domingo, 16 de noviembre de 2025

Visiones vampíricas

Hoy traigo otra entrada recopilatoria, en esta ocasión de varias visiones de historias de vampiros que he tenido la ocasión de ver en los últimos meses. 

El último viaje del Démeter (a mí siempre me ha sonado mejor en femenino) es una película basada en un capítulo de Drácula, de Bram Stoker. En concreto, el fragmento que narra la llegada del Démeter a puerto, totalmente vacía a excepción de un cadáver atado al timón.

Desde la partida desde Transilvania, el barco es otro protagonista más de la película, produciendo un ambiente opresivo que se hace más intenso a medida que ocurren a bordo hechos inexplicables y de lo más insólitos.

Primero aparecen muertos varios animales que el barco transporta en la bodega de carga, pero pronto van a empezar a desaparecer miembros de la tripulación. Todas estas cosas ocurren por la noche y al amanecer los tripulantes que quedan se vuelven más paranoicos.



Al igual que el barco, la misteriosa caja rellena de tierra que está en la bodega va tomando una personalidad propia y se hace con una posición central en la trama. Lo será aún más cuando los últimos tripulantes descubren a Anna, que primero parece ser una polizona, pero que resulta ser más bien una pieza de ganado.

El final resulta ser de lo más apropiado cuando Drácula se muestra como es en todo su salvajismo animal, hasta la secuencia que nos muestra la llegada del Démeter a puerto.

Me hubiera gustado más sin la pareja protagonista, Clemens y Anna, y su salvación final aún con el cabo suelto de lo que realmente es Anna. La historia es lo suficientememente poderosa para no necesitarla, porque uno de los méritos principales de la película es conseguir todo lo que consigue con apenas unos párrafos en la obra original.

Liam Cunningham (Ser Davos de Juego de Tronos) se está haciendo cada vez más imprescindible en cualquier producción que se precie.

Se me antoja escaso el 6,1 que luce hoy en imdb.

Nosferatu tiene a su favor un elenco bastante más conocido: Nicholas Hoult, Aaron Taylor-Johnson, Willem Defoe, Emma Corrin y Bll Skarsgard (un inquietante conde Orlok), además de Lily-Rose Depp en el papel de la sufrida protagonista.

Dirigida por Robert Eggers, que parece estar especializado en historias del mismo pelaje (El faro, El hombre del norte, La bruja), me gustó bastante menos que la anterior, me pareció bastante larga y un tanto aburrida en algunos momentos. Es, quizá, una prueba más que el ritmo del terror gótico no ayuda mucho si no está acompañado de algo más y aquí, salvo alguna imagen que nos recuerda poderosamente al Nosferatu de Murnau.



La ambientación está muy cuidada y el tono, gris, parece casi blanco y negro. Pero con todo lo anterior, pasa por encima del espectador sin apenas marcar.

De este director es la tercera película que veo y ninguna me ha parecido gran cosa ni mucho menos a la altura de la fama que tiene cada una de ellas.

Tiene un 7,1 en imdb hoy, lo que me parece excesivo.

Los Radley supone una aproximación totalmente distinta al mito vampírico a las dos anteriores. Cuenta la historia de Peter y Helen Radley y sus dos hijos, que forman una pareja de lo más normal en un barrio residencial de lo más gris.

Todo cambia cuando su hija sufre el despertar de su naturaleza en respuesta a una agresión física, matando a su agresor y disfrutando con ello. A partir de ahí, la familia entera ve ponerse su vida patas arriba y a los padres tener que enfrentarse a una esencia malvada que se han empeñado en enterrar durante toda su vida.

No podía faltar el cazador de vampiros, en esta ocasión uno de los vecinos que sospecha que hay algo detrás de ellos, pero que no puede demostrarlo.



Y para acabar de embrollarlo todo, la llegada del hermano gemelo de Peter, que a diferencia de su hermano no se avergüenza de lo que es y lo abraza con orgullo, terminará por liarlo todo.

El director es Euros Lyn, totalmente desconocido para mí, pero que ha estado involucrado en varias series destacadas en los últimos años: Broadchurch, Doctor Who, Black Mirror,Torchwood, Daredevil, La materia oscura...

No estamos ante ninguna maravilla, pero entretiene a pesar de algún momento excesivo. El 5,1 de imdb también me parece un poco escaso.

Por último, la última versión de El misterio de Salem´s Lot se la podían haber ahorrado. No es que sea mala por algún motivo concreto, pero es que no aporta nada a cualquiera de las versiones que se han realizado antes de la novela de Stephen King.



Por supuesto no mejora a la primera miniserie, la protagonizada por David Soul y que siempre tendrá un lugar en nuestros corazones porque la vimos de niños (o más tarde porque nuestros padres no nos dejaron en su momento) y nunca se nos olvidará la escena en la furgoneta cuando se mueve la caja o en el consultorio médico cuando el protagonista hace una cruz con dos depresores de palo. Esta versión tiene un 6,8 en imdb.

Pero tampoco mejora a la versión de 2004, con Rob Lowe como protagonista y, lo que es aún mejor, Donald Sutherland como Striker y Rutger Hauer como Barlow. Aunque peor valorada que la anterior con 6,2, es bastante entretenida.



Así que el 5,6 con el que vemos a la última versión por el momento, no es más que el resultado lógico de hacer una cinta con un elenco bastante desconocido y no conseguir enganchar con el espectador. Solo al final, cuando los pocos protagonistas vagan por el pueblo desierto y llegan al autocine para darse cuenta de que todos sus vecinos se han convertido, consigue llegar a un nivel cercano a sus predecesoras.

Una pena, porque la novela de Stephen King es de lo mejor que he podido leer de vampiros y sin duda de las que más me han angustiado al leerlas.


domingo, 9 de noviembre de 2025

Conan de Cimmeria (Minotauro)

Es sorprendente cómo me atrapa el personaje de Conan. Desde mi adolescencia, cuando devoraba los tebeos de La espada salvaje de Conan, Conan el bárbaro y Conan rey, pasando por las películas y las novelas de tapa azul que se publicaban en tapa blanda y bolsillo, por parte de Martinez Roca para su colección Fantasy.

Nombres como L. Sprague de Camp, Lynn Carter, Roy Thomas, Ernie Chan, Barry Windsor Smith o John Buscema me eran tan familiares como el de Robert E. Howard, el autor de las novelas originales allá por los años treinta del siglo pasado.

