Hay juegos que es necesario jugar en cualquier circunstancia, porque han marcado hitos en la historia de los videojuegos.
He sido un gran aficionado a los videojuegos de PC, pero desde la pandemia solo juego en consola y he cambiado mis hábitos de juego. De la estrategia y el rol he pasado a juegos en los que la historia y los personajes priman por encima de las mecánicas y las estadísticas. Así he podido ver varias joyas de la industria y espero continuar haciéndolo.
En uno de mis últimos cumplieaños me hice con una edición física de Mass Effect, en su edición Legendaria, pagando el 100% de su precio, unos sesenta o setenta euros del ala. Apenas sabía nada de la saga, más allá de que era una de las imprescindibles en PS3, con tres juegos editados en 2007, 2010 y 2012.
Cuando empecé Mass Effect me encontré con un juego superado en el apartado técnico por cualquiera de los que había jugado antes. El choque fue importante y casi me echa para atrás. Por suerte, aguanté el tirón y acabé esa primera parte, que es bastante corta.
Por encima de los gráficos desfasados, la jugabilidad limitada, los escenarios repetitivos de las msiones secundarias, el pequeño número de PNJs en áreas que se suponen llenas de vida como la Ciudadela, me encontré con una historia atractiva y unos personajes carismáticos. Además, a medida que iba avanzando, me sumergía en el fantástico lore de la saga, leyendo con avidez las distintas entradas que me explicaban la historia, las diferentes ubicaciones y las razas, tanto las jugables como las no jugables.
Así, aprendí que la Humanidad encontró casi por casualidad un relé de masa en los confines del Sistema Solar y, de esta forma, dio un salto exponencial en sus posibilidades de exploración de la galaxia. De manera inevitable, chocó con las razas alienígenas que ya estaban establecidas en una suerte de Consejo Galáctico y que desconfiaban de una raza joven e impetuosa. De hecho, se llegó a las armas cuando los turianos atacaron el sistema solar.
Mi Comandante Shepard |
Esa profundidad fue suficiente para mantener mi interés mientras perseguía al renegado agente turiano Saren, luchando contra entidades cibernéticas, los geth, que mantienen un conflicto con el resto de la galaxia. Establecí relaciones con la tripulación y con personajes que me acompañaron todo el viaje, como la dulce Liara, el belicoso Wrex y el heroico Garrus.
Una vez superado este primer escollo, continué con Mass Effect 2. Aquí el salto técnico es apreciable en apenas tres años. Más personajes, más misiones y más variadas, más horas de diversión y un sistema de mejora de personajes que permitía personalizar a los miembros del equipo.
El juego empieza con la muerte de Shephard y su posterior resurrección a cargo de la organización Cerberus y su líder, el Hombre Ilusorio. Deberemos formar un equipo para luchar contra los recolectores, unas entidades de tipo colmena que actúan como una especie de heraldo de los Segadores y que se han ocupado de raptar a colonos de diversas ubicaciones.
Nos acompañarán viejos amigos y conoceremos a otros, de los que nos tendremos que ir ganando su lealtad para llegar al final en las mejores condiciones posibles. De todos los nuevos me quedo con Samara, Jack y Tali, pero todos los que te encuentras tienen arcos personales profundos y atractivos.
Foto de familia |
El juego también es más largo, requiriéndome unas cuarenta horas frente a las quince o así que pude llevar la primera parte.
En 2012 se lanzó Mass Effect 3, soberbio colofón de la trilogía. El juego es ya muy complejo, el apartado gráfico ha mejorado mucho, el mapa, la historia y las misiones son largas y las horas de diversión están garantizadas.
Eché más de 100 horas luchando al lado de mis camaradas, flirteando y cuidando romances con varios de ellos, llorando varias pérdidas, algunas inesperadas y tomando decisiones que a veces suponen verdaderos dilemas éticos.
Mientras tanto, las especies de la galaxia afrontan una lucha sin esperanza contra los Segadores, que han sido despertados como en muchas ocasines anteriores, buscando el reinicio de la vida inteligente y comenzar un nuevo ciclo evolutivo en el que solo la Ciudadela y el sistema de relés de masa permanecen inmutables, esperando a nuevas razas que las encuentren.
La mejora en el apartado visual respecto al juego original es importante |
En total han sido más de ciento cincuenta horas dando saltos por la galaxia para llegar a un final épico en el que, a pesar de todos mis esfuerzos y de seguir varias guías de juego, fui incapaz de que mi comandante Shepard sobreviviera al cataclismo final. No obstante, su porfiado sacrificio fue suficiente para salvar a todos sus seres queridos.
He podido ver que la Edición Legendaria mejora bastante el aspecto visual de los juegos originales. Aún así, el salto técnico en apenas cinco años fue impresionante.
Muchas horas y muchos meses. Es inevitable que una vez terminados los tres juegos, me quede una sensación de vacío. Pero queda la satisfacción de haber vivido una aventura a escala galáctica y un videojuego histórico.
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