domingo, 3 de agosto de 2025

Varios de Dune

 Mi relación con el Universo Dune es curiosa. Los libros, de los que he leído unos cuantos (que yo recuerde, tres o cuatro de la serie principal y también La jihad butleriana) me parecen unos ladrillos de cuidado y no he vuelto a coger ninguno de la estantería, Incluso el original me parece un libro que cuenta una historia muy interesante de la forma más soporífera posible.

En cuanto a material audiovisual, creo que he visto todo lo que hay: película original y miniseries diversas, con la misma sensación de pereza mezclada con fascinación, porque no se puede negar que la ambientación de Dune es lo más atractivo, incluso por encima de los personajes, siendo algunos de los más carismáticos de la literatura de género.

En Dune 2 reencontramos a un Paul Atreides derrotado y recogido, junto a su madre, por los fremen de Arrakis. Los dos van a tener que ganarse su puesto, Paul como guerrero y líder de hombres y Dama Jessica como sabia, para lo que tendrán que sufrir dos ordalías que pondrán en grave riesgo sus vidas.



La propia naturaleza de la historia hace que la película tenga un puñado de escenas que realmente ponen en tensión, mientras que los tramos densos se multiplican, en ocasiones confundiendo al espectador, porque otra cosa que tiene Dune es que resulta muy complicado de entender si no tienes una base mínima (lo mejor, la lectura del primer libro, si tal tarea hercúlea es posible) y que no tiene reparos en dejar atrás a los rezagados.

La historia es ,por tanto, un remedo de la naturaleza salvaje y hostil del planeta, implacable con los que no se adaptan.

Implacable como el mismo Paul Atreides, que comenzará a golpear al Imperio donde más le duele: el trasiego de la especia, imprescindible para la economía y los viajes entre los distantes planetas que lo componen. Así, el propio emperador se personará en Arrakis con varias legiones de temibles sardaukar para enfrentarse a la jihad fremen, dirigida por Muad´Dib.


Inquietante

En cuanto a las interpretaciones, Timothée Chalamet continúa siendo un Paul Atreides creíble, ayudado por la aparente fragilidad de su figura. Zendaya me parece desdibujada como Chani, pero Rebecca Ferguson emerge como Dama Jessica. Javier Bardem parece fuera de lugar como Stilgar y Austin Butler me pareció un soberbio Feyd-Rautha. Lo de Florence Pugh como la princesa Irulan no pasa de anecdótico, al menos en esta parte. Y Christopher Walken como el Emperador, una nota curiosa a pie de página.

La película es un espectáculo para la vista, pero excesivo con un metraje de 2 horas y 46 minutos. Como excesivo me parece su 8,5 en imdb.

Por su parte, la miniserie Dune: la profecía, nos lleva más de diez mil años antes del nacimiento de Paul Atreides, cuando la hermandad Bene Gesserit está apenas dando sus primeros pasos y ganando influencia con sus decidoras de verdad que prestan servicio a las Grandes Casas.

En este producto, Arrakis deja de ser protagonista para ser una sombra que se encuentra detrás de todo, ocurriendo la acción de manera principal en el mundo de la Hermandad y el Planeta Capital, con el foco puesto en las intrigas políticas y de equilibrio de poder que se dan en el entorno más cercano del Trono Imperial.



Lo mejor de la serie es que se arroja luz en la animadversión entre las familias Harkonnen y Atreides, se explica la creación de las legiones sardaukar y el rechazo de la sociedad a las máquinas pensantes. Pero, sobre todo, se dan retazos del plan genético que debe llevar al nacimiento del Kwisatz Haderach que busca la Hermandad.

En cuanto al reparto, tengo bastantes objeciones. El personaje de Valya Harkonnen (Emily Watson) me ha parecido el más odioso de la televisión desde la irrupción de Dolores Umbridge en Hogwarts. Pero su tremenda presencia eclipsa a todos los demás, empezando por su hermana Tula (Olivia Williams).

Nos sonarán las caras de Mark Strong (el doctor Sivana de Shazam!) como un solvente Emperador Javicco Corrino, y de Jodhi May (la reina Calanthe de Cintra en The Witcher) como la Emperatriz Natalya. Del resto del elenco, nada de nada.



Salvo, por supuesto, la inquietante presencia de Travis Fimmel como el no menos inquietante Desmond Hart, sobre el que acaba girando toda la trama. Una interpretación excesiva repleta de miradas acuosas y gestos dementes, que podrían haber funcionado para interpretar a Ragnar Lothbrok, pero que repite demasiado en el resto de papeles que le conozco.

La miniserie comprende seis capítulos de alrededor de una hora de duración (el último dura bastante más) y se me ha hecho terriblemente larga en gran parte de ellos. Cotiza a un sólido 7,3 en imdb, pero me parece tan excesivo como la interpretación de Travis.

En resumen, un producto sólo para los muy cafeteros o miembros del Gremio de Navegantes enganchados a la especia.


domingo, 27 de julio de 2025

Monarch: el legado de los monstruos (T1)

Quién iba a pensar que en un momento dado, bastante reciente por cierto, a alguien se le iba a ocurrir que Gozilla y King Kong iban a compartir el mismo universo y que sus franquicias se iban a unificar en un engendro denominado Monsterverso.

Lo que no se puede negar es que las diferentes películas ambientadas en él, iban a recaudar un puñado interesante de dólares, preferiblemente americanos, que iban a activar la (aún más) la codicia de los productores.

Pero lo que casi nadie se atrevió a imaginar es que se podría hacer una serie de televisión ambientada en este Monsterverso, con lo que llegamos al objetivo de esta entrada, la primera temporada de Monarch.



Esta serie cabalga sobre dos localizaciones geográficas, los Estados Unidos y Japón, y otras dos localizaciones temporales, nuestros días y los años cincuenta. Se adapta enriquece además con referencias a películas clásicas que ayudan a dar forma y color a la historia. Resulta interesante ver cómo en Japón disponen de búnkeres para utilizar durante las agresiones periódicas de godzillas y similares.