Me sorprende porque Conan es un personaje creado para su disfrute en revistas pulp como Weird Tales y que el autor pudiera monetizar su esfuerzo lo más rápido posible. Entonces, como producto de su tiempo y de sus circunstancias, entiendo que debería tener una vigencia bastante limitada y, sobre todo, irse apagando a medida que pasan los años.

No me parece así y lo he podido comprobar al leer los tres tomos recopilatorios publicados por Minotauro, siguiendo el orden cronológico de publicación original.



Me compré los tres tomos más por afán de coleccionismo que por otra cosa. Y no resulta baladí, porque cada uno me salió por cerca de cincuenta euros. El retorno, en cuanto a calidad de la edicion, me resultó un poco mediocre. Vale que tenemos cada tomo en una edición de estuche con una ilustración a todo color y que el interior está salpicado por ilustraciones también de calidad, aunque en blanco y negro, pero cada tomo me ha dado cierta sensación de fragilidad y poca durabilidad, así que los he guardado con reverencia una vez leídos.

Es en lo que se refiere al disfrute que me ha parecido que he pagado poco. Desde que empiezo a pasar las páginas y me sumerjo en una Era Hibórea que siempre me ha parecido realista, quizá porque está plagada de nombres familiares que rememoran civilizaciones antiguas: Estigia, Turán, Vendhya, Iranistán, Aquilonia, Argos, Zamora, las marcas bosonias o los yermos pictos.

La prosa de Robert E. Howard me transporta a esa época de aventuras a través de un personaje que es muy diferente a nosotros, pero que es como si fuera la sublimación de todo lo que somos. Da igual que sea mercenaro, bandido, pirata, soldado, mercenario, general o rey, Conan llena por completo la historia narrada y se convierte en el único señor de tu imaginación.



Historias como El fénix en la espada, La torre del elefante, Villanos en la casa, La reina de la Costa Negra, Clavos rojos, El dios del cuenco, La hija del gigante helado. El pueblo del Círculo Negro, Nacerá una bruja, El coloso negro... Muchos de ellos leídos y releídos en diferentes ediciones, todos o casi todos adaptados a formato tebeo por Roy Thomas, son atrapadores hasta tener que pasar páginas y páginas.

Decía que me sorprende la vigencia del personaje y que se publiquen nuevas ediciones de sus aventuras, más en estos tiempos de revisionismo en los que se busca lo políticamente correcto y se revisan obras clásicas porque no se adaptan a los cánones de la corrección política vigente. Conan el bárbaro es incorrecto en cuanto a las situaciones que describe, la relación hombre-mujer, la masculinidad que destila y el racismo que subyace en sus tramas y descripciones, pero a pesar de ello se trata de aventuras de espada y brujería en estado puro, sin destilar. Pero también es un personaje curioso que tiene un código ético y moral estricto, no poniendo reparos en acabar con cualquiera en buena lid, pero tomando siempre decisiones que podríamos calificar como buenas.

Poder leer los cuentos en orden cronológico nos hace ver también el desarrollo del personaje y el perfeccionamiento en el oficio del autor. Por desgracia, Robert E. Howard se suicidó muy joven cuando apenas hubo escrito un puñado de cuentos, así que no sabemos hasta dónde pudo haber llegado en la confección de la biografía de Conan, pero teniendo en cuenta el nivel alcanzado por sus últimos relatos, me da la sensación de que nos hemos perdido mucho.


Esta edición de Minotauro se completa con fragmentos de cartas del autor, fragmentos y revisiones anteriores a la publicación e incluso partes de relatos inacabados. Para el aficionado a la obra y al autor, me parece un añadido muy destacable.

Alrededor de Conan, su autor y la Era Hibórea se an publicado relatos del cimmerio escritos por otros autores. Todavía no he leído ninguno, pero los tengo en mi lista de pendientes, mientras espero que sean dignos del original.

Mientras tanto, no puedo dejar de estremecerme cuando Conan se desliza por algún pasadizo oscuro y húmedo, espada en mano y guiando con mano firme a la muchacha de turno, sea plebeya, princesa o reina, para encontrarse con engendros del pasado, inmortales como Akivasha o Thugra Khotan, piratas como Zarono el Negro o una partida de guerra picta que busca masacrar a los colonos aquilonios más allá del Río Negro.

Y, como telón de fondo, la eterna lucha entre civilización y barbarie que el autor se ocupó de resaltar en cada uno de sus relatos


domingo, 2 de noviembre de 2025

Cyberpunk: RED, el juego de rol

Hay veces que toca asumir que uno se ha equivocado y yo lo he hecho al gastarme un dinero en el tocho del manual básico de Cyberpunk: RED, publicado en España por Holocubierta.

Se podría decir que el error cometido tiene varias facetas. La primera de ellas es desconocer lo que estaba comprando, algo que me sigue pasando ahora. O sea, yo pensaba que Cyberpunk: RED era una continuación de aquél Cyberpunk que se jugaba en los primeros años noventa del siglo pasado, cuando uno era joven y descubría lo que era el rol con el MERP y el AD&D. Y digo que me sigue pasando porque no tengo ni idea de si es así.

La cuestión es que el copyright lo tiene R. Talsorian Games, editorial del juego original, y CD Projekt RED, el estudio polaco que se ha hecho famoso con los videojuegos de The Witcher y que la cagó lamentablemente con el Cyberpunk. Sospecho entonces que han metido mano, no sé hasta qué punto.



La compra ha sido bastante decepcionante. El manual es un tochazo de 456 páginas repleto de tablas de gran tamaño, texto de fuente grande y espaciados por todos los márgenes. El maquetado es bastante rectilíneo y lo único que alegra la vista de vez en cuando son las ilustraciones que salpican las páginas. Esto me da la sensación de haber tirado el dinero de una forma que solo me ha pasado con el JdR de The Witcher (también publicado en español por Holocubierta) y El Anillo Único (tanto su edición nativa como su adaptación a la 5E de D&D).

En cuanto al sistema de juego, tenemos diez roles o arquetipos: arregladores, ejecutivos, mercenarios, netrunners, nómadas, periodistas, policías, rockeros, técnicos y tecnomédicos. Los PJ se pueden crear siguiendo tres paquetes de reglas (ratas callejeras, edgerunners y paquetes completos, de menor a mayor complejidad).



En la creación de personaejs puedes elegir (o tirar en tablas) diversos puntos como el origen, la personalidad, el estilo personal (ropa, tatuajes), motivaciones, entorno., que se pueden personalizar según el arquetipo.

Cada PJ tiene diez características: inteligencia, voluntad, frialdad, empatía, técnica, reflejos, suerte, tipo corporal, destreza, movimiento. Cada una de ellas tiene un valor entre 2 y 8 y se determinan según el paquete de creación elegido y a partir de ellas se determinan los valores de puntos de vida, humanidad y las diferentes habilidades (adquiridas mediante el método de compra por puntos).

Además de las típicas tablas de equipo con características y precio, hay un apartado muy importante que habla del ciberequipo, con el que puedes mejorar tu PJ hasta capacidades sobrehumanas.



En cada asalto de combate, un PJ puede moverse o realizar una acción, que podrá realizar según el orden de iniciativa (determinada por su valor de reflejos y la tirada de 1d10. La resolución de las acciones también es bastante sencilla, sumando el valor de la característica con el de la habilidad asociada y una tirada de 1d10 que se enfrenta con la tirada del adversario o con un valor objetivo. Si se saca un 10, se trata de un crítico que permite añadir otro 1d10. Si se saca un 1, estamos ante una pifia y la tirada del 1d10 adicional se restará al resultado. El resultado se puede ver modificado por efectos ambientales, por ejemplo, o por la Suerte del PJ, que se puede gastar.

Otro capítulo importante es el que describe cómo moverse por la RED, piratear dispositivos cibernéticos, defensas y el temido hielo negro, la pesadilla de todo netrunner, aunque dada la ambientación, me parece bastante ligero en comparación con el espacio dedicado a otros temas menos arquetípicos.

Se agradece el capítulo de trasfondo, con una cronología y una descripción de Night City y sus barrios, además de las corporaciones más importantes que tienen presencia en el juego.



Para terminar, los capítulos que dan indicaciones al director de juego sobre la forma de dirigir las partidas y mantener el ritmo (que presumo frenético), unas semillas de aventura (en el manual las llaman aventuras, pero no llega a eso) y un relatillo de ambientación.

Si a priori me llamaba la atención poder jugar o dirigir en esta ambientación, la lectura del manual me ha dejado bastante frío. Definitivamente me ha quitado las ganas de dirigir, pero si tengo ocasión no me importaría probar como jugador.

Sobre la calidad de la edición, me parece sobresaliente. Tapa dura y papel mate de gran gramaje, el volumen parece bastante robusto y ligero si tenemos en cuenta su tamaño. Me parece un paso adelante respecto a la edición de The Witcher, pero es que hay muchísimo papel desaprovechado y, aunque estoy seguro que mis ojos con presbicia agradecen el tamaño de letra, se podía haber hecho todo mucho más compacto.

domingo, 26 de octubre de 2025

Secundarios de MARVEL

 De los tiempos en que Marvel troceó la explotación de los derechos de algunos de sus personajes, todavía quedan algunos restos curiosos, como que Marvel todavía no puede hacer una película de Hulk en solitario.

Una vez que la franquicia de mutantes vuelve a redil de la Casa de las Maravillas, solo SONY mantiene un reducto de películas que se relacionan de algún modo con el universo Spider-man, películas que en general son bastante malejas.

El año pasado pudimos ver Madame Web, basada en un personaje de los tebeos que tiene poderes premonitorios, aunque la versión elegida difiere bastante de su original.



La película cuenta la historia de Cassandra Web (Dakota Johnson) y cómo su destino se entrelaza con tres chicas a las que persigue un malvado con poderes arácnidos: Arya Corazón (Isabela Merced), Julia Cornwall (Sidney Sweeney) y Mattie Franklin (Celeste O´Connor). Estas chicas también salen en los comics relacionados con nuestro amigo y vecino Peter Parker.

La verdad es que no está tan mal como nos la vendieron y su desarrollo parece orientarse a poder continuar con las historias de este grupo peculiar. Incluso puedo presumir que el estudio quiso hacer algo decente, desde la elección de la directora S. J. Clarkson, relacionada con la estupenda Jessica Jones y con Life on Mar, pasando por la elección del cuarteto protagonista, con caras cada vez más reconocibles (sin ir más lejos, Isabela Merced me pasó totalmente desapercibida y luego tuvo un papel central en la segunda temporada de The last of us y ha sido Hawkgirl en la nueva de Superman).


El personaje original, bastante diferente

Ha sido machacada en imdb, donde tienen un terrorífico 4,1. Seguramente no es una película para poner de forma voluntaria, pero si la ponen una tarde de invierno, ayudará a pasar el rato.

La segunda película que podemos disfrutar es Venom: el último baile. Se supone que es la despedida de Tom Hardy y del simbionte, por lo menos como personajes independientes y quizá los podamos ver en la cuarta entrega del Spider-man de Tom Holland.

Se trata de una película bastante entretenida, que me gustó más que la segunda entrega, en la que nuestra pareja de antihéroes se va a enfrentar a un ejército de simbiontes que vienen con ganas de conquistar el planeta. Humano y alien se conjurarán para defender a las personas que forman parte de su vida, incluyendo a la excéntrica señora Chen del colmado de abajo de la casa de Eddie.


Digno final

Echando la vista atrás, es posible que la de Venom sea la franquicia que mejor haya resistido el paso del tiempo y el peso de la taquilla, así que no me disgustaría ver a estos personajes en el lado brillante de la industria e incluso quitándose ese aroma de Serie B que se le otorga.

Es una película que no se toma en serio y que hace pasar un buen rato. Llega al 6,0 en imdb y esta sí que la pondría de forma voluntaria sin esperar a que los elementos se conjuren para dejarme cerrado en casa. No va a ser algo que recordemos pasado unos días, pero gustará. Y la canción de los títulos de crédito finales, nos levantará del sofá. 

La última película que pudimos disfrutar el año pasado es Kraven: el cazador. Un personaje clave en el Universo Spider-man, el cazador definitivo que busca la cabeza de nuestro vecino arácnido para completar su sala de trofeos.

