domingo, 27 de abril de 2025

Misterio en Venecia

Misterio en Venecia es la tercera adaptación de obras de Agatha Christie que hace Kenneth Branagh. Resulta ser, además, la peor con diferencia.

Lo que empezó de forma maravillosa con Asesinato en el Orient Express y continuó, con cierta cuesta abajo, en Muerte en el Nilo, da síntomas de agotamiento evidente en esta tercera entrega. Resulta ser una pena, he de decir, porque me encantan las historias clásicas de misterio y Kenneth Branagh me parece que hace un trabajo sublime en el papel de Hércules Poirot.

En esta ocasión veremos a nuestro detective belga favorito como invitado a una sesión de espiritismo en un bello palacio de la ciudad de Venecia, con sus canales, sus góndolas y todo su encanto.



Poirot no es un aficionado entusiasta de estos espectáculos, pero acude a la invitación, quizá motivo por la curiosidad que no ha podido reprimir ni un segundo de su vida, cargado de escepticismo. La cuestión es que, como suele ocurrir, no se sabe si el investigador va detrás del misterio o lo atrae con una fuerza irresistible, pero como era de esperar las cosas se tuercen con un asesinato.

Todo parece demasiado real. Tanto que los pilares del escepticismo de Poirot llegan a tambalearse en alguna ocasión. No obstante, poco a poco se va descubriendo que todos los sucesos tienen un incontestable origen mundano y motivaciones humanas, normalmente las más bajas, como viene siendo normal en las historias de detectives.


Penumbra y velas

Por tercera vez, Kenneth Branagh está soberbio en el papel, en esta ocasión de un Poirot más crepuscular y desencantado, un poco alejado del detective que estaba acostumbrado a asombrar a todo el mundo apenas un par de décadas atrás. Pero ni la historia es tan atractiva ni el elenco de secundarios es tan abrumador como en entregas anteriores.

En Misterio en Venecia hay unos cuantos rostros que, no diré son desconocidos, pero sí que son más modestos. Aparte del propio Branagh, las más conocidas podrían ser Tina Fey (la amiga de Poirot, Ariadne Oliver) y Michelle Yeoh (la medium Joyce Reynolds), que últimamente parece estar en todas las salsas, no siempre bien condimentadas junto con Jamie Dorman (el Grey de las cincuenta sombras que no he querido sufrir).

El entorno es también más oscuro, más opresor y en ocasiones sobrecogedor, jugueteando con lo sobrenatural en una suerte de duelo con la razón, que siempre tiene las de ganar. Las escenas en penumbra, ilumnadas con velas, son mayoría. Esto, por un lado ayuda a crear ambiente, pero resulta ser también molesto en ocasiones.


Soberbio

No pude evitarlo, pero perdí interés en el caso mucho antes de lo que pretendía. Y me temo que pasó lo mismo con la familia. Una pena, porque de verdad quiero que estas películas me gusten. Veremos si consigo reengancharme en la siguiente entrega, si la hay. Por lo menos su duracion, apenas un poco más de cien minutos, no juega en su contra.

Es curioso que, a pesar de la sensación que tengo de que es una tercera parte fallida, en imdb cotiza a 6,5, que resulta ser el mismo valor que Asesinato en el Orient Express y superior al 6,3 de Muerte en el Nilo.


domingo, 20 de abril de 2025

Wonka

Visto el tema de los precios de las entradas y accesorios, solo voy al cine en ocasiones especiales o para ver películas que me apetece mucho ver en pantalla grande. El tema de las salas de cine daría para una entrada en sí misma, porque da mucha pena ir un día de fiesta, o a un estreno, y ver a cuatro gatos mal contados ocupando unas butacas que, por otra parte, son ahora muchísimo más cómodas que hace diez o quince años.

Wonka es una de esas películas que he visto en pantalla grande en los últimos meses. Su estreno coincidía más o menos con las vacaciones de Navidad de 2023 y el trailer no tenía mala pinta, así que me decidía a gastarme algo así como treinta euros y llevarme a la pequeña.

