domingo, 13 de octubre de 2024

Buenos presagios (T1 y T2)

Neil Gaiman y el tristemente desaparecido Terry Pratchett escribieron a cuatro manos la novela Buenos Presagios, en la que el demonio Crowley y el ángel Azirafel, después de liarla con el Anticristo, deciden trabajar juntos para evitar el fin de un mundo en el que se sienten muy cómodos y seguros.

Prime decidió realizar una adaptación de esta obra que fue, además de fiel a la fuente, de muy buena calidad, sobresaliendo un reparto encabezado por David Tennant y Michael Sheen, que dan vida al demonio y al ángel respectivamente. Como sucede con otros personajes literarios llevados al cine, el rostro de estos dos actores será ya el que de manera inevitable venga a la mente cuando se lea la novela.  El lado malo, si se puede decir algo así, es que contar con protagonistas de la talla de estos dos, eclipsa de manera inevitable todo lo demás.

 


 

La primera temporada debió ser además un exitazo, porque hace relativamente poco tiempo se estrenó una segunda temporada. La incógnita era saber por dónde iba a ir la historia, porque hasta donde yo sé, no hay un segundo volumen escrito por Gaiman y Pratchett, así que por fuerza tenía que tratarse de algo inédito.

Esta segunda temporada se centra en la desaparición del Arcángel Gabriel (Jon Hamm), que un buen día se presenta en la librería de Azirafel sin saber quién es. Huelga decir que esta desaparición hace que se monte un buen lío, tanto Arriba como Abajo, con ambos poderes desplegando su máxima capacidad para encontrarlo.

La temporada, si bien sigue este hilo conductor, ahonda mucho más en la relación del ángel y el demonio a través de los siglos. Una profundidad que, quizá de manera inevitable, lleva al desenlace de la temporada que, a mi parecer, no resulta satisfactorio. O, al menos, no tan satisfactorio como el final de la primera temporada. 

 


Será porque falta la mano de Terry Pratchett, o porque el rumbo que toma la historia me parece discutible. No estoy muy seguro, porque cuando leí el libro o vi la primera temporada, no supe reconocer qué partes podían ser de Pratchett y qué partes eran de Gaiman.

Lo que está fuera de toda duda es el tremendo trabajo interpretativo de Tennant y Sheen. Solo por eso, merece la pena ver la serie. Pero además tenemos a Jon Hamm, que está también muy inspirado, y a Miranda Richardson, otra actriz de sólida capacidad. Y, como viene a ser habitual en las series británicas, un puñado de secundarios que se apoderan de las escenas sin que lo veas venir, aportando su parte a que el entorno y la historia sean tridimensionales, con la sensación de que detrás de cada cara hay una historia personal que merece ser contada. La presencia en el capítulo final del gran Derek Jacobi brilla con luz propia.  

 

Todo gira a su alrededor

El final me dejó un poco indiferente, aunque también expectante ante una posible tercera temporada que parece estar cada vez más en el aire por las polémicas noticias que rodean a Neil Gaiman, el cual, según dicen, ha ofrecido distanciarse del proyecto.

Si la decisíón fuera cancelar la serie, sería una decepción porque el final de la historia merece ser contado. Los personajes y los actores merecen que se les deje terminar el brillante trabajo, reconocido en ese 8,0 que brilla hoy en imdb.

Sea cual sea lo que pase, por lo menos ved la primera temporada.



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