La película busca convertirlo en un antihéroe y tiene la estructura de una película de origen de personaje tradicional: un padre estricto y en ocasiones brutal, un encuentro con una criatura más mística que real, la mezcla de su sangre con la del león y unos poderes chamánicos que le dan capacidades sobrehumanas. Sergei Kravinoff, convertido ya en Kraven, recorrerá el mundo en busca de aquellos malvados que ponen en peligro la vida salvaje.


Lo mejor, este póster

Me parece que el problema principal de Kraven: el cazador es que se toma demasiado en serio y esta es una sensación que revolotea durante todo el metraje. Es algo común a otras películas que han hecho lo mismo y tengo la sensación de que serían mucho más disfrutonas si se dejasen llevar.

La aproximación elegida al personaje tampoco parece la más adecuada, pero supongo que pensaron que los antihéroes venden. A veces es así, pero no en esta ocasión.

No se puede negar que también lo han intentado, porque el reparto tiene nombres de relumbrón, empezando por el protagonista, Aaron Taylor-Johnson, que está convirtiéndose en un rostro familiar en las pantallas durante los últimos años y Russell Crowe en el papel del padre de la criatura, que supongo tendrá un caché bastante curioso.

A pesar de cotizar a un 5,5 en imdb, Kraven: el cazador me ha parecido la peor de las tres películas.


domingo, 19 de octubre de 2025

The Expanse (T1 a T6)

Hace poco que he comentado la serie de libros de James. S.A. Corey (que en realidad son dos autores, en una suerte de Carmen Mola de la ciencia ficción) y ahora toca hablar un poco de la adaptación televisiva, sin entrar en detalles argumentales porque ha salido muy apañada y fiel a los libros.

Una adaptación que resultó un tanto accidentada, puesto que fue cancelada después de la tercera temporada en SyFy para luego volver de la mano de Amazon y Jeff Bezos quien, al parecer, era un fan de la serie. En Amazon se prolongó con tres nuevas temporadas, hasta un total de seis y 62 capítulos.

Tampoco los capítulos están repartidos de forma homogénea. Las temporadas de SyFy se completaron en diez, trece y trece capítulos. Las dos primeras de Amazon tuvieron diez cada una, pero la tercera se cerró en seis.



No ayudó la salida turbia de Cas Anvar, el actor que encarna a Alex Kamal, tras una denuncia por supuestos abusos. Su personaje muere de una embolia debida a una fuerza gravitatoria excesiva en el último capitulo de la T5, lo que no sucede en los libros. 

A pesar de todo, hay constantes rumores de una vuelta a la emisión. Las temporadas emitidas no cubren todos los libros y el final de la serie coincide con el inicio de la saga de Laconia, una vez que los desertores de Marte se dan a conocer. Es una pena, porque por así decir se queda en lo mejor, así que quieras que no, los aficionados sueñan con que algún día se adapten los tres libros que faltan.



Desde el punto de vista de la adaptación, la serie cumple con nota en cualquiera de sus dos etapas. Es cierto que la etapa de Amazon es más vistosa, porque parece que había más dinero comprometido, pero argumentalmente son igual de buenas.

Los detalles tecnológicos y de ciencia ficción más dura están ahí: las inercias derivadas de aceleraciones y frenadas; el inyectable que ayuda a mantener vivos a los tripulantes en las maniobras gravitatoriamente más agresivas; los asientos "flotantes" que giran para mantenerlos en posición, sea cual sea la posición de las naves; el hecho de que en el espacio no existe arriba ni abajo.

Me ha faltado una mayor difereenciación física entre las distintas razas humanas: terrícolas, marcianos y cinturonianos. Los libros mencionan varias veces que la diferencia de gravedad durante varios siglos ha empujado la evolución del cuerpo físico de tal forma que los tres arquetipos son reconocibles. En la serie, sin embargo, salvo algún apunte puntual, no puedes diferenciar a unos de otros a no ser por la estética y como recurso dramático (como la dificultad de adaptación de Naomi o de Bobbie a la gravedad planetaria). 



También me ha faltado el rico lenguaje cinturoniano, mezcla de varios idiomas, que le daba en los libros un sabor distinto y más realista. En la serie casi no se nota, si no estás muy atento. Alguna palabra se repetía, sobre todo en los tratamientos personales, pero podía pasar desapercibido con facilidad.

Además de la fidelidad en la adaptación, el reparto también ha sido un acierto. Vale que me costó aceptar al actor elegido para encarnar a James Holden (Stephen Strait), pero al final consigue llenar sus zapatos. 

Me pasó lo mismo con la artillera Roberta Draper, de Marte, pero no me ha convencido tanto. Me ha faltado sobre todo presencia física, seguramente porque sería complicado encontrar una actriz que pudiera encajar en la armadura de combate mejor que Frankie Adams. 


La tripulación de la Rocinante

En cambio, los personajes de Amos Burton y Chrisjen Avasarala mejoran los originales gracias a los actores que los encarnan (Wes Chatham y Shohreh AghDashloo). Sobre todo el primero, que tiene momentos ciertamente épicos e incluso emotivos. De hecho, la segunda es la típica actriz que te ha pasado desapercibida y que luego reparas en ella con mucha facilidad (La rueda del tiempo, El pingüino).

Me ha encantado ver en pantalla las historias que me han atrapado en papel y veo que no soy el único, porque The Expanse cotiza a un fantástico 8,5 en imdb.

Estamos ante una de esas series que se recordarán durante años y que es disfrutable también por los espectadores que se hayan acercado a ella de forma casual, sin saber nada de los libros. 

He incluido en mi lista de spotify la emotiva música de la introducción de la serie. Me parece sublime.


domingo, 12 de octubre de 2025

El águila en la nieve

 El águila en la nieve es una novela histórica que podríamos considerar como clásica después de más de cincuenta años desde su publicación, pero mientras la estaba leyendo, podía pasar perfectamente como una novela escrita hace más bien poco.

Es cierto que todo lo que tenga que ver con Roma me apasiona, pero no es menos cierto que no trago con todo. Todavía me dan escalofríos recordando las novelas de Artur Balder o José Luis Corral, incluso la única que leí de Yeyo Balbás.

Esto no me pasa con la novela de Wallace Breem, ambientada en los últimos años antes del colapso del Imperio Romano de Occidente.

