sábado, 12 de abril de 2025

The last kingdom

 The last kingdom es una serie de televisión basada en los libros de Bernard Cornwell, Sajones, vikingos y normandos, que se compone de trece libros de los que ya he leído unos cuantos. De hecho, había leído los seis primeros y, aunque no me desagradaban, estaban lejos de provocarme la necesidad de continuar leyendo hasta el final. Un poco lo que me pasa con la saga de Cato y Macro de Simon Scarrow.

Con ese precedente, tuve la serie de televisión en cuarentena hasta que decidí darle una oportunidad a su primera temporada. El resultado fue tan bueno que he seguido leyendo los libros (solo me queda un par para terminarlos y espero hacerlo en los próximos meses) e incluso los veo ahora con otros ojos, disfrutándolos mucho más. 

Toda historia tiene un inicio...

Ha sido tanto así que incluso vimos la serie al completo en familia, las cinco temporadas de las que consta y la película final que cierra la historia de Uthred de Bebbanburg en la pequeña pantalla.

Decían de The last kingdom que era la nueva Vikingos. No es exactamente así, porque cuenta la historia desde el otro lado, desde los sajones cristianos que combaten a los normandos asentados en lo que luego sería Inglaterra (dejando Gales y Escocia aparte), pero puedo comprar la forma de vender la idea a los espectadores, porque la serie de Ragnar y sus hijos fue un hito en la televisión de los últimos años.

The last kingdom me parece incluso superior en aspectos como la ambientación en la Inglaterra del siglo IX y principios del siglo X. No soy un experto en el marco histórico, pero tanto las localizaciones como el vestuario, la panoplia o las batallas, me parecen bastante adecuados a lo que estamos viendo y ayuda a sumergirse en la historia.

Una historia que no es otra que la de un joven Uthred, heredero del señorío de Bebbanburg que es criado por vikingos cuando su padre es derrotado en batalla y que crecerá con un objetivo en la vida: recuperar ese señorío que ha sido usurpado por su tío.

El camino de Uthred no será fácil y se verá entorpecido en muchas ocasiones. Como él no se cansa de repetir, el destino es inexorable y empuja a los hombres a su antojo, como a los barcos en una tormenta. Por supuesto no ayudará su actitud soberbia y su obcecación en adorar a los dioses nórdicos en lugar de al dios crucificado, cuya incipiente Iglesia dirige ya los designios tanto espirituales como materiales de los reinos sajones del sur. 

 

...y un final


Como en los libros, la historia comienza durante el reinado de Alfredo de Wessex en un momento de dificultad en el que es realmente el último reino cristiano de Inglaterra, llegando casi a punto de desaparecer.

Alfredo es retratado como un hombre inteligente, obsesionado con la cultura y su futuro lugar en la historia, devoto de Dios, pero al mismo tiempo un hombre práctico que no duda en aprovechar las cualidades guerreras de Uthred a pesar de su paganismo. Una relación de amor y odio entre ambos personajes, en tanto en cuanto ambos se admiran y respetan al tiempo que tratan de mantener sus respectivas cuotas de poder e influencia sobre el otro.

Por culpa del rey y su juramento de fidelidad, Uthred deberá posponer sine die su proyecto de recuperar Bebbanburg. Pero, a pesar de la amargura que esto le provoca, el episodio en el que ambos, rey y vasallo, se reúnen y en cierto modo se reconcilian, es uno de los mejores de toda la serie.

Lejos de aprender, Uthred tropezará en la misma piedra con Eduardo, hijo y sucesor de Alfredo, y Ethelfleda, hermana de aquél y reina de Mercia, de la que se convertirá en amante y paladín. Al final ya de al serie, la fidelidad de Uthred se traspasará a Athelstan, primogénito de Eduardo, heredero y unificador de la tierra de los anglos. 

 

Vivir o morir en el muro de escudos

Por la vida de Uthred pasarán también un buen puñado de personajes. Muchos de ellos serán amigos fieles como el padre Beocca, la abadesa Hild, sus fieles Finan, Sithric y Osferth (bastardo de Alfredo que tiene un final muy distinto en la serie que en los libros), Ragnar, el padre Pyrlig o Aldelmo. No muchos menos que sus amigos serán sus enemigos, algunos normandos y otros sajones, porque Uthred pisará muchos callos con su concepto de la fidelidad y del honor.

Habrá muchos altibajos en la historia, momentos en los que casi todo parece perdido y Uthred estará al borde de la muerte, prisionero, traicionado, derrotado o vendido como esclavo, pero como no se cansa de repetir, el destino es inexorable.

La serie consta de 46 capítulos en cinco temporadas. Las dos primeras tiene ocho capítulos cada una y las tres siguientes ya constan de diez capítulos. Aún así, la historia de Uthred tuvo que esperar a una película que se estrenó un año después de la serie. Siete reyes deben morir dura casi dos horas y, aunque está bastante peor valorada que la serie, permite un cierre adecuado que de otro modo hubiera sido injusto. Hay que agradecer esto a Netflix, a pesar de que el final de Uthred es un poco de aquella manera. 

 

El señor de la guerra

A pesar de ser una serie relativamente corta, adapta bastante bien muchos de los libros del material original. Hay algunos cambios menores, sobre todo respecto al destino de Brida, Osferth o Stiorra, la hija de Uthred, pero a grandes rasgos es muy fiable y, como he dicho al principio, me hizo reconsiderar mi valoracion de la saga de libros.

Para el papel protagonista tenemos a un desconocido Alexander Dreymon, que curiosamente no tiene demasiados créditos fuera de la serie (de hecho, en su ficha de imdb no figura nada más después de la película de cierre de la serie en 2023). No deja de ser sorprendente, la verdad, pero parece que su carrera se ha centrado mucho en el personaje y acabó siendo productor tanto de la serie como de la película he incluso dirigió un capítulo.

La valoración del público es también más que notable. En imdb cotiza a un sólido 8,5, que baja a un digno 6,9 para el caso de la película.

Recomendable, en tanto que tampoco hipoteca muchas horas de tiempo al ser relativamente corta.

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