Los hermanos Randa, Cate y Kentaro, no solo no se conocen, sino que descubren juntos que su padre, el científico Hiroshi Randa, tenía aspectos de su vida que no compartía con nadie, lo que no se limitaba a tener dos familias separadas por un océano, sino a que su vida estaba dedicada al estudio y comprensión de los monstruos que aparecen de cuando en cuando sobre la tierra.



La tercera pata sobre la que se asienta la historia es el militar estadounidense Lee Shaw (protagonizada por Kurt Russell y su hijo Wyatt en las dos etapas de su vida que importan en la serie), que lleva también toda su vida investigando qué son y por qué aparecen todos esos monstruos. Se relaciona con el doctor Randa porque trabajó con él y con su primera mujer, la doctora Emiko Randa, desaparecida y dada por muerta muchos años antes.

Las historias de todos estos personajes se entremezclarán entre sí y con los monstruos, mientras los jóvenes Randa y sus amigos viajan a una especie de universo paralelo en el que las criaturas monstruosas proliferan. En este universo el tiempo discurre de forma distinta al nuestro y, cuando ambos universos se entrecruzan, es posible pasar de uno a otro.


Sale ella...

No podía ser de otra forma, pero en este tipo de series hace falta una agencia gubernamental que controle los hilos detrás del escenario. Esta agencia es la que da título a la serie y su objetivo es defender a la Tierra de los monstruos que la acosan, para lo que no escatimará esfuerzos ni reparará en la legalidad de sus acciones.

La primera temporada de Monarch se compone de diez capítulos en los que tendremos dos hilos argumentales, dependiendo del marco temporal de cada uno de ellos. Es curioso lo fácil que se ve y cómo entretiene, a pesar de su intrascendencia y la forma más o menos artificial que le ha dado forma.

En imdb cotiza a un más que decente 7,0 y es un imprescindible para los aficionados a las películas de monstruos radiactivos gigantes que nos han estado invadiendo en los últimos años. De hecho, diría que es mejor que alguna de ellas.





domingo, 13 de julio de 2025

El golpe de los dragones (D&D 5a)

Una de las primeras aventuras publicadas en castellano para la quinta edición del juego de rol más famoso del mundo fue El golpe de los dragones, aventura urbana localizada en Waterdeep, para niveles que van desde el 1 hasta el 5. O sea, una aventura introductoria ideal para aprender el sistema de juego e ir subiendo de niveles a la espera de poder hacer frente a desafíos más importantes.

El inicio, como no puede ser de otra forma, se sitúa en una taberna. No se trata, sin embargo, de una taberna cualquiera, sino del mítico Portal Bostezante. Allí, en la gran sala común en la que se encuentra el acceso a la no menos mítica Bajomontaña, el grupo de PJ se encontrará con un personaje conocido por todos: Volo. Este les encargará encontrar a uno de sus amigos, desaparecido hace ya un par de noches después de haber estado de fiesta.

A partir de ahí, se desencadena una serie de acontecimientos que desemboca en la búsqueda de un gran tesoro escondido, en realidad producto de un desfalco realizado por el anterior Lord público de Waterdeep.

Durante la búsqueda, la aventura nos va a llevar por situaciones bastante habituales en una aventura urbana. No faltarán las persecuciones por calles y tejados, la visita de rigor a las cloacas, el asalto a una casa con patio amurallado, la emboscada en callejones oscuros, etc.

Tampoco faltará la base de operaciones del grupo de PJ. En este caso se trata de una taberna y el edificio que la aloja, como pago de Volo tras haber conseguido rescatar a su amigo. De esta forma tendremos un lugar seguro en el que descansar y la opción de hacer algo de dinero regentando el negocio. Por último, y no menos importante, las inmediaciones de la posada suponen un barrio familiar con un puñado de negocios que los PJ podrán utilizar: herrería, herboristería, informador...

Enfrente de nuestro esforzado grupo tendremos un villano principal enfrentado a otras facciones que también buscan el premio gordo. La estación del año en que se producen los eventos (que yo dejé elegir libremente a los jugadores), determina el villano principal y a partir de ahí tendremos una serie de eventos por los que pasar hasta llegar a la bóveda en la que se guarda el tesoro.





La localización de esta bóveda está relacionada con un artefacto, la piedra de Golorr, que proporcionará las pistas adecuadas. Para entrar en ella, una vez localizada, habrá que resolver algún acertijo que otro, tras lo que se abrirá el acceso al lugar en el que se encuentra toda esa inmensa cantidad de monedas de oro.

Del sendero marcado por la historia principal podemos seguir también algunos caminos secundarios que puede hacer que el grupo de PJ puedan relacionarse con grupos y asociaciones conocidas en Ferün: arpistas, zentharim, alianza del bosque, señores de Waterdeep....Para cada uno de estos grupos hay un puñado de aventurillas, seleccionadas por nivel, bastante sencillas de solucionar y que irán otorgando recompensas, sobre todo de reputación, para poder conseguir ayuda de la facción relacionada.

Nuestra particularidad como grupo de juego, con la limitación de estar limitados por contrato familiar a una sesión de juego durante cada mes natural, me hicieron desechar rápidamente las misiones secundarias. Por muy sencillas que resulten, llevarlas a cabo nos llevaba casi una sesión, con lo que iba a ser excesimamente lento el progreso dentro de la historia principal.

A cambio, lo que hice fue incluir un par de interludios: el primero en forma de una aventura del volumen Las llaves de la cámara de oro (la primera de ellas, diseñada para nivel 1, pero que jugamos a nivel 2), que nos llevó un par de sesiones ya que jugamaos también una sesión con las consecuencias del fallo de los PJ. El segundo, en forma de módulo doméstico, relacionado con las consecuencias penales del módulo anterior, en forma de misión encargada por la Justicia de Waterdeep y que terminó siendo un The Last of Us en un pueblo cercano a la ciudad.

Por lo demás, prescindí de todo aquello que desviara demasiado a los PJ del camino principal. Después de años de juego, hemos aprendido que resulta muy difícil poder llevar bien el hilo de la aventura cuando nos reunimos solo cada cuatro o cinco semanas, así que es mejor no tener que pensar mucho, perder apenas unos minutos al inicio de cada sesión para recapitular, y ponernos en situación con rapidez.





