sábado, 21 de diciembre de 2019

Don Cristal

La trilogía que empieza con El protegido hace la friolera de 19 años y continúa con Múltiple, tiene su capítulo final con Glass. Tengo que reconocer que la escena post-créditos de Múltiple me sorprendió muchísimo. No pensaba que estuvieran conectadas de ninguna forma. 

Glass tuve ocasión de verla en un cine de Barcelona. Me vi obligado a viajar hasta allí un viernes, y la comunicación entre Asturias y la Ciudad Condal es tan desastrosa en avión que tenía tiempo libre desde las 14:00 hasta las 22:00. Ante la perspectiva de pasar una tarde larguísima en el aeropuerto, cogí un taxi y me fui a un centro comercial para verla. 



Vuelven esos superhéroes y supervillanos tan mundanos: David Dunn (Bruce Willis, que ya se le notan los años y su némesis y archienemigo Elijah Price, Don Cristal, que da título a la película. También Kevin Wendell Crumb y 19 personalidades más, todas interpretadas por James McAvoy. 

David Dunn regenta una tienda de electrónica con su hijo (no se aclara qué ha pasado con su mujer, si está viudo o está divorciado/separado), que ya es un muchacho talludito, mientras continúa dedicando su tiempo libre a patrullar las calles en busca de malos a los que castigar, ataviado con su inseparable chubasquero verde.

Mientras, las diferentes personalidades de Kevin Crumb han secuestrado a tres chicas para ser ofrecidas en sacrificio a La Bestia.  

Elijah Price, por su parte, se encuentra en un hospital. 

La doctora, afligida...

Aparece en escena una doctora que trata de ayudar a esos tres personajes, incidiendo en que están sufriendo una enfermedad mental que les hace creer que tienen ciertas capacidades inusuales, pero que en realidad no es así sino que están poniéndose en riesgo por una ilusión. Guiada por un bien mayor, se hace con David Dunn y con Kevin Crumb cuando ambos son detenidos por la policía y los aloja en el mismo hospital que a Price, en celdas especialmente diseñadas para contenerlos: la de Dunn se inunda de agua si intenta salir (recordemos que Dunn es vulnerable al agua); la de Kevin está repleta de potentes puntos de luz que se activan si intenta salir; mientras tanto, a Price le mantienen sedado. 

Pero la potente mente criminal de Elijah Price diseña un plan destinado a darse a conocer al mundo, tanto a él como al resto de personas con cualidades especiales. En este plan involucra a los otros dos, como siempre manejando los hilos por detrás, como un marionetista. 

Una de las personalidades de Kevin, la señorita Patricia


Lo mejor de la película es la secuencia final, en la que resulta que nada es lo que parece y el argumento da un giro radical y sorprendente, como viene siendo habitual en las películas de Shyamalan. No obstante, en lugar de dejarlo alto, la película termina con una escena anticlimática en una estación en la que se encuentran la madre de Price, el hijo de Dunn y Casey, la chica a la que La Bestia perdona la vida en Múltiple. Puede que esa escena sea necesaria, no lo niego, pero provoca un bajón anímico en el espectador. 

Sigue siendo impresionante cómo James McAvoy es capaz de desarrollar tantas personalidades y dotarlas de rasgos y características propias. Ver la película en versión original tiene que ser una verdadera delicia y una de mis asignaturas pendientes.  

Víctimas colaterales


Glass tiene una nota de 6,7 en imdb, El protegido suma 7,3 y Múltiple otro tanto. Puedo estar de acuerdo con este veredicto.

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