonizadas por Pierce Brosnan y hace unos meses vi tanto Skyfall como Spectre. Así que no puedo juzgar el todo por la suma de las partes, ni mucho menos.

Sí puedo decir que últimamente la cosa ha mejorado, proporcionando las películas no solo el habitual entretenimiento que ha caracterizado a la saga (la próxima película será la número 25), sino que también el personaje ha ido ganando en volumen y relieve. Se han dejado de lado muchas de las ocurrencias que llegaron a parecer casi parodia (sobre todo en la época de Roger Moore) para aplicar menos colorido y mucha mayor escala de grises (sobre todo en esta última época de Daniel Craig). 

Foto de familia

No obstante Bond es un producto a la baja, a pesar de que intenta reinventarse y dejar atrás su época de símbolo e icono de ese heteropatriarcado que hoy en día está en boca de todos. Bond ya no es una máquina de seducción a diestro y siniestro, sino que ahora también tiene su corazoncito aunque esté escondido en un pecho que no le cabe en la camisa (hecha a medida, por supuesto). 

Atrás quedan los tiempos en los que un papel de chica Bond era sinónimo de fama mundial y una carrera razonablemente exitosa. Recordamos a Ursula Andress (que inmortalizó el bikini en Dr. No y que fue homenajeada por Halle Berry un porrón de años después), Barbara Carrera, Diana Rigg (luego en Los vengadores), Jane Seymour, Tanya Roberts, Famke Jannsen, Denise Richards, Sophie Marceau, Teri Hatcher, Eva Green... 



¿Qué decir de los malvados? El Dr. No, Goldfinger y su lacayo Oddjob (el del sombrero con ala de cuchilla), Blofeld (con su gato), Francisco Scaramanga (Christopher Lee), Tiburón (con sus dientes de acero), Le Chiffre (Mads Mikkelsen), Silva (Javier Bardem) o Franz Oberhauser (Christopher Waltz)... 

Lo mismo ocurre con las canciones. Todavía se recuerdan grandes temas interpretados por artistas no menos grandes. Como Shirley Bassey que tuvo la suerte de repetir en tres ocasiones. Pero también Paul MacCartney (Live and let die), Duran Duran (A view to a kill), A-ha (The living daylights), Tina Turner (Goldeneye) y más recientemente Madonna, Alicia Keys, Adele o Sam Smith.

Sean Connery, el primer y probablemente Bond más icónico, papel sobre el que construyó una sólida carrera cinematográfica llena de papeles de prestigio (llegó un momento en los ochenta y noventa que cualquier película que se preciara, necesitava de Connery en su metraje). 



George Lazenby, fugaz como una estrella ídem.

Roger Moore, que venía de protagonizar la serie de televisión El santo y le dio un punto cómico y socarrón que caía casi en la autoparodia.



Timothy Dalton, casi desconocido e infravalorado en su etapa, al que he redescubierto para bien en la serie Penny Dreadful.



Pierce Brosnan, otro televisivo, que será recordado por su papel en Remington Steel, pero que quizá pocos recuerden que era el espía ruso de El cuarto protocolo al que se enfrentaba Michael Caine, otro grande del cine. En su etapa vemos quizá el inicio del cambio de tendencia que será la tónica en la siguiente. 



El último Bond hasta ahora, Daniel Craig, al que se le criticó hasta la saciedad antes incluso de aparecer en pantalla: que si era demasiado bajito, que si era rubio, que si... Y ha protagonizado alguna de las películas que a decir de muchos son de las mejores de la serie. Yo ya he dicho que carezco de los conocimientos necesarios para decantarme por un lado o por el otro...




No obstante el bueno de Craig ha venido diciendo que ya está bien y que lo deja prontito, así que los rumores se han disparado. Tanto que ha cobrado fuerza Idris Elba como sustituto, para ser el primer James Bond de color (negro). Si es cierto, Elba aporta la prestancia y la elegancia que requiere el personaje. Aunque han sonado también otros nombres como Henry Cavill, Richard Madden (Robb Stark) o incluso Cillian Murphy. 



Sea como fuere, a pesar de los tiempos que corren y que aparentemente ha dejado atrás sus mejores días, todo lo que rodea a la que puede ser la saga cinematográfica más longeva, sigue siendo noticia mundial.

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