domingo, 15 de marzo de 2020

El lobo de Wall Street

Leo di Caprio y Martin Scorsese son una dupla camino de convertirse en clásica, como John Ford y John Wayne. Parece mentira que el bueno de Leo haya pasado a ser uno de los mejores actores de los últimos tiempos, con unas cuantas buenas películas a sus espaldas ya.

El lobo de Wall Street, a pesar de su excesivo metraje (3 horas), es otra de estas buenas películas. Una historia de la Bolsa allá por los años ochenta del siglo pasado, un tiempo de excesos y locura en todos los sentidos y que se refleja en varios momentos totalmente increíbles, pero que tienen un cierto halo de realidad. 



Leo di Caprio es Jordan Belfort, un joven que se presenta en su primer día de trabajo en Wall Street en la compañía de Mark Hanna con ganas de comerse el mundo y una inmensa mala suerte. Ese mismo día el índice bursátil Dow Jones se va a la mierda, literalmente, y Jordan se queda sin trabajo. 

Pero es un tipo listo, aunque tenga que empezar por lo más bajo, negociando con títulos accionariales que valen menos que el papel en que están impresos, así que sale del pozo y se va enriqueciendo. Mansiones, helicópteros, yates.... drogas, sexo y alcohol. Un frenesí de vida como si no hubiera mañana, rodeado de su socio Donnie (Jonah Hill) y su mujer Naomi (Margot Robbie). 

Muy bien para el poco tiempo que tiene

Actividades ilegales, evasión de impuestos y todo lo descrito anteriormente es un cóctel explosivo que acaba llamando la atención del FBI y termina en una continua huida hacia adelante del bueno de Jordan Belfort para salvar todo lo que pueda de su fortuna, amagando con colaborar con el FBI y terminando por echarse atrás. Obligado a reiniciar su vida otra vez, Jordan terminará dando conferencias de motivación y éxito personal. 

Lo dicho, lo peor de la cinta es el excesivo metraje. Una muestra más de que hoy en día casi todos los directores alargan el chicle quizá más de lo necesario (el mismo Scorsese lo hace todavía más en El irlandés). 

La chica guapa y también talentosa
 Lo mejor, la recreación de ese ambiente en el que parecía que todo valía, esas orgías de alcohol, sexo y drogas, con una mención especial al colocón de Jordan y Donnie con unas pastillas caducadas que acaban provocando un viaje brutal. 

Muy buena también la interpretación de todos los actores. Grandes, muy grandes. Incluso ese redescubrimiento que es Matthew McConaughey que tiene unos pocos minutos en el metraje, pero dibuja un personaje hilarante por lo excesivo.  

Telepredicando

La verdad es que tuve que verla en un par de veces o tres, en lugar de hacerlo de una sentada, pero también es verdad que me ha gustado bastante. O mucho. Y está claro que no soy el único, porque hoy tiene una puntuación en imdb de 8,2, lo que de verdad es bastante alta. 

Recomendable para estos días convulsos y aburridos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario