sábado, 15 de agosto de 2020

El renacido

El renacido son 156 minutos de sufrimiento y redención en la persona de Hugh Glass, un trampero en las tierras fronterizas de los Estados Unidos durante los primeros años del siglo XIX. 

Hugh ejerce como guía de una expedición en busca de lugares de caza y pieles, formando parte de una famosa expedición, la del general Ashley, remontando el río Missouri en 1822-1823. 

La película presenta a Glass como una especie de Jeremiah Johnson, con constantes flashbacks de una aldea india en los que se le ve feliz con su mujer nativa americana. Fruto de esa unión, Glass es padre de un chico mestizo que le acompaña en su viaje. Estas características, digamos, especiales para la época, serán motivo de fricción con algunos de sus compañeros, en especial con John Fitzgerald. Solo la habilidad de Glass, demostrada en varias ocasiones, hace que los ánimos estén más o menos calmados. 



Los días van pasando hasta que tienen encuentros con indios hostiles que les obligan a enterrar el tesoro en pieles que han ido acumulando para tratar de escapar con vida y volver más adelante con refuerzos. Las habilidades de Glass son esenciales para conseguir trazar una ruta de escape y evitar las partidas que los indios han enviado en su búsqueda. 

Pero un encuentro accidental lo cambiará todo. Glass se encuentra de golpe con un osa que está cuidando a sus cachorros. El encuentro es tan súbito que la osa ataca a Glass sin darle tiempo a defenderse. La lucha es titánica, garras contra acero, y Glass consigue matar a la osa a costa de terribles heridas que lo dejan al borde mismo de la muerte. De esta forma pasa de ser un componente más que útil de la expedición a un peso muerto que pone en peligro a todos. 

Suerte que tiene a su hijo para protegerle y que el comandante de la expedición, el capitán Henry, es un hombre honrado que ordena que se preparen unas parihuelas para llevarle. Pero poco después la realidad se impone y ante la aparente cercana muerte de Glass, para salvar al resto de hombres decide pedir voluntarios para acompañarle en sus últimos momentos y enterrarle cuando ocurra lo inevitable. Fitzgerald y el joven Bridger a los que se une el hijo de Glass.

Aunque Bridger no desea hacerlo, pronto la arrolladora personalidad de Fitzgerald y su acoso físico y moral acaban por hacer mella. Fitgerald asesina al hijo de Glass y convence a Bridger para abandonar y ponerse a salvo, llevándose todo lo que resulta de utilidad. 



Contra todo pronóstico, Glass no muere sino que acaba despertando de su delirio de fiebre. Cada movimiento levanta un muro infranqueable de dolor, pero el deseo de venganza será más fuerte y, poco a poco llevará a cabo una de las proezas individuales más épicas de la expansión de Estados Unidos hacia el Oeste, hasta dar rienda suelta a su instinto de venganza. 

Hugh Glass fue un personaje histórico y los hechos que narra la película son más o menos ciertos, aunque no hay datos sobre sus supuestos mujer e hijo. Supongo que eran necesarios para darle una vuelta de tuerca a la historia, poniendo una perspectiva artificial sobre la relación tormentosa de Glass y Fitgerald. Como si la historia real no fuera lo suficientemente atractiva, que necesita aditivos artificiales... Cosas de las pasiones humanas, que son el motor del mundo.

La película cuenta con unos parajes naturales impresionantes, una historia atractiva que a veces se convierte en demasiado penosa de ver por la serie de calamidades que le suceden al protagonista y un actorazo como Leonardo Di Caprio que se ha convertido por derecho propio en uno de los iconos del Hollywood actual antes de cumplir siquiera los cincuenta. Muy lejos de los papeles de juventud, incluso del Jack de Titanic, Di Caprio ha dado un ejemplo de construcción de carrera apoyada en sus propias habilidades interpretativas y carisma en pantalla..

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