El inicio no fue prometedor (para mí), con el joven Wonka subido al mástil de un barco mientras se ponía a cantar a voz en cuello. Me había metido en un musical o n algo parecido a una película de Disney, con gente que se pone a cantar a la menor excusa.




Al poco, mis temores se disiparon y disfruté de una película simpática, divertida, colorida y optimissta, que semanas más tarde volvimos a ver, esta vez en casa, para disfrute de toda la familia.

La historia de un joven Willy Wonka que llega a la gran ciudad (¿Paris?), armado con un pequeño laboratorio portátil con el que elabora sus delicias de chocolate. Un Wonka intrínsecamente bueno e inocente que no tarda en ser timado por una pareja de despreciables caseros para hacerle trabajar, casi como en un esclavo, en su negocio de lavandería.

Nada, absolutamente nada, podrá quebrar el optimismo innato de Willy, que no tardará en elaborar un plan de fuga con la ayuda de sus nuevos amigos, irse a una galería comercial y empezar a vender sus bombones como si no hubiera mañana.



Este éxito fulgurante no tardará en llamar la atención del cártel del chocolate de la ciudad, los infames Slugworth, Prodnose y Fickelgruber, que han estado controlando cuidadosamente los precios y el suministro para enriquecerse.

Una retahíla de personajes secundarios que ganan su cuota de mercado a base de humor y carisma, como el jefe de policía, la señorita Bon-Bon, o el grandísimo Rowan Atkinson el papel de un sacerdote adicto al chocolate que custodia la gran cámara secreta de los antedichos, en la que cierran los negocios más truculentos a base de dulces sobornos.

Además de la estrella emergente Timothée Chalamet, la jovencita Carah Lane como su amiga Noodle y el citado Atkinson, podemos disfrutar de Olivia Colman en el odioso papel de Mrs. Scrubitt, que jugará una parte importante de la desgracia de Wonka y su pequeño amigo, y de Hugh Grant como el pequeño Oompa Loompa vengativo que persigue a Willy Wonka por todo el mundo para redimir su honor.


Es un musical


Wonka es una película disfrutable de principio a fin, con peripecias disparatadas, risas y carcajadas. Una película de esas que se alejan del drama, que para eso ya hay mucho en nuestras vidas cotidianas, y optan por disfrutar y, sobre todo, hacer disfrutar al espectador durante un par de horitas.

Recalco lo de disfrutar la película hasta el final, porque nuestro Oompa Loompa tiene reservado un número especial durante los títulos de crédito.

Veo con estupor que Wonka solo cotiza a un 7,0 en imdb que, aunque digno, me parece que está muy por debajo de lo que merece.






jueves, 17 de abril de 2025

Beau Geste

Tengo un recuerdo de juventud en el que estoy en la playa leyendo un libro. Tendría trece o catorce años, quizá menos, y el libro era uno de esas ediciones juveniles de clásicos de la literatura, sobre todo de aventuras, que se hacían allá por los años ochenta del siglo pasado. Lo había pedido prestado en la biblioteca, pero no en el edificio central, sino en una especie de sucursal que tenian montada en un quiosco del Paseo de Begoña, en Gijón, y que estaba orientado al público más joven.

Ahora mismo no sé si la edición que estaba leyendo era una completa o más bien una adaptación que recortaba el texto original y lo simplificaba, pero lo que sí recuerdo es una escena en la que un legionario de la Legión Extranjera francesa se encontraba solo en un fortín del desierto, rodeado por el enemigo y recorría con sigilo el adarve para ir disparando las armas de sus compañeros muertos.

Esa escena y el título se quedaron grabados a fuego en la memoria.

Así que hace poco releí Beau Geste. O casi se podría decir que lo leí, porque no recordaba nada más. Con un poco de aprensión, he de decir, porque no sería la primera vez que los recuerdos juegan una mala pasada y repetir la experiencia no es la mejor de las ideas. 

No es este el caso de Beau Geste. Descubri una deliciosa novela de aventuras, de lectura ágil y al mismo tiempo atrapadora, dividida en dos partes muy diferentes.