La experiencia como director de juego con El golpe de los dragones ha resultado ser muy satisfactoria, aunque no he podido evitar una cierta sensación de apresuramiento, sobre todo durante la cadena de sucesos finales que desembocan en la resolución. Para esta, necesitamos un par de sesiones completas y tuve una cierta sensación de anticlímax al poder solucionarlo todo sin necesidad de un enfrentamiento contra el guardián del tesoro, que no dudo hubiera terminado en catástrofe para el grupo. Por suerte, planteé un combate final justo a las puertas de la bóveda durante el camino de vuelta que resultó ser lo suficientemente retador como para que la cosa terminara en alto.

El módulo abre muchas posibilidades para después. Al llegar a nivel 5, se podría enlazar directamente con la mazmorra de Bajomontaña. No es algo que me apasione demasiado, porque las mazmorras me acaban por saturar y no estoy seguro de que a mis jugadores no lo haga también. Puede haber llegado el momento de abandonar la Ciudad de los Esplendores y buscar otros lugares y objetivos en Faerûn.

También podemos aprovechar las semillas de aventura que desgrana el libro o las ubicaciones tales como las bases de los diferentes facciones o algún lugar de interés que se ha detallado en el módulo. Por último, los hilos sueltos que han quedado pueden ser un buen inicio para desarrollar ideas y enlazar con otros temas. Sea cual sea la decisión que tomemos, la piedra de Golorr debería dar mucho juego como artefacto consciente.

Al final ha sido algo así como año y medio jugando El golpe de los dragones, entre diez o doce sesiones, diría yo, de unas cuatro horas de duración. Lo hemos pasado bastante bien, aunque es posible que grupos de juego que se reúnan con mayor asiduidad, le sacarán todavía mayor partido.


domingo, 6 de julio de 2025

Silo (T1 y T2)

 Desde el primer momento hasta su final, la primera temporada de Silo es una de esas maravillas que te encuentras en televisión y que enganchan a la pantalla hasta que salen los títulos de crédito.

Basada en tres libros que conforman Las crónicas del silo, de Hugh Howey, la serie no es nada amigable para el espectador, que tiene que ir aprendiendo poco a poco de qué va todo lo que está viendo mientras queda fascinado, sin remedio.

Estamos ante una sociedad que se presume en un futuro más o menos cercano, compuesta por unas diez mil personas cuyo número está regulado por estrictas normas de control de la natalidad y que viven todas ellas en un inmenso complejo subterráneo con ciento y pico niveles que se adentran en la tierra hasta el fondo, parcialmente inundado de agua, en el que permanecen los restos de las máquinas tuneladoras que ayudaron a construirla.

No sabemos por qué se encuentra esta gente en esta situación. Es más, ellos tampoco lo saben, o lo han olvidado, por lo que tenemos que suponer que llevan ya un período apreciable de tiempo.



La sociedad es, tiene que ser, autosuficiente, puesto que es imposible salir al exterior debido a una sustancia venenosa que permanece en el aire y que impide toda vida fuera de la seguridad del silo. Así que hay toda una casta de mecánicos que dedican su vida a reparar y reciclar todo tipo de componentes mecánicos, entre los que se cuentan los que pertenecen a Ingeniería, encargados de mantener en funcionamiento la planta de energía que produce la electricidad necesaria para la circulación de aire y la iluminación.

El silo tiene alcalde, un sheriff con un grupo de alguaciles a su cargo y un juez para el que trabaja un cuerpo especializado que mantiene la paz en una sociedad que, por sus propias características, debe mantenerse en paz si no se quiere desestabilizar. Además de esos tres cargos, digamos principales, hay toda una pléyade adicional que forma la estructura social, incluyendo médicos y un jefe de informática que tiene un papel inicialmente menor, pero que a medida que avance la trama veremos que tiene una importancia extrema.

La cohesión se consigue a través de un cuerpo legislativo que se conoce como El Pacto y una tolerancia cero ante los crímenes más graves, que se castigan mediante la condena a salir a limpiar las cámaras que muestran imágenes del exterior, que no es sino un eufemismo para la pena de muerte, pues todos los que han salido a limpiar fallecen en el exterior, a pesar de hacerlo envueltos en un traje estanco con filtro de aire y casco. Es llamativo que una de esas normas del Pacto indica que si un ciudadano quiere salir voluntariamente, debe hacerlo de inmediato.



Otra cosa bastante curiosa es que hay objetos cuya posesión está totalmente prohibido, generalmente cosas relacionadas con la tecnología y la informática, pero también otras cosas aparentemente tan inocuas como un dispensador de caramelos PEZ o libros infantiles.

Es en esta sociedad, descrita y representada de una forma que resulta verosímil hasta el extremo en la que se desarrolla una historia con cada vez más ramificaciones que enredará a Julie Nichols, antigua ingeniera y luego sheriff, en la búsqueda de una reliquia peligrosa: un disco duro con información del silo y registros de imágenes de una salida al exterior.

Es difícil hablar de la serie sin destripar nada. Solo diré que el final de la primera temporada es de esos que dejan con la boca abierta después de haber jugado con el espectador durante varios capítulos en los que los giros de guion son tantos y tan bien tratados que no sabemos qué es cierto y qué no.



La segunda temporada ahonda más en lo que es el silo y da pistas sobre los creadores del mismo, además de las causas de su construcción y casi que es mejor que no hable de nada más. Lo más inocuo que se puede decir es que, si bien es inferior a la primera temporada, quizá porque en cierto modo se pierde el efecto sorpresa y porque Julie Nichols se enreda esta vez en una trama secundaria, hay personajes que ganan mucho más peso y las hipótesis sobre lo que va a pasar en la tercera temporada se disparan.

Una clave del éxito de la serie está en la interpretación de los actores y los correspondientes personajes. Así, Rebecca Ferguson encarna a Nichols, que con el devenir de los capítulos se convierte en un icono en la lucha social del silo. Tim Robbins está espectacular como Bernard Holland, jefe de Informática que tiene mucha más información y poder (¿acaso no es lo mismo?) que lo que puede parecer en un principio. Chinaza Uche es el sheriff Paul Billings, puesto a dedo por Bernard porque pensaba que iba a poder manejarle y que sorprenderá con una cabeza muy bien amueblada.



