sábado, 10 de junio de 2023

Tenet

Vaya lío. 

Me puse a ver Tenet sin saber de qué iba la vaina. Empecé a sospechar que la cosa no iba a ser fácil casi al inicio, durante el asalto al teatro, cuando me fijé en que un grupo de asaltantes parecía estar haciendo cosas bastante extrañas. No podía imaginar en lo que me estaba metiendo. 

A partir de ese momento, no paró de explotarme la cabeza mientras me sentía cada vez más perdido, no tanto en la trama sino en lo que estaba viendo. Cuando supe que se trataba de dos líneas temporales que se mueven adelante y atrás en el tiempo y que se podía pasar de una a otra más o menos a voluntad a través de ciertos puntos de conexión, me caí de espaldas. 

No estaba preparado para esto. 

 

Alguna pista sí estaban dando
 

Tenet pasa de ser una tópica película tipo thriller (un malo muy malo desea fervientemente poseer algo y para ello no duda en atemorizar y pasar por encima de todo y de todos, incluyendo su mujer y su hijo para lograrlo) condenada al consumo rápido y al olvido aún más rápido, a convertirse en una bomba del cine de ciencia ficción repleta de ideas originales resueltas de forma brillante. 

Pero, por desgracia, me parece que exige demasiado al espectador. Y aunque ha medida que avanza el metraje te vas acostumbrando, más o menos, a lo que estás viendo y vas viendo cómo las diferentes piezas del rompecabezas van encajando entre sí, y tú percibes retazos del cuadro que se está pintando ante ti, en el ruido de fondo de tu cerebro se oye cómo el ventilador está intentando refrigerar tu microprocesador, que está al borde del pantallazo azul. 

Me parece innegable que hay detalles superlativos, desde la forma de mostrar las dos líneas temporales, pasando por la forma de pasar de una a otra y cómo ciertas organizaciones pueden actuar en ambas de forma simultánea. Hasta el detalle alucinante de que necesitas soporte vital para permanecer en una línea temporal a la que no perteneces. 

Buf. Demasiadas cosas. 

 

Hasta John David Washington se marea

 

Poco importa que tengamos un elenco de actores bastante solvente. Sí, incluyo en ese calificativo al cara de pánfilo de Robert Pattinson, al que es muy probable que su interpretación en las bazofias de Crepúsculo le haya colgado una mochila tan pesada como injusta, porque aquí no está bastante bien. 

Poco importa que tengamos a una leyenda como Michael Caine en escena. O que Kenneth Branagh se convierta en un villano desasosegante con apenas unos gestos y unas miradas con las que te hace saber que él lo sabe. 

Poco importan las escenas de acción, las escenas en las que ambas líneas temporales encajan como una cremallera, hacia adelante y hacia atrás, mientras tú abres la boca y entiendes más bien poco. 

 

Más de 1,90 de actriz pasándolo mal con Kenneth

 

Poco importa, como digo, porque Tenet exige mucho al espectador, demasiado. No es para todos los públicos, sin duda. Y esa sensación de ser tonto, de no entender nada de lo que estás viendo, no agrada a todo el mundo. Por lo menos a mí, y es lo que no me hace disfrutar al cien por cien de la maravilla visual que nos ofrece Christopher Nolan. 

En imdb cotiza hoy a un meritorio 7,3. Pero no tengo dudas de que si se tratara de una película más amable, podría superar el 8 con facilidad. 

No obstante todo lo dicho, tengo que recomendarla. Pero aconsejo hacerlo con un cubo y una fregona al lado para poder recoger del suelo vuestro cerebro licuado después de que se escurra de las carcasas vacías en las que se convertirán vuestros cuerpos.

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