martes, 8 de octubre de 2024

Civilization VI (PS4)

 En medio de las intensas historias de The Last of Us y Mass Effect, decidí cambiar de tercio en mi PS4 y jugar algo más pausado y sesudo. Empezé The Bard´s Tale, un clásico desde los tiempos de PC de los años noventa del siglo pasado, pero no me gustó nada en las primeras dos horas, así que como lo tenía descargado desde hacía meses, me puse con Civilization VI.

Es la primera vez que juego estrategia en consola. Antes siempre había sido carne de PC y estaba un poco temeroso de los controles, pero la verdad es que, una vez que le cogí el tranquillo, la experiencia de juego es bastante similar.

Solventado ese primer escollo, me quedaba un mar lleno de bajíos traicioneros en los que embarrancar mi optimismo, porque la verdad es que Civilization VI es un juego inmenso y yo hacía décadas que había jugado alguna versión anterior con un resultado bastante humillante. 

 

César parece un tipo agradable

En esta ocasíón elegí la civilizacion romana entre todas las que puedes elegir, cada una con sus ventajas y desventajas, y me enfrenté a un mapa de tamaño medio con otras cinco o seis civilizaciones contra las que competir.

La sensación de enfrentarse a un mapa totalmente vacío, con un solo colono, e ir creando paso a paso un emporio comercial, tecnológico y militar, es embriagadora. Los turnos se suceden uno tras otro, mientras vas contando los que te quedan para conseguir un avance decisivo, una unidad nueva, evolucionar otras o completar una maravilla. El juego engancha, y de qué manera. Siempre da la sensación de que hay que jugar un turno más. Y luego otro, y otro, hasta que pasan las horas sin darte cuenta.

Las opciones son prácticamente ilimitadas. Puedes elegir la religión de tu civilización, la forma de gobierno, el árbol tecnológico, encontrar héroes de diversos campos que te otorgarán bonificaciones diferentes. Avanzar de forma equilibrada es una tarea homérica. 

 

Un mar de hexágonos

 

Es importantísimo crcer rápido al principio. Yo no lo hice así, y aunque al final conseguí crear varias colonias y tener una extensión apreciable del mapa, muy pronto me quedé encajonado entre las civilizaciones vecinas, que me cortaron el paso a nuevos territorios y recursos muy valiosos. Pero luego hay que crecer con cabeza, porque es necesario que la población crezca y sea feliz y para ello necesitamos comida, recursos y distritos sociales en nuestras ciudades. De lo contrario, la poblacion se estancará y tu civilización también.

Me ha llamado la atención que el controlar el mar es menos valioso que la tierra sólida o, por lo menos, yo no fui capaz de sacarle partido a pesar de ser la única civilización con una flota apreciable.

En cuanto al poderío militar, es imprescindible al principio cuando te encuentras de forma aleatoria con invasiones bárbaras que pueden dar al traste con tu incipiente civilización. Más adelante hay que saber utlizar los recursos disponibles y adaptar el ejército a ello, para evitar desviarlos de lo verdaderamente importante. Tampoco supe entender bien la forma de utilizarlo, ya que aunque me parecía que tenía el mayor ejército sobre el tablero, fue arrasado en apenas 10 turnos cuando mis vecinos persas me declararon la guerra. Ayudó que perdiera gran parte de las unidades intentando conquistar sus ciudades, fuertemente protegidas. Quizá debería haber dedicado mis esfuerzos a destruir sus instalaciones y disminuir sus recursos disponibles. 

 

El cerebro detrás de todo

 

Las opciones de comercio me dieron un buen quebradero de cabeza. No fui capaz de conseguir apenas tratos comerciales que me fueran medianamente favorables y las ofertas que realizaba eran invariablemente rechazadas por las otras civilizaciones. En alguna ocasión en la que fui yo quien rechazaba el trato, la otra civilización se pillaba un mosqueo que nos ponía a las puertas de la guerra.

La guerra fue una sensación interesante. A los persas se les fue pelando el cable por motivos que antes eran intrascendentes, a medida que nos acercábamos al turno final (son 500 turnos, pero se puede ampliar). Yo estaba a punto de conseguir los últimos avances que me llevarían a conquistar las estrellas y, se supone, la victoria total, pero apenas cuarenta o cincuenta turnos antes de ese final, me declararon la guerra y me hundieron. Por eso, la sensación fue un poco de aleatoriedad. 

 

Cuida los recursos y aprovéchalos

 

Echaría unas 60-70 horas en el juego y, aunque me gustó mucho, me parece que se necesita mucho más tiempo solo para empezar a desentrañar algunas de las capas que se esconden debaj o de ese mapa repleto de hexágonos. Solo con ver los cientos de entradas que tiene la Civilopedia (la ayuda de juego), se da uno cuenta de que hay mucho fondo y que resulta fácil ahogarse.

Pero el tiempo dedicado fue más que suficiente para entender por qué Civilization es una saga tan popular, como Total War o Europa Universalis, cada una con su estilo propio, e imprescindible para los aficionados a la estrategia. Ahora se puede encontrar tirado de precio.


1 comentario:

  1. No falta mucho para que salga el VII. Será interesante ver qué cambios introduce. Mi favorito, por ahora, es el IV.

    ResponderEliminar