domingo, 10 de noviembre de 2019

El anillo único

Años después de MERP aparece El anillo único como juego dedicado a la ambientación de la Tierra Media de Tolkien, publicado en España por Devir Iberia y desarrollado por Francesco Nepitello. 

No pensaba comprarlo, siendo un jugador de la vieja escuela que creció buscando valores en las infinitas tablas del MERP. Eso curte y suponía que después de eso, cualquier cosa me iba a parecer un sucedáneo. 

Vale, eso y que, en realidad, no me gusta jugar en la ambientación de la Tierra Media. Creo que es una ambientación poco agradecida para el director de juego y que va a resultar difícil crear tramas que atraigan la atención de los jugadores. 



La compra de El anillo único fue compulsiva, en la tienda de Generación X de Madrid que era mi refugio friki durante los años que viví allí. Pesó bastante que había leído buenas críticas por la red y las prisas que tenía por pillar algo. No puedo entrar en una tienda como esa y no comprar nada. 

El caso es que lo compré y lo leí. Y, bueno, es un juego sencillo, con muy pocas complicaciones en cuanto a la creación de personajes. Unas pocas razas, unas pocas características, unas pocas habilidades... y ya está. Los PJs tendrán acciones dependiendo no solo de su raza y su profesión, sino también en cuanto a su posición en el orden de marcha del grupo, algo curioso y que nunca había visto en otros juegos, salvo que me haya olvidado de algo. 

Es interesante el concepto de Puntos de Esperanza, que permite resistir a la Sombra y esa desesperanza que lleva consigo cuando alguien cae en ella. Además, cada personaje debe elegir un Foco, otro personaje que le ayuda a enfocarse en el objetivo y no decaer. Conceptos ambos muy novedosos y que aumentan la cohesión del grupo. 

Reglas de combate y de fatiga muy simples que también resultan bastante chocantes desde el punto de vista de roleros viejunos como yo. 



Para resolver los conflictos se tiran tantos D6 como nuestra puntuación en la Habilidad relevante, además de 1D12 que se llama dado de proeza. El resultado de los dados se suman y se enfrentan al valor de dificultad asignado. El D12 tiene una runa de Gandalf (o un 12, por ejemplo), que garantiza un éxito sea cual sea el resultado de la tirada, pero también tiene un Ojo de Sauron (el 1, por ejemplo), que supone un fallo automático. Al resultado de la tirada se puede también sumar el valor del Atributo relevante del personaje, al coste de un punto de esperanza. Y el grado de éxito se mide con el número de 6 que se obtienen en la tirada. 

Para sacar algo más de dinero, se venden dados específicos para el juego. Son bonitos, pero poca cosa aportan. 

Bueno, son ganas de ser originales y tal, aunque parece que la mecánica permite que las partidas sean rápìdas y la resolución de conflictos no es muy complicada. También, sin haber probado el juego, me parece que las posibilidades de personalización del personaje son reducidas. 

Habría que probarlo para tener todos los elementos de juicio, pero en la situación actual de mi grupo, en el que jugamos una vez al mes o así, nos motiva más otras cosas. Como poco se queda en mi colección, que no es poco. 

El anillo único es un resultado de los tiempos actuales, cuando se busca la simplificación por encima de todas las cosas. Puede ser porque los juegos de rol tradicionales compiten con los videojuegos, que aportan una experiencia lúdica de primera y además no requieren del trabajo de preparación que, sobre todo para el director de juego, se necesita para organizar una partida memorable. 


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