domingo, 29 de diciembre de 2019

Carbono alterado

No estoy muy seguro de que el título de la novela, Carbono alterado, sea correcto en castellano. Es más bien una traducción literal del título original en inglés, Altered carbon, pero quizá sea más correcto decir Carbono modificado. Esto es, no obstante, un debate accesorio que poco o nada tiene que ver con la novela en sí. 

En un futuro más o menos cercano, se produce un asesinato de unade las personas más poderosas del mundo por entonces. Un asesinato físico, pero no real, porque en ese tiempo las consciencias de la gente son almacenadas en discos duros que luego pueden ser volcados en otros cuerpos, o fundas, más o menos sofisticados. El resultado es el de una inmortalidad de facto, mientras tengas una copia de tu consciencia y una funda en la que ser descargado. Solo mientras el feto se encuentra en el cuerpo de su madre y durante el tiempo que se tarda en implantar el hardware en el recién nacido, es posible matar definitivamente a un ser humano. O si el asesino se ocupa en destruir la unidad de almacenamiento haciendo imposible el volcado. 

Portada de la edición de Gigamesh.


Dos curiosidades: está prohibido enfundar una consciencia en dos cuerpos distintos. Y los católicos, convertidos en una secta religiosa pintoresca, no admiten el enfundado por ir contra los principios básicos de su religión: ir al Cielo una vez fallecidos. En los tiempos de la novela, se está planteando una ley que permite el reenfundado temporal de un católico en el caso de que pueda tener información que ayude a esclarecer un crimen. 

Es esta una sociedad en la que los crímenes más horrendos se castigan con penas de almacenamiento de decenas de años o incluso siglos. Las consciencias de los malhechores se almacenan en cárceles virtuales en las que se custodian sus discos duros a la espera de su liberación. 

En uno de estos almacenamientos se encuentra la consciencia de Takeshi Kovacs, nativo del Mundo de Harlan y miembro de una élite militar que le ha proporcionado facultades especiales. Es por eso que se descarga en una funda y se envía a la Tierra para investigar el asesinato en cuestión. Si llega a resolverlo, será indultado y descargado en su funda original. 

O sea que Carbono alterado es más que una novela de ciencia ficción. Es una novela policíaca en la que el protagonista debe, no solo aclarar quién y por qué quiso asesinar a su cliente, sino también sobrevivir a una retahíla de gente que persigue su muerte definitiva por diversas circunstancias pasadas. 

El autor


A veces con un pulso frenético, la historia atrapa desde el principio. Una prosa ágil, una historia interesante y un protagonista con carisma y carácter para resultar atractivo al lector, son ingredientes necesarios para el éxito. Y Carbono alterado es uno de los mejores libros de ciencia ficción que he leído últimamente, además de una novela negra sólida que cumple con los parámetros clásicos del género. 

Es un libro de sobresaliente o de notable muy alto, por lo menos, que sirvió a Richard Morgan para ganar el premio Philip K. Dick. 

Richard Morgan resulta ser también autor de Leyes de mercado, otra novela distópica de gran calidad que encontré por casualidad en el estand de Gigamesh en una Semana Negra de Gijon, hará ya la friolera de quince años, y que leí con gran placer. No sabía esto antes de emprender la lectura de Carbono Alterado, pero cuando lo descubrí me gustó más aún.

Espero tener oportunidad de leer más novelas de Morgan en general y de Takeshi Kovacs en particular.


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