domingo, 18 de junio de 2023

El regreso de Mary Poppins

Los niños a los que hace unas décadas cuidó Mary Poppins, la niñera mágica de Disney, están pasando momentos de estrechez ahora que son adultos. Están a pocos días de perder la casa familiar, al tiempo que intentan ocultar una situación tan difícil a la nueva generación, los hijos de él. Aunque los niños de las películas, y sobre todo los de las películas de Disney, son más listos que el hambre y hay poco que hacer si quieres que no sepan algo. Lo acabarán descubriendo, de una u otra forma. 

Los niños originales tienen problemas, decíamos. Pero un día, un personaje conocido llama a su puerta y se contrata para cuidar a los nuevos que, no lo neguemos, están un poco asilvestrados. 

Así vuelve a aparecer en sus vidas Mary Poppins. Sí, todavía joven a pesar del tiempo pasado y que tenga un nuevo rostro porque en el mundo de verdad la gente envejece, incluso las niñeras mágicas.Y con ella vuelve el color (azul y rojo en su mayoría), la felicidad y la magia a sus vidas. También vuelve el deshollinador, poniéndolo todo perdido, pero eso es otra historia.  


Rojo y azul

Sí, habiendo color, felicidad y magia, los malos tragos de la vida se apuran con mejor gesto. Por lo menos en las películas y sobre todo en las de Disney. Resignación cristiana. 

Mary Poppins viene a poner música en las sombrías grises de la gente, además de viajes de fantasía en los que la bañera se convierte en un inmenso mar en el que bucear en compañía de peces de dibujos animados. 

Mientras tanto, los niños originales recuperan las ganas de luchar y buscan los medios para conservar la casa familiar. Y recuerdan, a lo mejor con un poco de magia, que hay un documento que sirve para ello (hace ya tiempo que vi la película, no recuerdo el detalle concreto), pero ese documento se ha perdido, aparentemente. Otra vez de bajón. 

Más números musicales, más magia y más color, para que la casualidad venga en ayuda de esta familia y aparezca el documento en cuestión cuando apenas quedan unos minutos para que las campanadas de la medianoche marque el fin del plazo. 

Niñera y ganado
 

Saquemos a relucir el ingenio y, cómo no, algo de malas artes para evitar que ese reloj consiga dar las campanadas. Obtengamos así algunos minutos extra para que los niños originales lleguen al banco con el documento y se enfrenten al malo malísimo (Disney, no importa cuántos años pasen, sigue haciendo peliculas maniqueas), interpretado por Colin Firth.

Otras cosas que suelen suceder en las películas Disney es que acaban bien, por lo menos para los buenos. No tanto para los malos, que a veces sufren bastante. No es el caso, porque Colin Firth no pierde más que el orgullo de verse vencido mientras la envía le corroe por dentro. 

Así que, una vez que las cosas acaban bien, tendremos más canciones, color, fiesta y buen rollo, con el cameo de algunas grandes estrellas del cine familiar, como Dick Van Dyke o Angela Lansbury (tristemente desaparecida en tiempos más recientes, a una edad provecta). 

En esta ocasión el rostro de nuestra niñera favorita es el de Emily Blunt, que irrumpe en nuestras casas con su dulce rostro en El regreso de Mary Poppins y también en Jungle Cruise. Muy solvente, aunque tampoco se puede negar que es difícil olvidar otro dulce rostro, el de la Mary Poppins original Julie Andrews, que tenía 29 añitos cuando cogió el paraguas y se calzó el sombrero. 


Original y copia.

 

En la dirección un tal Rob Marshall que, sorpresas te da la vida, es también el director de la nueva película de imagen real de la sirenita y también de otros grandes éxitos como Chicago, Memorias de una geisha o Piratas del Caribe: en mareas misteriosas. También el extraño musical Into the Woods, en el que el bueno de Johnny Depp hace del lobo de Caperucita. Curiosa carrera. 

Algo más de dos horas de duración para una cinta que en casa tuvo una buena aceptación y en imdb cotiza a un decente 6,7. Tampoco más, seamos coherentes.


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