El protagonista, Paulino Gayo Máximo, destinado hace años a la defensa del Muro de Adriano en el brumoso norte de Britania, es testigo de cómo las legiones abandonan la isla, replegándose hacia el continente para mejor defender lo que queda del Imperio.

Él mismo resulta destinado a la frontera del Rhin, cerca de la ciudad de Moguntiacum, en vísperas de un éxodo masivo de pueblos germanos que amenazan con arrasar con el limes como si fuera la marea.



El autor nos muestra, en el caso de Britania, la transición entre el fin del gobierno y control imperial y el inicio del mando de las élites locales, romanas en cuanto a educación y tradición de varios siglso, pero demasiado alejadas del corazón del Imperio como para desarrollar un sentimiento de pertenencia, más cuando la inmediatez del riesgo hace que se deban tomar decisiones rápidas.

En Moguntiacum, a pesar de encontrarse bastante más cerca de Italia, se vive una situación parecida. Por eso Máximo debe negociar con los representantes del gobierno local, incluyendo al obispo cristiano (el general persiste en adorar a Mitra), con resultados desiguales respecto al esfuerzo que se va a tener que realizar para poder mantener a los bárbaros fuera del territorio con las menguadas fuerzas que el Imperio le puede facilitar.

En esta ubicación, Wallace Breem nos describe ambos puntos de vista, tanto el de los romanos como el de las distintas tribus germanas, azuzadas por el hambre, que ven en la otra orilla del Rhin una especie de paraíso en el que asentarse y prosperar con sus familias. No se trata de una guerra de conquista, sino de necesidad, y se encuentran ante un rechazo frontal de aquellos que ven peligrar su modo de vida y, por qué no decirlo, también sus propias vidas.

Las páginas transcurren entre planes astutos de Máximo para rechazar y fomentar la división de las tribus que amenazaban con cruzar el río. Un río que por la zona es majestuoso e indómito, además de estar constantemente vigilado por la flota fluvial del imperio, la Classis Germanica, que en un primer momento impide el cruce de los germanos en improvisadas barcazas.

El azar viene en ayuda de los bárbaros, porque el día de fin de año de 409, el Rhin se congeló y permitió el cruce del río, impidiendo que operaran los barcos romanos y poniendo de manifiesto la inferioridad numérica de los defensores, acantonados en diversos fuertes a lo largo de la orilla romana. De esta forma, por la simple fuerza del número, suevos, alanos y vándalos se desparramaron por las fértiles tierras de la Galia, llegando hasta Hispania y asestando un golpe portal al moribundo Imperio Romano de Occidente, al que ni siquiera un estratega de la talla de Flavio Estilicón, magister militum de origen vándalo, pudo evitar.


Classis Germanica. Reconstrucción
Fuente: fdra-naval.blogsopot.com


Y, como telón de fondo, siempre está Roma. Una ciudad que ya había perdido por motivos defensivos la capitalidad del Imperio Romano de Occidente en favor de Rávena, pero que permanecía intacta como símbolo de unidad al que Máximo, que nunca en su vida había estado en la Ciudad Eterna, se puede aferrar. Un símbolo, una idea, una forma de vivir, mucho más poderosa que la fidelidad a un emperador, que no deja de ser una persona falible. Por eso, Máximo no duda en dar su vida por aquello que Roma representa todavía en el mundo civilizado, frente al caos germánico que se viene encima.

Wallace Breem consigue, en mi opinión, dos cosas bastante importantes. Por un lado transmitir la sensación de angustia que Máximo tiene, pues sabe que es casi imposible cumplir las órdenes que Estilicón le ha encomendado, acuciado por las necesidades logísticas y el escaso número de sus tropas. En el fondo de su corazón, Máximo sabe que sólo va a poder retrasar lo inevitable y salvar algunas vidas, sobre todo cuando el ejército de las Galias por el que está esperando, no va a llegar porque su objetivo es rechazar a Constantino, el usurpador que llega de Britania.

Por otro lado, el autor consigue ir dejando unas perlas de conocimiento histórico muy aprovechables para los aficionados a la Historia en general y al período en particular. Lejos de avasallar al lector con una avalancha de datos que lo único que suelen conseguir es intimidar, cortar el flujo de la historia y provocar rechazo ante la actitud del autor, Wallace Breem deja esas pildoritas que el lector recoge con agrado.

En resumen, El águila en la nieve me parece un libro muy notable que todo lector de novela histórica disfrutará como merece.

domingo, 5 de octubre de 2025

Taboo

Los ocho capítulos que componen Taboo, la miniserie de 2017 de Tom Hardy, dibujan la historia de James Keziah Delaney, un aventurero que vuelve a casa después de doce años desaparecido y dado por muerto.

Esta última circunstancia pone patas arriba los planes de mucha gente, poderosos y no tanto, que se habían hecho ilusiones de poder tomar el control de la herencia del padre de James, que entre otras cosas poseía un acuerdo comercial en la isla de Nutka, cerca de Vancouver.

James no solo está vivito y coleando, sino que dispone de una pequeña fortuna en forma de un puñado de diamantes que va administrando para hacer frente a pagos diversos para poner en orden la casa y reiniciar el negocio.

Su actividad le hace enfrentarse a la poderosa Compañía de las Indias Orientales, un estado dentro del Estado, que no repara en medios para hacerse con el control de todas las oportunidades de enriquecerse dentro de su área geográfica de influencia.



Mientras intenta hacer valer sus derechos, vamos a ser testigos de detalles escabrosos de la vida de su padre, de la suya propia y de otros personajes que rodean su vida, siendo Taboo un escaparate del Londres de inicios del siglo XIX, cuando la guerra contra los Estados Unidos está llegando a su fin.

La sociedad londinense de entonces es parecida a la que Dickens retratará décadas más tarde, en plena revolución industrial. Aquí, lo mismo que allí, hay suciedad, desigualdad y pobreza, mucha pobreza. Lo normal es no tener dónde caerse muerto, pero hay un cierto número de afortunados que pueden vivir con holgura y en unas condiciones ciertamente más cómodas. Aventureros como James aspiran a ello y no dudarán en hacer uso de la violencia para conseguirlo.

La serie tambíén muestra detalles cotidianos menos agradables, como la proliferación de los hijos bastardos y la persecución a los homosexuales, que debían encontrarse en lugares sórdidos, siempre con miedo a las redadas policiales y al escarnio público o algo peor.