En la primera parte asistimos a la vida despreocupada de un grupo de jóvenes, los hermanos Geste, y sus amigos. La típica vida de la clase acomodada de la era victoriana, en la que la amistad y el honor personal y familiar son algunos de los pilares sobre los que Gran Bretaña construyó un imperio. 

 

El dorado de la portada se acababa yendo

Esos pilares serán fundamentales cuando una noche desaparece una piedra preciosa de la familia. Como suele ser habitual en estas historias, la familia da la oportunidad de reponerla al ladrón (o ladrona) sin más consecuencias, pero éste no termina de dar el esperado paso al frente. La amenaza de deshonra, materializada en la presencia de las autoridades en el sagrado hogar, será suficiente para que uno de los hermanos, Michael, apodado Beau, se autoinculpe en una carta que dejará atrás una vez abandone la vivienda. 

La autoinculpación de Michael no solo servirá para evitar la vergüenza del robo, sino otro secreto más escondido alrededor de la piedra. 

Sus hermanos no creen en su culpabilidad y todos juntos se embarcan en la búsqueda, que les llevará a alistarse en la Legión Extranjera francesa siguiendo los pasos de Beau, un cuerpo militar en el que el pasado no existe y solo el presente marca el devenir de los reclutas.

La novela cambia totalmente, convirtiéndose en una novela de aventuras en la exótica África, mientras los hermanos van maniobrando para intentar reunirse en la misma unidad de la Legíón, lo que no consiguen, al tiempo que los rumores sobre la joya de Beau llegan incluso a su regimiento, lo que tendrá efectos desastrosos. 

 

No circulan muchas fotos del autor

Y el autor nos sorprende de nuevo con una inesperada vuelta de tuerca, presentándonos la misma historia desde el punto de vista de dos hermanos, uno dentro y otro fuera del fortín, hasta que ambas se unen en un final que deja al lector a la vez satisfecho y entristecido.

Beau Geste es una maravilla de novela, escrita en 1924 por Percival Christopher Wren, que todos deberíamos leer al menos una vez. Tanto es así, que su potencial no pasó desapercibido a la incipiente industria cinematográfica y ha tenido varias adaptaciones, la primera en una fecha tan temprana como 1926.

La segunda adaptación, de 1939, probablemente sea la más conocida de todas. Con Gary Cooper en el papel de Beau, tiene a Ray Milland (Crimen perfecto) como su hermano John. Es la típica película que todos habremos visto en aquella mítica Sesión de tarde de TVE.

La segunda adaptación, de 1966, tiene la curiosidad de contar con Leslie Nielsen y Telly Savalas en el reparto, pero los dos portagonistas (Guy Stockwell y Doug McLure) están lejos del carisma de Gary Cooper.

En 1982 se adaptó al formato miniserie e incluso tuvo una parodia protagonizada por Marty Feldman en los años setenta.

Ideal para estos días de descanso de Semana Santa, no defraudará si le podéis echar el guante.


sábado, 12 de abril de 2025

The last kingdom

 The last kingdom es una serie de televisión basada en los libros de Bernard Cornwell, Sajones, vikingos y normandos, que se compone de trece libros de los que ya he leído unos cuantos. De hecho, había leído los seis primeros y, aunque no me desagradaban, estaban lejos de provocarme la necesidad de continuar leyendo hasta el final. Un poco lo que me pasa con la saga de Cato y Macro de Simon Scarrow.

Con ese precedente, tuve la serie de televisión en cuarentena hasta que decidí darle una oportunidad a su primera temporada. El resultado fue tan bueno que he seguido leyendo los libros (solo me queda un par para terminarlos y espero hacerlo en los próximos meses) e incluso los veo ahora con otros ojos, disfrutándolos mucho más. 

Toda historia tiene un inicio...

Ha sido tanto así que incluso vimos la serie al completo en familia, las cinco temporadas de las que consta y la película final que cierra la historia de Uthred de Bebbanburg en la pequeña pantalla.

Decían de The last kingdom que era la nueva Vikingos. No es exactamente así, porque cuenta la historia desde el otro lado, desde los sajones cristianos que combaten a los normandos asentados en lo que luego sería Inglaterra (dejando Gales y Escocia aparte), pero puedo comprar la forma de vender la idea a los espectadores, porque la serie de Ragnar y sus hijos fue un hito en la televisión de los últimos años.

