sábado, 31 de agosto de 2024

Guerreros de Troya

Hace ya bastante tiempo, mi amigo Javi me dejó una trilogía de fantasía que se centraba en Waylander el destructor, un antiguo mercenario que tiene que afrontar nuevas aventuras, a su pesar, mien tras lucha por liberar a su pueblo de un gobernante loco. 

Apenas recuerdo nada de la trama, o de los libros en sí. Solo recuerdo que aquella historia me gustó bastante y que estaba por encima de la media en cuanto a calidad, comparando con lo que era habitual encontrarse por aquel entonces. 

 


Así que me quedé con el nombre del autor, David Gemmell, y hace poco me encontré con esta otra trilogía, con lo que tras sumar dos más dos, decidí hacerle un hueco en mi lista de lectura. 

Guerreros de Troya se compone de tres títulos: El arco de plata, El escudo del trueno y El ocaso de los reyes. Estos títulos van a acercar al lector a los tiempos míticos de la guerra de Troya que conocemos por el poeta Homero, pero lo va a hacer de una forma en la que nos va a enseñar cómo la historia real se convierte, con el paso del tiempo, en mito (me gustó especialmente cómo se aporta una explicación plausible al episodio de Odiseo, Circe y la tripulación convertida en una piara de cerdos). 

El protagonista de la trilogía es Eneas, llamado Helicaón durante la mayor parte del texto, rey de Dardania y aliado de Príamo de Troya en el conflicto que derivará en la Guerra de Troya contra los aqueos encabezados por Agamenón, el rey de reyes. Si algo se puede reprochar a Eneas es que resulta ser demasiado perfecto, demasiado honorable y con unas cualidades físicas y mentales extraordinarias. No obstante, también el autor se encarga de recordaros que una persona puede ser un héroe para unos y un asesino y un pirata para otros. Lo mismo pasa con su enorme galera Janto, que tanto resulta ser un faro de esperanza para los aliados que ven aparecer su silueta en el horizonte como algo terrorífico para los enemigos que se ven sorprendidos por ella.

 


Protagonista sería decir mucho, porque durante las páginas de los tres libros, Eneas pasa mucho rato en un segundo plano y deja la luz a otros, como Calíades y Banocles, un par de guerreros micénicos que, tras enfrentarse a Eneas y sus hombres en el primer título, pasan a ser un par de sus mejores hombres y aliados. 

Otro personaje que se podría considerar protagonista es Andrómaca, que debe viajar a Troya para casarse con el príncipe Héctor, hijo de Príamo. Su futuro se ha profetizado y resulta ser Eneas el hombre al que estaría destinada a amar, con lo que ya tenemos un triángulo amoroso penalizado por un juego de fidelidades y honor que atormentará a sus tres vértices durante todo el tiempo. 

De toda la pléyade de secundarios me quedo sin duda con Odiseo. Gemmell presenta al mítico rey de Ítaca como una carismática mezcla de rey, pirata y comerciante que navega por el Mediterráneo intentando que las mareas de la política no zarandee demasiado su barco. Se dibuja de forma primorosa su relación con su amada reina Penélope, con la que ansía vivir en paz su vejez. Amigo personal de Eneas, se verá partido en dos por esta amistad y la forzada fidelidad debida a Agamenón. 

 


Resulta curiosa la presencia de un personaje misterioso, un egipcio que se llama Gershom y que parece ser bastante más de lo que parece. El texto luego dará pistas de que pudiéramos encontrarnos ante Moisés en la época en la que era príncipe de Egipto, hasta que es reclamado para encabezar un pueblo que le ayudó en una hora de necesidad extrema. 

Sobrevolando como una sombra que todo lo cubre, el mar Mediterráneo es un personaje más. El Gran Verde, como lo llaman en varias ocasiones los personajes, es a la vez bueno y perverso, en la medida en la que proporciona riquezas y aventuras o se convierte en un mar embravecido que se lleva barcos y vidas. Resulta esencial en esa mezcla de sabores y olores que el lector puede llegar a percibir a través de los personajes. 

Y todo con el telón de fondo del conflicto que marcó una zona geográfica hace más de tres mil años y se convirtió en mito universal gracias a un poeta ciego del que no sabemos siquiera si fue real o se trata de otro mito en sí mismo. Pero este soberbio acontecimiento empalidece con las historias vitales de todos los personajes, los citados y otros como Príamo, Agamenón, Néstor y otros que navegan sus vidas hasta que se cumpla su destino. Incluso su desenlace deja de interesarnos frente a las historias personales que nos han acompañado este tiempo, a pesar de la novedosa interpretación que hace el autor de lo que fue el Caballo de Troya. 

 

El autor, tristemente fallecido antes de
publicar el tercer volumen de la serie

La agilidad y facilidad de la prosa de David Gemmell es igual a lo que recordaba, de forma inconsciente, del Ciclo de Drenai. No me cabe duda de que si alguien encuentra un rato para aventurarse en el primer volumen, casi seguro que se sentirá atraído hacia los otros dos y que, seguramente, no se arrepentirá. 

A mí, a medida que pasaba las páginas y me sumergía en el escenario y en una era de héroes enfundados en bronce, me daban unas ganas tremendas de jugar una campaña de la última edición de Runequest ambientada en la época.

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