El enfrentamiento entre James y sus rivales se va a ir acentuando a medida que pasan los capítulos hasta llegar a su punto culminante en el último episodio, en el que los planes de la Compañía de las Indias Orientales se ponen a prueba contra un puñado de desharrapados que demostrarán haber estado un pasito adelante, a pesar de que todo va a pender de un hilo hasta el último momento.

Hay rumores de una segunda temporada, aunque no es en absoluto necesaria porque la miniserie es autoconclusiva. Además, con un flamante 8,3 en imdb demuestra que tiene el visto bueno del público.

A mí me resultó bastante interesante, aunque no niego que en algún momento haya tenido que torcer el gesto por algún que otro detalle escabroso en pantalla. No obstante, estoy lejos de darle tanta nota, a pesar de que Tom Hardy está bastante bien, acompañado por rostros más o menos conocidos como Jonathan Pryce y Oona Chaplin.


domingo, 28 de septiembre de 2025

Clásicos que no me han convencido

 He pensado muchas veces en la suerte que he tenido de haber entrado en la literatura de ciencia ficción por la inmensa puerta de la obra de Isaac Asimov, que llegué a leer con una cierta obsesión preadolescente.

A medida que me he ido haciendo mayor y mis gustos han evolucionado, he intentado tocar otros palos, tanto recientes como de autores más clásicos y de renombre. Es cierto que eso me ha llevado a cuestionarme por qué me han gustado tanto las historias de Asimov, porque muchas de ellas hoy me parecen bastante ingenuas e, incluso, he llegado a distanciarme de la figura del patilludo profesor, al que su autobiografía muestra como obsesionado por el dinero y el número de libros, más allá de su calidad literaria.

En general, no he conseguido conectar con esas obras y autores, salvo cuestiones muy puntuales. Aún así, no desespero en mi búsqueda de nuevas historias en remotos confines de la galaxia o en futuros utópicos, distópicos e incluso mediopensionistas.



Galaxias como granos de arena es un libro de relatos de Brian Aldiss (no pude seguir con su serie de Heliconia hace ya casi veinte años) en los que el autor nos presenta una historia futura de la galaxia, desde el más cercano hasta el más remoto.

Apenas tengo recuerdos de ninguno de los relatos qeu conforman la colección, pero sí que recuerdo que me parecieron deslavazados y que fui incapaz de encontrar un hilo conductor satisfactorio. Creo que ya lo había leído alguna vez, o quizá alguno de los relatos individuales, porque el relato en el que las inteligencias artificiales de las máquinas cosechadoras se unen en una búsqueda, me pareció familiar.

No encuentro nada positivo que decir, así que será mejor pasar página hasta La Luna es una cruel amante, de uno de los autores más grandes de la ciencia ficción: Robert A. Heinlein.

Esta es la historia de la lucha por la independencia de las colonias humanas en nuestro satélite y está ambientada en un futuro más o menos cercano.



Me gusta mucho más la prosa de Heinlein que la de Aldiss y el libro me mantuvo en cierta forma interesado. No deja de ser llamativo cómo el autor va poniendo las premisas sobre las que la colonia lunar va gestando un relato favorable a sus objetivos. Estoy seguro de que el autor ha estudiado fenómenos coloniales de nuestra historia, porque ejemplos hay un buen puñado respecto a la importancia de construir un relato que permita reunir apoyos a la causa, incluso aunque el relato construido sea parcial y sesgado. 

Si bien la historia está bien construida, me parece que los personajes son meros esbozos y poco más, meros vehículos para la historia discurra bien. 

Los superjuguetes duran todo el verano es la segunda colección de relatos de Brian Aldiss que, salvo el relato que le da título a la colección, no me ha convencido. Es más, me resulta frustrante reconocer que no recuerdo nada de nada del resto de relatos.



La verdad que el cuento principal, por sí solo, merece un lugar en el Olimpo de la ciencia ficción. Es uno de esos relatos que recuerdas años después de haberlos leído. Quiero creer que el motivo de no recordar nada más es que es tan bueno que eclipsa todo lo demás.

Considero que la ciencia ficción es un género valiente. Muchos de sus autores han utilizado sus historias del futuro para criticar o advertir de los riesgos a los que se expone la civilización humana, utilizando como nadie el recurso del cuento corto, porque la crítica social me funciona mucho mejor cuando me la presentan en píldoras pequeñas que me obligan a pensar.

Por eso me resulta tan curioso que de los cuentos de Aldiss apenas me acuerdo. Tendré que reflexionar sobre lo que eso significa.



domingo, 14 de septiembre de 2025

Nostalgia y negocio escasos de calidad

Sigo con la idea de que la nostalgia es un negocio a explotar, desde las sagas infinitas a la recuperación de títulos ochenteros, bien en forma de reinicios o reinterpretaciones. Pasando, por supuesto, por las películas animadas que se convierten en accion real, casi fotograma a fotograma.

Hablo de negocio, pero a lo mejor también podría hablar de agotamiento de las fórmulas creativas, lo que considero todavía más preocupante.

Con los cazafantasmas se da el caso curioso de que su recuperación de hace unos años está dando origen a una saga propia cuyo segundo título es Cazafantasmas: imperio helado. A pesar de que el título sugiere otra cosa, es una cinta menos fresca que la anterior, de forma inversamente proporcional a la recuperación de su esencia, como la mítica base del parque de bomberos, las herramientas de contención o el propio coche.



En cierto modo, resulta todavía más frustrante que la versión femenina que se realizó hace casi una década, con la que por lo menos te echabas unas risas.

Cazafantasmas: imperio helado nos dejó bastante fríos. No somos unos fanáticos de las películas originales, así que todo ese arsenal desplegado no hace el mismo efecto y deja ver las costuras de la película y el escaso carisma del equipo actual. También de Paul Rudd, que cada vez representa más la edad que tiene. Tanto es así, que juega con la aparición de los supervivientes del equipo original, aunque estén ya bastante mayorcitos para casi cualquier cosa.

El público parece que entiende lo mismo, porque se queda en un 6,1 en imdb.

A esta categoría de nostalgia podría incluir El reino del planeta de los simios, cuarta película del reinicio de una franquicia que ya fue sobreexplotada en sus tiempos y que sufrió una reinvención perpetrada por Tim Burton hace un buen puñado de años.

En esta entrega, años después de la victoria y el reinado de César, los simios siguen siendo los gobernadores del mundo, pero también hay humanos que se resisten a desaparecer y que no olvidan que hace mucho tiempo los simios solo eran animales y todas las maravillas tecnológicas las había creado el género humano.



Hasta se recupera el nombre mítico de Nova en el personaje de Freya Allan, la muchacha que viaja al reino del nuevo César en busca de herramientas y tecnología que ayude la causa de la Humanidad.

Hasta cierto punto entretenida, no puede evitar el progresivo agotamiento de la fórmula en cuanto a narrativa. No obstante, luce un digno 6,8 en imdb.

Bitelchús bitelchús recupera al personaje creado por Tim Burton (vaya, parece que vemos un patrón ahí) en una cinta en la que Jenna Ortega, la actriz de moda de los temas creepy light es la hija de la protagonista original, reconvertida en medium televisiva y protagonizada por la también recuperada para la causa Winona Ryder.

Como también recuperado para la causa está Michale Keaton, que volvió a ponerse el traje del murciélago hace un par de años y ahora revisita el inframundo más canalla.

No he visto la primera parte, pero tampoco tengo muchas ganas después de ver la segunda. Imdb la coloca en el entorno de las anteriores, con un 6,6.



Más sorprendente es que Eddie Murphy se vuelva a poner la zamarra de los Detroit Lions después de treinta años para protagonizar Superdetective en Hollywood: Axel F. Vale que lo hace con el loable propósito de ayudar a su hija, valiente abogada que se enfrenta a poderosos enemigos.

La verborrea de Murphy parece que no tiene el mismo éxito que en la década de los ochenta, cuando encadenó varios éxitos de taquilla haciendo reir a una generación de adolescentes.

Tampoco ayuda que haya pasado tanto tiempo, porque Taggart y Rosewood están bastante cascados (sobre todo el primero, porque John Ashton falleció poco tiempo después). Sin embargo, siempre resulta agradable ver a Bronson Pinchot en su papel recurrente de Serge.



6,4 en imdb para nuestro detective favorito de Detroit.

Por ejemplo, no había ninguna necesidad de Gladiator II, menos de un cuarto de siglo de que la historia de Máximo Décimo Meridio fuera un acontecimiento global y consiguiera revitalizar las películas de romanos durante un tiempo.

Repetir fórmulas no es la mejor opción, como no lo es tener a Pedro Pascal en el reparto (a este paso se van a estrenar más películas con él que sin él). Geta y Caracalla no llegan al nivel de villano de Cómodo, a pesar de la mirada de loco de Joseph Quinn (otro al que se ve de más desde su papel de Eddie Munson en Stranger Things).



No funciona la grandiosidad de la puesta en escena y Paul Mescal no es Russell Crowe, lo que explica en gran medida el descalabro de pasar de un 8,5 en Gladiator hasta un 6,5 en Gladiator II. Y es que ni siquiera se han currado un título en condiciones.

Termino con el reciente nuevo reinicio de la saga jurásica con Jurassic World: el renacer. Esta cinta no es ya un paso atrás respecto a la trilogía original, sino que también lo es respecto a la segunda trilogía.

Estamos ante uno de los ejemplos más evidentes de cómo exprimir la gallina de los huevos de oro hasta más allá de lo razonable. Ni siquiera funciona un reparto con un par de nombres de relumbrón y poco más, porque es imposible quitarse de encima la sensación de estar viendo lo mismo de siempre.



Este agotamiento se refleja en el 5,9 de imdb, la peor nota de este racimo de títulos que miran más por el dinero que por la calidad.

Todos son perfectamente olvidables e, incluso, nos los podríamos ahorrar y sacar así tiempo para buscar alguna fórmula nueva que funcione, que las hay.


domingo, 7 de septiembre de 2025

Sajones, vikingos y normandos (#7 a #13 y final)

 Pues he terminado la serie de Sajones, vikingos y normandos, del Bernard Cornwell. Han sido trece libros y unas siete mil páginas, poco más o menos, y he pasado de una opinión neutra después de los seis primeros volúmenes a acabar encantado con los siete siguientes.

Los seis primeros volúmenes los reseñé por aquí y la verdad es que no me estaban diciendo mucho. No me acababa de convencer el estilo y tampoco la historia me terminaba de enganchar del todo, a pesar de tratarse de una época histórica interesante y de la que casi no tenía conocimientos previos, más allá de alguna lectura y de alguna película o serie.



No obstante, entre la primera tanda de lecturas y la segunda, se produjo un acontecimiento clave: vi la serie The last kingdom, que también he reseñado por aquí. Como en el caso de los libros, empecé a verla sin demasiadas expectativas, pero terminó encantándome y su rebufo retomé la lactura de los libros, que tenía un poco abandonada. Me enganché a ellos y esta semana cerré las tapas del último.

He sido testigo de las andanzas de Uthred el Pagano, señor de Bebbamburg, paladín de Alfredo, rey de Wessex, guardián de Ethelfleda de Mercia y protector de Athelstan de Wessex, Mercia y Anglia Oriental. Un personaje que tiene sus claroscuros como es habitual, pero al que le guían el honor y el destino. Adorador de los antiguos dioses nórdicos en un mundo cada vez más cristiano, pero no por ello menos noble.


Por sus páginas han pasado personajes históricos, como los reyes y reinas de los sajones, caudillos vikingos como Ubba Ragnarsson o Ivar el deshuesado, reyes de Gales y de Escocia y otros como Egil Skallagrimmson, protagonista de la saga del mismo nombre recopilada por el islandés Snorri Sturlusson en el siglo XIII.

Somos testigos de una época convulsa en la isla de Gran Bretaña, desde la casi desaparición de los reinos de los sajones a manos de los invasores vikingos hasta que las tornas cambiaron y el rey sajón de Wessex se convierte en monarca de toda Bretaña (título que no es del todo real, puesto que todavía quedaban varios siglos hasta la conquista de Gales y, sobre todo, la Unión con Escocia).



También veremos cómo el cristianismo se convierte en la religión cada vez más dominante, cohesionando tierras, reinos y habitantes y arrinconando las creencias tradicionales y los dioses nórdicos.