The last kingdom me parece incluso superior en aspectos como la ambientación en la Inglaterra del siglo IX y principios del siglo X. No soy un experto en el marco histórico, pero tanto las localizaciones como el vestuario, la panoplia o las batallas, me parecen bastante adecuados a lo que estamos viendo y ayuda a sumergirse en la historia.

Una historia que no es otra que la de un joven Uthred, heredero del señorío de Bebbanburg que es criado por vikingos cuando su padre es derrotado en batalla y que crecerá con un objetivo en la vida: recuperar ese señorío que ha sido usurpado por su tío.

El camino de Uthred no será fácil y se verá entorpecido en muchas ocasiones. Como él no se cansa de repetir, el destino es inexorable y empuja a los hombres a su antojo, como a los barcos en una tormenta. Por supuesto no ayudará su actitud soberbia y su obcecación en adorar a los dioses nórdicos en lugar de al dios crucificado, cuya incipiente Iglesia dirige ya los designios tanto espirituales como materiales de los reinos sajones del sur. 

 

...y un final


Como en los libros, la historia comienza durante el reinado de Alfredo de Wessex en un momento de dificultad en el que es realmente el último reino cristiano de Inglaterra, llegando casi a punto de desaparecer.

Alfredo es retratado como un hombre inteligente, obsesionado con la cultura y su futuro lugar en la historia, devoto de Dios, pero al mismo tiempo un hombre práctico que no duda en aprovechar las cualidades guerreras de Uthred a pesar de su paganismo. Una relación de amor y odio entre ambos personajes, en tanto en cuanto ambos se admiran y respetan al tiempo que tratan de mantener sus respectivas cuotas de poder e influencia sobre el otro.

Por culpa del rey y su juramento de fidelidad, Uthred deberá posponer sine die su proyecto de recuperar Bebbanburg. Pero, a pesar de la amargura que esto le provoca, el episodio en el que ambos, rey y vasallo, se reúnen y en cierto modo se reconcilian, es uno de los mejores de toda la serie.

Lejos de aprender, Uthred tropezará en la misma piedra con Eduardo, hijo y sucesor de Alfredo, y Ethelfleda, hermana de aquél y reina de Mercia, de la que se convertirá en amante y paladín. Al final ya de al serie, la fidelidad de Uthred se traspasará a Athelstan, primogénito de Eduardo, heredero y unificador de la tierra de los anglos. 

 

Vivir o morir en el muro de escudos

Por la vida de Uthred pasarán también un buen puñado de personajes. Muchos de ellos serán amigos fieles como el padre Beocca, la abadesa Hild, sus fieles Finan, Sithric y Osferth (bastardo de Alfredo que tiene un final muy distinto en la serie que en los libros), Ragnar, el padre Pyrlig o Aldelmo. No muchos menos que sus amigos serán sus enemigos, algunos normandos y otros sajones, porque Uthred pisará muchos callos con su concepto de la fidelidad y del honor.

Habrá muchos altibajos en la historia, momentos en los que casi todo parece perdido y Uthred estará al borde de la muerte, prisionero, traicionado, derrotado o vendido como esclavo, pero como no se cansa de repetir, el destino es inexorable.

La serie consta de 46 capítulos en cinco temporadas. Las dos primeras tiene ocho capítulos cada una y las tres siguientes ya constan de diez capítulos. Aún así, la historia de Uthred tuvo que esperar a una película que se estrenó un año después de la serie. Siete reyes deben morir dura casi dos horas y, aunque está bastante peor valorada que la serie, permite un cierre adecuado que de otro modo hubiera sido injusto. Hay que agradecer esto a Netflix, a pesar de que el final de Uthred es un poco de aquella manera. 

 

El señor de la guerra

A pesar de ser una serie relativamente corta, adapta bastante bien muchos de los libros del material original. Hay algunos cambios menores, sobre todo respecto al destino de Brida, Osferth o Stiorra, la hija de Uthred, pero a grandes rasgos es muy fiable y, como he dicho al principio, me hizo reconsiderar mi valoracion de la saga de libros.

