sábado, 23 de marzo de 2024

El viaje del perdón a Glen Orchy

Una de las manías que tengo es intentar empezar cada año con un nuevo libro, así que a medida que se acerca el 31 de diciembre ya voy calculando lo que voy a ser capaz de leer y eligiendo libros de acuerdo a su tamaño para intentar cumplir el objetivo. No lo consigo todos los años, pero me suelo quedar bastante cerca. 

Al acabar 2022 me encontré de nuevo en esa tesitura y miré con esperanza a mi biblioteca, donde encontré un pequeño librito de Anne Perry que resultó ser el primer volumen de sus Historias Navideñas: El viaje del perdón a Glen Orchy

Nada sabía de la autora y menos de su obra. Ambas me sorprendieron. 

 

Una historia agradecida de leer

Cuando busqué información de Anne Perry (que resultó ser un seudónimo), no pude hacer otra cosa que abrir los ojos con la tremenda historia de su juventud. No la voy a comentar aquí, porque creo que es mejor que el que quiera la descubra de la misma forma. Solo voy a decir que a veces resulta curioso cómo da vueltas la vida y todavía hay esperanza incluso cuando parece que ya no hay salida (si bien es verdad que lo de la esperanza depende del punto de vista, en este caso, porque a lo otros protagonistas no les quedó nada). 

En cuanto al librito, intuí que por pertenecer a la serie de Historias Navideñas, se trataría de algo relacionado de algún modo de esa época del año que tanto me gusta. No es que yo sea precisamente un águila, pero a veces me lanzo con conjeturas como esta. 

Lo que me encontré fue una historia que se lee con tremenda rapidez y que me ventilé en tres o cuatro días, ambientada por Navidad en la alta sociedad británica de finales del XIX y principios del XX.

Nos encontramos en una celebración de un fin de semana en una de esas casas inglesas que son casi castillos, separadas del resto del mundo y en las que los  miembros de la alta sociedad se autoaíslan de la baja sociedad sobre la que se elevan y que en el fondo (o no tan en el fondo) desprecian. 

En esa celebración asistiremos a una conversación de un grupo de mujeres. Una de ellas, viuda desde no hace mucho tiempo, anuncia su compromiso con el joven heredero de una buena familia. La envida corre como la pólvora y los comentarios van subiendo de tono, acusándola de buscafortunas. Para su horror, ni siquiera su prometido la apoyará en público. Esa misma noche, decide poner fin a su vida. 

 

Una autora con una historia sorprendente

Haciendo gala de un ciego cinismo de clase, las críticas se vierten ahora en las dos jóvenes que más se enfrentaron a la fallecida, castigándolas con el desprecio y el ninguneo más absoluto. Para una persona de aquella época, no se trata de otra cosa más que una muerte en vida, porque se las excluirá de cualquier evento social que se convoque a partir de entonces, acabando con sus opciones de encontrar un buen marido o ir creando una red de contactos que poder utilizar más adelante. 

Sin embargo, un hombre de moral intachable y reconocido por el grupo, propone una penitencia: viajar hacia la casa solariega de la suicidada y presentar sus disculpas a su madre, volviendo con pruebas de haber cumplido la tarea. 

Así que acompañaremos a ambas jóvenes en un incómodo viaje, no solo por lo físico sino por lo emocional, y descubriremos con ellas un incómodo secreto familiar.  

Pasa ser la primera incursión en la obra de Anne Perry (a quien, por lo que sea, no dejo de confundir con Anne Rice), me ha gustado mucho. Tengo que encontrar un hueco en mi lista para profundizar en la obra de esta autora que, por lo que he podido averiguar, mezcla el misterio con la ambientación histórica. 


 

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