Me ha gustado especialmente la ambientación que ha logrado el autor, sobre todo mediante el uso de topónimos en inglés antiguo (Lundene, Witanceaster, Tames, Ceaster, Eofervic....) y el conocimiento que tiene de la época. La descripción de la panoplia de los guerreros y cómo describe las batallas y combates, sin ahorrar una gota de sangre y de brutalidad, haciendo que el lector se sienta como uno de esos guerreros formados en un muro de escudos que se lanzan contra el enemigo, apuñalan y son apuñalados.



Por los miles de páginas de la saga pasa un buen puñado de personajes secundarios, todos ellos con una buena historia detrás, que acompañan a Uthred en su peripecia vital: el fiel Finan, Sitrhic, Ragnar, Sciorra, Oswin, Uthred hijo de Uthred, Aethelhelm, Steapa, Svein el del caballo blanco, Guthrum...

También está muy lograda la sensación de retroceso cultural que se vivió en buena parte de Europa tras la caída del Imperio Romano. En la Britania de los siglos IX y X, los sajones todavía utilizaban las calzadas romanas y los edificios que estos habían construido durante la permanencia de la isla en el Imperio, convertidos en palacios, iglesias y monasterios. Uthred los menciona muchas veces, junto con la sensación de que los sajones no han podido, no ya superar, sino igualar todo lo conseguido por la tecnología de trescientos o cuatrocientos años atrás.



Este retroceso también se refleja en la guerrra. Me resulta curioso ver cómo los romanos eran capaces de equipar y poner en el campo de batalla miles o decenas de miles de soldados, mientras que en vida de Uthred un ejército de dos mil o tres mil hombres era una fuerza de consideración.

Si tuviera que poner un pero, este sería que el personaje de Uthred es poco creíble desde el punto de vista de su longevidad. Sabemos que participó en la batalla de Ethandun, en maño de 878, que marca el inicio del poderío de Wessex y que terminó sus días guerreros luchando en primera fila en la batalla de Brunanburh, en 937, que supone el reconocimiento de la superioridad de Athelstan como monarca supremo de la isla. Las fechas suponen que Uthred podría estar en torno a los 75-80 años en la segunda de ellas y no me parece que tuviera fuerzas para soportar escudo, cota de mañas y espada.



Quitando ese reparo, estoy seguro de que cualquier aficionado de novela histórica encontrará la saga de Sajones, vikingos y normandos como una de las imprescindibles. Como también creo que si volviera a leer los seis primeros libros, los vería con otros ojos.

De estos últimos siete libros, ninguno baja de notable y un par de ellos roza el sobresaliente. Sobre todo El señor de la guerra, el último de todos.




domingo, 24 de agosto de 2025

Guía del aventurero de la Costa de la Espada

Los Reinos Olvidados son una de las ambientaciones más icónicas de los juegos de rol, con una gran cantidad de material producto de los tomos que han salido para las sucesivas ediciones del juego de rol más famoso del mundo.

Dentro de los Reinos Olvidados, quizá la parte más conocida sea la Costa de la Espada, con enclaves conocidos por todos: Waterdeep, Puerta de Baldur, Neverwinter, CandleKeep, etc. Por eso, era bien conocido que este rincón de aventuras iba a tener su hueco entre los tomos publicados para la 5ª Edición de Dragones y Mazmorras.

La guía del aventurero de la Costa de la Espada es un tomo en tapa dura de alrededor de 150 páginas repletas de información de esta región de los Reinos.

Así, el primer capítulo aporta una breve información geográfica situando la Costa de la Espada en el marco geográfico de los Reinos, para después pasar a dar un listado de los dioses a los que adoran las distintas razas. Este listado de dioses ha ido evolucionando poco a poco a través de las sucesivas ediciones del juego, pero los dioses principales se mantienen inalterables. Si acaso, aparecen Asmodeo, El Caballero Rojo (una diosa, a pesar de su nombre) o Savras.

El segundo capítulo es una descripción de distintas localizaciones en la Costa de la Espada, incluyendo reinos enanos (Ciudadela Felbarr, Mithril Hall, etc.), las distintas islas (Nelanther, Lantan, las Moonshae) y otros asentamientos como el Bosque Alto, Elturel, Luskan, la Fortaleza Oscura de los zentharim, el Valle del Viento Helado e incluso la Infraoscuridad. Se trata, con mucho, del capítulo más largo del libro.



El tercer capítulo describe las particularidades de las razas de los Reinos en términos de juego, que junto con el siguiente, dedicado a las clases, y el quinto, que introduce algún trasfondo nuevo, nos permitirá personalizar un poco nuestros PJ. Tampoco mucho, no vayamos a volvernos locos.

La edición es muy cuidada, como está siendo habitual en los productos de esta Quinta Edición, con tapa dura e ilustraciones de muy alta calidad artística, a todo color. El papel resulta ser muy fino, porque el libro es bastante delgado a pesar de contar con un poco más de ciento cincuenta páginas incluyendo índices y apéndices.

La sensación es que estamos más ante un resumen de algo muy grande que ante una herramienta de juego a la que vayamos sacar mucho partido. Vale que hay opciones de personalización, pero tampoco son tantas.

Tampoco es que haya demasiada información de las facciones, que en los Reinos Olvidados siempre han tenido una importancia fundamental (Arpistas, Alianza de los Lores, Zentharim, Magos Rojos...). Cada una de ellas tiene un epígrafe en el libro, pero bastante breve, apenas un esbozo.

Incluso el capítulo segundo pasa con rapidez por las distintas ubicaciones geográficas, sin entrar en demasiados detalles. Sí, nos podremos encontrar con alguna semilla de aventura aquí o allá, pero no vamos a tener un volumen de datos significativo. Queda todo muy lejos del sinfíin de material publicado para la Segunda Edición, que si no recuerdo mal fue en la que debutaron los Reinos y en la que se publicó una cantidad ingente de información contenida tanto en los añorados Companions como en las novelas ambientadas en los Reinos. Ahora, treinta años después, apenas tenemos material nuevo.

En resumen, un tomo para completistas que bien nos podemos ahorrar y tirar de material antiguo, a pesar de que nos perderemos algo de información del avance de la cronología establecida en un siglo, año más o año menos.