Siguiendo con la tónica de entradas anteriores, en los últimos meses he visto unas cuantas películas que se pueden agrupar porque comparten su instrascendencia. Una vez consumidas y disfrutadas en mayor o menor medida, se pueden olvidar perfectamente porque apenas dejan huella.
La puerta mágica es la primera de ellas. Un joven se presenta a una entrevista de trabajo en una empresa bastante misteriosa. Los primeros días le asignan tareas sin sentido aparente, hasta que junto a su compañera se dan de bruces con la realidad: la empresa tiene relación con la magia y se encuentra envuelta en una guerra civil soterrada por la posesión de una puerta mágica, perdida hace mucho tiempo, que permite el acceso a zonas ahora aisladas en busca de mayor poder mágico.
Poco hay que decir, aparte de que cuenta en su reparto con estrellas como Christoph Walz y Sam Neill. Supongo que hay que pagar las facturas.
Tampoco es cosa de ser muy duros. La película es entretenida, sobre todo para la chavalería, dura algo menos de dos horas y ya. Esto también se agradece.
En imdb cotiza a un aseado 6,1.
John Krasinski dirige Amigos imaginarios, la segunda de las películas intrascendentes de hoy. Protagonizada por Ryan Reynolds, un habitual de este tipo de cine que le ayuda a pagar facturas entre Deadpool y Deadpool.
La joven Bea ha sufrido la pérdida de su madre por una angustiosa enfermedad y ahora ve cómo su padre también está enfermo, así que mientras se encuentra ingresado en el hospital a la espera de una operación delicada, vuelve a vivir a casa de su abuela, llena de recuerdos de épocas más felices.
En el piso de arriba vive un vecino misterioso, Cal (Ryan Reynolds), pero también un número indeterminado de amigos imaginarios que ahora se encuentra sin hogar porque los niños a los que acompañaban han crecido y les han olvidado.
Bea ayudará a Cal en su labor de reemparejar a estos amigos imaginarios con otros niños que pueden necesitarlos o, en algunos casos, volver a juntar a amigos separados hace muchos años. Ayudará también al propio Cal a desbloquear recuerdos perdidos, con sorpresa incluida.
Apenas una hora y tres cuartos de historia amable, colorida, positiva y olvidable, que está en un 6,4 en imdb.
Desde Francia llega Los hombres lobo de Castronegro, una película intrascendente basada en el juego de mesa del mismo nombre.
Como en Jumanji, la familia de Jerôme se traslada mágicamente a la Francia medieval, hasta una aldea en la que, cada noche, los hombres lobo asesinan a un aldeano al azar. Cada mañana, el pueblo se reúne y asiste a la ejecución de un acusado de licantropía.
Cómo no, en Europa hay también estrellas que necesitan pagar sus facturas. Aquí se trata de Juan Moreno, más conocido como Jean Reno, que encarna al padre del Jerôme, que sufre de una demencia galopante que se revierte por arte de magia mientras se encuentran en la aldea.
La familia tendrá que trabajar unida y resolver los problemas de convivencia que padecen las tres generaciones que la componen, para encontrar la forma de volver todos a su tiempo y salir de la pesadilla.
Imdb la pone con un 5,5 para ser de forma objetiva la peor de todas. Lo único amable que podemos decir es que los efectos especiales y la ambientación medieval no están de todo mal y, sobre todo, que solo dura poco más de hora y media.
No mucho mejor es Harold y el lápiz mágico, en la que la estrella con problemas de solvencia es Zachary Levi.
Harold es un protagonista de libros para niños que toma conciencia de si mismo y que haciendo uso de un lápiz mágico es capaz de entrar en nuestro mundo con la intención de contactar con su creador, con el que ha perdido todo contacto.
El atractivo de la cinta es la ingenuidad con la que Harold y sus amigos se enfrentan a las peculiaridades de nuestro mundo, tan distinto al suyo. Y, por supuesto, la magia que despliega cuando se pone a dibujar con su lápiz de color morado y todo lo que surge de su imaginación se convierte en real.
Incluso conocerá lo que es el amor cuando se encuentre con Terry (Zooey Deschanel) y su hijo Mel, a los que no dudará en ayudar en momentos de necesidad.
Se trata de solo 90 minutos que seguramente harán la delicia de niños pequeños, pero que a los mayores se les puede hacer duro de digerir. En imdb estamos en la cota del 5,7.
Seguramente hemos visto cosas peores que estas cuatro películas, pero si se pueden evitar, no nos perdemos nada. De todas formas, las películas intrascendentes se olvidan casi al mismo tiempo de ser consumidas.
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