Para el papel protagonista tenemos a un desconocido Alexander Dreymon, que curiosamente no tiene demasiados créditos fuera de la serie (de hecho, en su ficha de imdb no figura nada más después de la película de cierre de la serie en 2023). No deja de ser sorprendente, la verdad, pero parece que su carrera se ha centrado mucho en el personaje y acabó siendo productor tanto de la serie como de la película he incluso dirigió un capítulo.

La valoración del público es también más que notable. En imdb cotiza a un sólido 8,5, que baja a un digno 6,9 para el caso de la película.

Recomendable, en tanto que tampoco hipoteca muchas horas de tiempo al ser relativamente corta.

sábado, 5 de abril de 2025

Green book

Estuve esperando bastante tiempo a poder ver esta película, hasta que así, sin avisar, la pusieron en televisión un viernes por la noche. La espera mereció la pena.

Green book está basada en la historia real de Donald Shirley, un virtuoso del piano, negro y homosexual, que se sumerge en una gira de varias semanas por el profundo sur de los Estados Unidos de América, a bordo de un vehículo que conduce Tony Lip, italoamericano, macho, machista y racista.

Ambos, jefe y empleado, realizarán dos viajes simultáneos: el geográfico, mientras devoran millas de carretera desplazándose de una ciudad a otra, y el personal, en el que algo de cada uno de ellos va haciendo poso en el otro mientras el respeto mutuo se abre camino entre los prejuicios iniciales.


Cartel sencillo, como la propuesta de la película


Es el año 1962 y muchas situaciones nos chocarán, pero eran lamentablemente cotidianas en los estados sureños. Por ejemplo, aunque esperado, chófer y músico tenían que dormir en hoteles separados por aquello de la segregación racial, pero lo que más me llamó la atención fueron dos situaciones específicas: la casa en la que Shirley tenía que dar un concierto privado y en la que no le permitieron utilizar el acceso principal y el resort en el que no le servían la cena pese a que iba a amenizar la sobremesa de los invitados a la fiesta (no recuerdo, creo que de Acción de Gracias).

De hecho, el título viene de una especie de guía de viajes que se publicaba para indicar a los viajeros negros los sitios en los que podían parar de forma segura: pueblos, hoteles, restaurantes, etc. Se trata de "The negro motorist green book" que, según Copilot, se publicó entre 1936 y 1966. Algo así se trató también en la serie Territorio Lovecraft, que ya comenté por aquí hace tiempo.

En líneas generales no puedo decir que el argumento sea original. No se trata de la primera ni de la última película basada en hechos reales que explota las diferencias entre los protagonistas para enseñar una moraleja al espectador, con no pocas dosis de moralina de esa que tanto gusta a los estadounidenses y que es un ingrediente esencial en muchas de sus salsas.


Protagonistas absolutos


Si fuera por eso, es evidente que Green book merecería poco más que un visionado con un cierto interés y poco más, si el espectador quiere aprender algo sobre una época ominosa en el país más poderoso del mundo.

No. La película se sostiene, sobre todo, por la poderosa interpretación de los dos protagonistas absolutos: Viggo Mortensen (Tony Lip) y Mahershala Ali (Donald Shirley). Ambos están soberbios en sus papeles, de principio a fin y la verdad es que poco importa la apariencia que los personajes reales tuvieran. A partir de Green book, tendrán el rostro de los actores que les han interpretado en la gran pantalla.

No solo ganó el óscar a la mejor película en 2019, sino que Mahershala Ali se llevó el premio al mejor actor de reparto en los BAFTA, globos de oro y óscar. Viggo Mortensen, con una transformación física impactante, fue nominado a todos esos premios como mejor actor, pero no consiguió ningún galardón.

Son poco más de dos horas de metraje, dos horitas si quitamos los títulos de crédito, que se pasan volando delante de la pantalla. Incluso cuando la película hubiera empezado tarde y terminara de madrugada, a pesar del cansancio de la semana. Por si fuera poco, luce orgullosa un 8,2 en imdb. Palabras mayores, para lo que se ve por ahí.