Dejo para el final el que es para mí el mayor descubrimiento: Robert Sims, el jefe del temido poder judicial, encarnado por el rapero Common, del que no sabía su existencia. Sims es un personaje inquietante, con una estética que le aporta un carisma impresionante y un aura de poder que no está basado en la violencia, sino en la amenaza física y psicológica.

Estos serían los más importantes, pero Silo cuenta con un puñado de personajes secundarios que no paran de dar solidez a esa sociedad claustrofóbica que estamos viendo y que gracias a ellos la serie es lo que es: una de las sorpresas más gratificantes de la televisión reciente y una de mis series favoritas de los últimos tiempos.

Tiene en imdb una valoración media de 8,1 y, si vemos las valoraciones por capítulo, resulta evidente que la primera temporada es mejor que la segunda. El reto es aguantar la parte central de la segunda temporada, que es la más pesada con diferencia, porque el premio es un par de capítulos finales que lo precipitan todo y que están valorados al nivel de los mejores capítulos de la primera temporada.

El cierre ha sido por todo lo alto y el interés, de cara a la tercera temporada, están por las nubes.



domingo, 29 de junio de 2025

Uncharted 4: El desenlace del ladrón

 Hace unos cuantos años que jugué la trilogía original de Nathan Drake en PS4 y luego pasé a otras cosas que me iban llamando la atención. Un tiempo después, me pude hacer con la última entrega hasta ahora, El desenlace del ladrón, un cierre de lo más satisfactorio a una saga imprescindible en el mundo de los videojuegos.

Me parece un juego redondo desde el punto de vista de la historia, desde el inicio en el que vemos a Nathan Drake intentando vivir una vida normal, contratado por una empresa de trabajos submarinos, casado con Elena y alejado de sus días de aventurero.



Esta vida dará un giro inesperado cuando Nathan se encuentra con su hermano Sam, que ha pasado un buen puñado de años en una prisión de Panamá en la que ambos entraron en busca de uno de sus habituales tesoros.

La culpa por haber sido Sam y no él quien se comió el marrón y el hecho de que su hermano tiene una deuda con un mafioso que le puede costar la vida, hacen que Nathan se embarque en una nueva aventura, la última. Una más y lo dejo, viene a decirse mientras engaña a su mujer hablándole de un trabajo en el extranjero mientras en realidad se embarca en la búsqueda del legendario tesoro del pirata Henry Avery.

Y a partir de entonces nos encontramos de nuevo en la vorágine habitual, acompañado por Sam y por el bueno de Victor Sullivan, ya bastante envejecido. Alternaremos fases de combate con otras de exploración, acrobacias, escalada y diversos rompecabezas de lógica, en una selección de escenarios a cada cual más impresionante. Además, en esta entrega nos encontramos con un modo de sigilo bastante parecido a lo que vimos en The last of us, así que habiendo jugado a la franquicia de moda, nos habituaremos muy rápido a su modo de funcionamiento y nos veremos ante un buen puñado de opciones estratégicas en cada encuentro.


El trío calavera


La búsqueda del tesoro nos llevará a una elegante villa italiana, un cementerio escocés, un volcán inactivo y una utopía pirata que salió mal, perseguidos por una agencia de mercenarios, Shoreline, dirigida por su antiguo socio Rafe y por Nadine, que reparte ostias como panes. El final, en antiguo barco pirata envuelto en llamas, es el digno colofón a un juego divertido.

Pero, además del atractivo que tiene la aventura en sí, lo mejor de El desenlace del ladrón consiste en que la historia personal de Nathan toma mucho más cuerpo que los casi esbozos de los tres juegos anteriores. Asistiremos a una sucesión de flashbacks que nos llevarán a la niñez y la adolescencia de los dos hermanos, primero con la huida de Sam del orfanato y luego con el intento de recuperar las pertenencias de su madre, una historia que sale rematadamente mal.

De esta forma, Naughty Dog convierte a Nathan Drake en uno de los nombres propios por derecho propio de la historia de los videojuegos. Y, aparentemente, lo retira de la circulación con ese epílogo en el que jugamos con la hija adolescente de Nathan y Elena mientras va descubriendo un pasado de sus padres que no ha llegado ni a imaginar.


La sufrida esposa

Como es habitual, he jugado El desenlace del ladrón en modo fácil. Aún así ha sido un reto pasar algunas fases, habiendo tenido que repetir un puñado de veces algunas escenas. Y, siempre, me he encontrado con paisajes naturales de una belleza y definición casi reales, que hacen al juego una maravilla visual.

No recuerdo lo que tardé en superarlo, pero estaría alrededor de las 35-40 horas de juego. No llegué al 100%, porque es realmente difícil localizar todos y cada uno de los elementos coleccionables, algunos de los cuales están en sitios casi imposibles de localizar.

El resultado final es un juego que hay que experimentar y que supone un salto tecnológico importante con la trilogía original, a pesar de haber pasado solo cinco años desde el lanzamiento de Uncharted 3.



domingo, 22 de junio de 2025

Argylle

 Hay películas que, contra pronóstico, acaban gustando más de lo que sería esperable y Argylle es una de ellas.

A priori, no es más que una tontería, una película de comedia y acción sin demasiadas pretensiones, a pesar del reparto del que dispone y del dinero que se hayan podido gastar. Es más, a mucha gente le parecerá justo eso.

Tampoco se puede decir que el argumento sea original: una autora reconocida de novelas de espías se ve envuelta en una sucesión de situaciones que bien podría ser uno de sus argumentos, con agentes que quieren acabar con ella y otros que la protegen mientras la historia se va deshilvanando.



Lo bueno que tiene Argylle es que, además de un ritmo frenético desde el mismo principio, no se toma demasiado en serio y el humor está muy presente durante las más de dos horas de metraje. Un humor que va de la sonrisa a la carcajada, pero sin ser demasiado estridente y no caer en la parodia desenfrenada, a pesar del gato y la mochila que vamos a ver por todas partes.

El reparto está encabezada por Bryce Dallas Howard en el papel de la autora Elly Conway, a la que acompaña un desatado Sam Rockwell en un papel también muy humorístico, como en Jojo Rabbitt, en el papel del agente especial Aldan Wilde, encargado de protegerla mientras se van descubriendo hebras de su pasado olvidado.


Cara A

La trama real se entrecruza con la de ficción, en la que tenemos a Henry Cavill como remedo de James Bond, John Cena en otro más de sus papeles humorísticos en los que parece que se va asentando y Dua Lipa, que apenas sale en las escenas iniciales para desaparecer del metraje.

Pues eso, son algo más de dos horas durante las que no paramos de reír y disfrutar de la película que es muy, muy divertida. Siendo honestos, para contar lo que cuenta hubiera dado igual una duración de veinte o treinta minutos menos, pero no tuvimos la sensación de que se hiciera demasiado larga.


Cara B

Eso sí, es una película que, una vez consumida, tampoco da para mucho más. Seguro que me divertiría igual viéndola por segunda vez, pero no va a marcar mi vida. Eso sí, me parece bastante mejor que el pobre 5,6 al que cotiza en imdb.

Y, como tampoco hay mucho más que contar, no merece la pena alargar la entrada más allá de recomendarla para una tarde o noche cualquiera en la que no hay nada mejor que hacer.


domingo, 15 de junio de 2025

La batalla de Creta

En apenas unos días de mayo de 1941, el ejército alemán conquistó la isla de Creta en el marco de sus operaciones en el Mediterráneo Oriental durante la Segunda Guerra Mundial. El objetivo, eliminar la molesta presencia británica, una vez que Grecia había sido conquistada en abril del mismo año, previamente a volcarse en la ambiciosa invasión de la Unión Soviética.

Fueron apenas diez o doce dias en las que los alemanes consiguiero su objetivo, si bien a cambio de cuantiosas bajas, similares en número a las infligidas a sus adversarios. Solo la captura de unos quince mil soldados británicos y griegos que no pudieron ser rescatados y los barcos de la Royal Navy que fueron hundidos y dañados durante las operaciones de rescate, decantaron la balanza con más claridad hacia el lado alemán.

Es cierto que los alemanes consiguieron sus objetivos y que la isla de Creta permaneció en sus manos, sin apenas problemas, hasta el mismo final de la guerra, pero no es menos cierto que, si he entendido bien el libro de Antony Beevor, los errores se sucedieron en ambos bandos y cualquiera pudo haber vencido si hubieran aprovechado las circunstancias.



Creta marcó un hito en la historia militar al ser el primer asalto en el que se utilizaban de forma exclusiva los paracaidistas (unos 4.500 efectivos se arrojaron sobre Creta), sin más apoyo de fuerzas terrestres, que irían llegando en los días siguientes a la invasión.

No obstante, el resultado estuvo lejos de ser el esperado y al retraso en la consecución de los objetivos marcados (principalmente el control de los aeródromos repartidos por la isla), hubo de sumarse que las tropas paracaidistas fueron casi destruidas. Por eso, Hitler decidió que esta primera vez también sería la última, y al parecer asi se lo comunicó al general Student.

El famoso historiador mlitar Antony Beevor escribió un libro breve (para sus estándares) en el año 2002. Describe como es habitual en él las operaciones con todo lujo de detalles, mezclando además la descripción de las operaciones con anédcotas personales. Pero el recuerdo que tengo de la lectura es una sensación de caos y de pérdida entre tanto nombre de protagonistas, tropas y lugares. El inicio lo llevé más o menos bien, pero a partir de la mitad se me hizo cuesta arriba e incluso me costó terminarlo.

A favor su (relativa) brevedad y que prácticamente desconocía todo de la campaña de Creta, salvo el tema de los paracaidistas.

Solo para verdaderos aficionados a la historia militar en general y a la Segunda Guerra Mundial en particular.

domingo, 1 de junio de 2025

Millie y Netflix lo intentan, pero...

El fenómeno Millie Bobby Brown estalló en 2016 a la par de fenómeno Stranger Things, el pelotazo que está próximo a terminar con una quinta temporada. La actriz tenía algo así como doce años cuando se vio en el centro de la acción.

Antes que Stranger Things se la pudo ver en alguna cosa, incluyendo capítulos de Modern Family o de Anatomía de Grey, según su ficha de imdb. Después, tanto ella (o su familia, que era una niña) como Netflix maniobraron para sacar provecho de su tirón.

Además de aparecer en la franquicia de Godzilla, la maquinaria de la productora se puso en marcha para darle papeles protagonistas, como el de Enola Holmes, la hermana pequeña del famoso investigador y cuyas dos películas son lo mejor que ha hecho en cuanto a valoración.

En 2024 se pone en la piel de Elodie, la chica que debe casarse con el príncipe de un reino que se ve continuamente bajo la sombra y la amenaza de un dragón. Era la película Damsel y en ella se intenta dar una vuelta de cuerda a los roles tradicionales de los cuentos de fantasía.



La película agarra todos los ingredientes clásicos: un príncipe, una princesa, un reino, un dragón, magia y fantasía. Esos ingredientes los pone en una coctelera y los recoloca para ver qué sale, con un resultado que, sin ser satisfactorio en su totalidad, es interesante hasta el punto de que la película se deja ver.

Salvo la protagonista, el resto de personajes (lo que incluye a la dragona, que es en realidad de lo que se trata) resulta no ser lo que parece en un principio. Todos, en mayor o menor medida, tienen una motivación oculta que es la que domina todo lo demás. Elodie, la joven prometida, es la única que se muestra tal y como es y se ve envuelta en una larga historia de venganza que va mucho más allá de ella misma.

La película está realizada para mayor lucimiento de la actriz y, aunque tengo que confesar que no soy un gran admirador de Millie, en esta película no está del todo mal y consigue mantener el tipo.

El resultado es una cinta que se deja ver con agrado, pero que cotiza a un magro 6,1 en imdb.

Netflix vuelve a intentarlo este año con Estado eléctrico. En esta ocasión hay un cambio de estrategia y al lado de Millie Bobby Brown tenemos a Chris Pratt con un papel significativo.

Nos encontramos en un futuro más o menos cercano, en el que la Humanidad ha llevado a cabo una guerra contra los robots humanoides y los ha arrinconado a una serie de reservas. Todos los androides están prohibidos, pero al mismo tiempo la gente está enganchada a un entorno de realidad virtual desarrollado por la empresa de la persona que logró los avances tecnológicos que llevaron a la victoria.

El personaje de Millie es Michelle, una chica que ha perdido a sus padres en la guerra y que desde entonces ha pasado por un rosario de hogares de acogida. Su hermano ha desaparecido, aunque al parecer no ha fallecido.



Chris Pratt es un buscavidas que se gana el pan contrabandeando con equipos que están prohibidos a pesar de ser en su mayoría inofensivos, y que se mueve con un gran camión y al que acompaña un robot.

El resultado final de esta coctelera resulta mucho más confuso que lo que consiguió Damsel. De hecho, me aburrió bastante y pasé una buena parte de la película con el piloto automático y el móvil en la mano.

La estética postapocalíptica y de decadencia está bastante bien representada, pero el conjunto desaprovecha una ocasión ideal para encontrar a unos espectadores que estamos deseosos de propuestas interesantes en cuanto a ciencia ficción o fantasía.

Estado eléctrico se queda en un paupérrimo 5,9 en imdb y quizá ponga en entredicho la capacidad de Millie de conseguir un verdadero pelotazo, sola o en compañía de otros como Chris Pratt, que tampoco parece pasar por su mejor momento. 

domingo, 25 de mayo de 2025

Continuaciones de sagas de animación

Hay sagas que están ausentes durante muchos años y se echan de menos (Los increíbles es un buen ejemplo, aunque su segunda entrega defraudó un poco tras tantio tiempo de espera) y otras que saturan en una cuesta abajo o, en el mejor de los casos, un estancamiento (Toy Story o Shrek serían dos ejemplos de esta variante).

Del revés marcó uno de esos hitos en la animación basados en la historia más que en la técnica en sí. Una película que, de forma literal, se metía dentro de nuestras cabezas de una forma atrevida y fresca. Unos revisionados después, mantiene toda su vigencia. Sería un ejemplo de saga esperada por los aficionados.

Del revés 2 tardó nueve años en llegar a nuestras pantallas y supuso una evolución hacia la adolescencia, ese período que tanto tememos los padres en el que nuestras pequeñas princesas se convierten en odiosas dictadoras aleatorias. Detalles como las nuevas emociones (Ansiedad, Envidia, Vergüenza, Aburrimiento) o la modificación de la consola de control a un pupitre de mando muchísimo más complicado, explican de una forma muy clara a lo que nos enfrentamos. 



A primera vista, diría que la espera mereció la pena a pesar de una evidente falta de sorpresa en el espectador. No es algo nuevo porque cuando lo petas al primer intento, es muy difícil volver a conseguir el mismo efecto una segunda vez. Quizá a lo más que se puede aspirar es a que el batacazo no sea muy grande y remontar en una tercera parte climática, si la hay (ejemplos hay decenas en la literatura y el cine).

Del revés 2 es una buena película que seguramente tendría mejores opiniones si hubiera sido la primera. El retroceso en imdb es evidente, de un 8,1 a un 7,5, pero se puede pasar un buen rato con ella y tiene momentos memorables tanto con nuestros viejos conocidos como con las nuevas emociones.

Gru 4 no es tampoco una mala película, pero con cuatro películas (y spin off) en catorce años, la fórmula tiene síntomas de agotamiento.

En esta ocasión, nuestros protagonistas deben acogerse al programa de protección de testigos cuando uno de los muchos malvados encarcelados por sus acciones se fuga, prometiendo venganza.

La situación dará pie a muchas situaciones hilarantes, pero hay que reconocer que también resulta difícil sorprender. Y eso que, en mi opinión, uno de los atractivos de la película es el doblaje de Florentino Fernández (no tanto el de Patricia Conde o el de Dani Martinez), esencial para aquellos que no consumimos Versión Original (con Steve Carrell, que seguramente es también un puntazo)



Si ya la tercera parte marcó un mínimo para el personaje (6,3 en imdb), esta cuarta entrega ha perdido todavía un poco más (6,2). Parece complicado que remonte el vuelo, pero como todo, dependerá de la rentabilidad el que podamos ver una quinta entrega de nuestro villano favorito.

Más acusado puede ser el caso de la saga de Po, el panda Guerrero del Dragón con otras cuatro películas a sus espaldas.

La primera película es una de las que más he visto en mi vida, ayudada porque al estrenarse en 2008 fue una de las películas de animación de cabecera de mi hija mayor. La podríamos ver dos o tres veces por semana, pero a mí no me importaba porque en cada visionado encontraba detalles que se me habían escapado antes.

La segunda entrega la vimos en el cine, pero ya no me satisfizo igual y lo mismo puedo decir de la tercera parte, que no me convenció para nada y que no he vuelto a ver desde entonces. No obstante, me lié de nuevo la manta a la cabeza y volvimos al cine para la cuarta entrega.

El descenso ha sido más que evidente, aunque el progreso de la historia de Po está siendo muy bien llevado. Ahora tiene que buscar un sustituto, porque se retira como Guerrero del Dragón, y esa es la motivación por la que tiene que salir de su amado valle.



El personaje de la zorrita ninja es todo un acierto y uno de los mejores de la película, todo hay que decirlo, pero aunque no me importaría ver alguna aventura más de estos dos, me parece que llega demasiado tarde. También el doblaje es espectacular con Florentino, que nos ha dado dos personajes icónicos de la animación del siglo XXI (Jack Black en el original).

La bajada en puntuación es todavía más acusada que en el caso de Gru, pues las tres primeras entregas se mantuvieron por encima de 7 puntos de valoración en imdb y esta cuarta se queda en un 6,3.

Cuando ponemos a cada una de estas películas en el marco de su saga particular, suponen un claro retroceso sobre todo lo que hemos visto hasta ahora. Pero eso no quita para que sean unas cintas más que decentes y que merezcan un visionado una tarde cualquiera de esas que no sabemos qué poner en casa. Seguro que pasamos un rato agradable.




domingo, 18 de mayo de 2025

Tres libros con una propuesta peculiar

Tengo la costumbre de alterar mi programación de lecturas (sí, confieso que llevo un listado de los próximos libros que voy a leer, intentando mezclar autores y géneros), normalmente para incluir algún libro del que he sabido a través de artículos o podcast o que, simplemente, me han llamado la atención por el título o el autor.

Uno de ellos ha sido Bosque Mitago, de Robert Holdstock (no sé ni quién es). Lo tenía en mi lista de pendientes desde hace muchos años. Creo que alguien lo comentó en algún foro de literatura que frecuentaba por los años 2010 y luego debí escuchar algo en algún podcast.

El inicio me pareció brillante y atrayente, con el protagonista que vuelve a la casa familiar una vez que su padre ha desaparecido y su hermano se interna en el bosque para ir en su busca. Claro que el bosque no es normal, sino que en él los arquetipos de la fantasía se vuelven reales, reproduciendo las características que el imaginario colectivo les ha otorgado, pero tomando conciencia de sí mismos y viviendo sus vidas.



De hecho, cuanto más se interna uno en el bosque, más oscuros y primarios se convierten esos arquetipos, vinculados con edades tempranas en las que la Humanidad comenzó a crear sus mitos.

Acompañamos al protagonista en un viaje al interior de ese bosque, no tanto buscando a sus familiares sino a uno de esos arquetipos con los que ha compartido unos meses de vida y del que se ha enamorado perdidamente.

La historia me parece que fue perdiendo fuelle a medida que pasaban las páginas y el impacto inicial se diluía, hasta llegar a un final un tanto precipitado. No obstante, el conjunto es de interés y al tratarse de un libro no muy largo, se puede leer con facilidad y disfrutarlo. Aún así, no me he animado todavía a leer su continuación.

Otro de estos titulos fue Esperanza del venado, de Orson Scott Card, del que he intentado retomar la saga de Ender con un resultado desigual. Creo recordar que supe de él a través del blog amigo Demencias vespertinas.

El libro es una incursión del autor en la fantasía, tocando temas como las profecías, la magia primordial (que no primitiva), el destino de los héroes, el amor y la venganza. Algo así como una saga vikinga escrita en el siglo XX.

Me pareció raro en su concepción y en su ejecución. Me chocó tanto que me costó leerlo a pesar de su brevedad, con algunos pasajes que incluso me removieron las tripas por ser un tanto desagradables.



Esto, unido al fallido tercer libro de Ender (que todavía no he llegado a comentar aquí), me ha convencido de que el autor va a tardar un buen rato a tener una oportunidad en mis lecturas.

Por último, Los tejedores de cabellos de Andreas Eschbach, un librito no muy largo, pero denso y que nos muestra una sociedad en un planeta perdido de un imperio galáctico en el que los tejedores de cabellos del título dedican su vida a tejer alfombras con los cabellos de sus mujeres e hijas, pasando el oficio de padres a hijos.

Una vez terminada esa alfombra que, como digo, es la obra de toda una vida, se la venden a un funcionario que pasa por el planeta a recogerlas.

Esta historia tan peculiar se entremezcla con una rebelión contra ese imperio galáctico. Al cambiar el punto de vista, somos espectadores de la paradoja que resulta ser el destino de todas esas alfombras que han salido de planeta durante incontables generaciones de tejedores de cabellos.



Pero también el autor nos plantea una cuestión filosófica cuando conocemos cuál es la relación real que hay entre el gobierno y la rebelión, que recuerdo me dejó con la boca abierta.

Seguramente en su conjunto es el mejor libro de los tres que comento en esta entrega, aunque por más que lo he intentado, no consigo recordar dónde oí de él por primera vez.

Los tres libros tienen en común una propuesta original y su brevedad, gracias a lo que no va a dar tiempo siquiera a lamentar haber empezado a leerlos porque cuando llegue ese momento casi habremos terminado y no costará demasiado seguir hasta el final.



 

domingo, 11 de mayo de 2025

The creator

Llevo unos cuantos días pensando qué puedo decir de The creator y la verdad es que me he sentado delante del ordenador y todavía no lo tengo claro. Hace ya bastante tiempo que la vi y lo que ha ocurrido es que casi me he olvidado de todo, salvo que fue una decepción bastante grande y que se me hizo muy larga.

Tengo vagos recuerdos de que hay una guerra entre humanos y robots que son, en apariencia, casi totalmente humanos, creados por alguien al que denominan El Creador, con una referencia casi divina.

En esta historia recuerdo a John David Washington, al que últimamente se le ve con frecuencia, en el papel de un soldado de esa guerra que está buscando un arma definitiva con la forma de una niña, pero no recuerdo por qué es tan importante.



En su camino habrá traiciones, tiroteos y diversos personajes secundarios a través de las cuales se cuenta una historia que busca ser profunda. No puedo entrar a valorar esa profundidad, porque lo único que saqué en claro es un mensaje sobre la pregunta de qué es ser humano. O, en otras palabras, qué nos diferencia de unas máquinas que, en apariencia, piensan y sienten como nosotros hasta el punto de decidir sacrificarse por sus semejantes.

No es la primera película con ese mensaje. Sin ir más lejos, la mítica y clásica Bladerunner, que confieso no haber visto todavía (pero sí su tardía secuela, que no me gustó nada). Ni tampoco es la mejor ,por supuesto.

En estos tiempos de preocupación en ciertos sectores por el alza de la IA y junto a los medios que ahora tienen los directores de cine para llevar a cabo sus visiones, me enfrenté a la película con un cierto interés, pero el resultado fallido se puede ver.


¿Humanos o máquinas?

Son más de dos horas de película que acabé viendo con el piloto automático puesto. Los supuestos momentos épicos y sentimentales no me llegaron a tocar la fibra y no me sentí identificado en ningún momento con personajes ni trama.

La estética a medio camino entre la alta tecnología y lo postapocalíptico, tampoco me apasionó. Y la interpretación de John David Washington me pareció fría (en realidad, casi todo lo de este hombre me parece igual de frío, no me transmite apenas nada).

El reparto es bastante desconocido. Por nombre solo reconozco a Ken Watanabe en medio de un montón de caras que no soy capaz de reconocer.


Ahora es más difícil decirlo


Tengo claro que esta no es una entrada al uso y he dudado bastante sobre la conveniencia de escribir sobre una película de la que apenas recuerdo nada. Pero luego he llegado a la conclusión de que eso mismo es una crítica en sí misma. Es decir, si me hubiera gustado, recordaría mucho más de ella o, al menos, de algunas partes que me hubieran llamado la atención.

No es así, sino que todo está envuelto en brumas. Pero bueno, para gustos, colores. Y en imdb The creator está cotizando a un decente 6,7.

Acabo de leer que el director es Gareth Edwards, que nos trajo Rogue One, que probablemente sea la mejor película del universo de Star Wars (y detonante de que hoy en día podamos ver esa maravilla que es Andor. Así que, inevitablemente, he dudado de mi propio criterio. Por suerte, he visto también que es el director de la versión de Godzilla de 2014, que no me gustó nada, y me reconforta.


 

viernes, 2 de mayo de 2025

No eran malas series...

...pero por el motivo que fuera, no les dieron tiempo suficiente para crear una base de aficionados sólida.

Minority Report solo tuvo una temporada de diez capítulos, siguiendo la historia de la película de Tom Cruise. Los precogs se escaparon de la instalación en la que estaban confinados y viven aislados de un mundo que no les comprende.

Agatha vive en una comunidad rural, alejada de la gran ciudad. Arthur vive la vida, utilizando sus habilidades para mejorar sus negocios y Dash no puede olvidar lo bueno que hicieron, a pesar de las penalidades a las que fueron sometidos. Por eso, contacta con la detective Lara Vega, primero de forma anónima y luego ya como compañero extraoficial, ayudándola a resolver los crímenes que se van a cometer.



La serie no es deslumbrante y es bastante típica: un misterio por cada capítulo y una historia que se va deshilvanando poco a poco. Entretenida, eso sí, con un final de primera temporada que era prometedor, pero se canceló con solo una temporada de 2015.

El reparto es bastante desconocido, exepto Nick Zano, de DC´s Legends of Tomorrow. En imdb tampoco es para tirar cohetes con un 5,9.

Otra serie que me ha gustado, de 2016, es Houdini y Doyle. Se basa en la colaboración de estos dos referentes de principios del siglo XX con la policía metropolitana de Londres en general y con la inspectora Adelaide Stratton.

Hay una cierta base real en la premisa, puesto que es sabido que Arthur Conan Doyle colaboró en alguna ocasión con la policía con cierto éxito y era un apasionado del espiritismo. Por su parte, Harry Houdini dedicó su vida a desenmascarar fraudes paranormales, quizá como venganza por aquellos que intentaron timarle contactando con su madre desaparecida (una madre que tiene un papel fundamental en la serie).

Como en el caso anterior, tenemos también un caso semanal y una historia que se va desarrollando poco a poco, pero que con diez capítulos tampoco tuvo mucha suerte.


La inspectora no sale en los carteles

Su reparto tampoco es demasiado conocido aunque todos los protagonistas tienen una sólida carrera durante muchos años y seguramente los rostros sonarán de alguna serie o película anterior.

Houdini y Doyle está mucho mejor valorada, con un bastante decente 7,2 en imdb.

Dos temporadas duró Mindhunter y es el caso más incomprensible de estos tres, al tratarse de una serie que todo el mundo cita como una de las mejores que se han podido ver.

Intenta contar el inicio del departamento de investigación del comportamiento del FBI y tiene como protagonistas a los agentes especiales Holden y Tench, que trabajan de la mano de la doctora Carr.

Nos alejamos del esquema del misterio semanal, porque al tiempo que nos van contando los progreso del departamento, basándose en entrevistas personales con algunos de los asesinos en serie más famosos, cada una de las temporadas tiene un misterio principal que intentarán resolver poniendo en práctica todo lo aprendido durante esas entrevistas.


El test de Rorschach


La serie es bastante cruda desde la cabecera, que tiene una serie de imágenes subliminales un tanto desagradables y no ahorra en detalles escabrosos de los asesinos en serie, que son personajes reales.

Es evidente que estaba pensada para tener más temporadas, porque su abrupto final dejó muchos hilos sueltos, entre ellos lo que parece ser el desarrollo de uno de esos asesinos que no llegó a eclosionar como monstruo.

La actriz más reconocible del reparto es Anna Torv (Fringe, The last of us), pero seguramente que las caras de los agentes especiales puede ser reconocida de alguna película o serie anterior.

Diecinueve episodios entre 2017 y 2019 con una valoración de 8,6 en imdb.

Me lo pasé bastante bien con las tres, aunque está claro que Mindhunter no solo es la mejor, sino también la más exigente para el espectador.





domingo, 27 de abril de 2025

Misterio en Venecia

Misterio en Venecia es la tercera adaptación de obras de Agatha Christie que hace Kenneth Branagh. Resulta ser, además, la peor con diferencia.

Lo que empezó de forma maravillosa con Asesinato en el Orient Express y continuó, con cierta cuesta abajo, en Muerte en el Nilo, da síntomas de agotamiento evidente en esta tercera entrega. Resulta ser una pena, he de decir, porque me encantan las historias clásicas de misterio y Kenneth Branagh me parece que hace un trabajo sublime en el papel de Hércules Poirot.

En esta ocasión veremos a nuestro detective belga favorito como invitado a una sesión de espiritismo en un bello palacio de la ciudad de Venecia, con sus canales, sus góndolas y todo su encanto.



Poirot no es un aficionado entusiasta de estos espectáculos, pero acude a la invitación, quizá motivo por la curiosidad que no ha podido reprimir ni un segundo de su vida, cargado de escepticismo. La cuestión es que, como suele ocurrir, no se sabe si el investigador va detrás del misterio o lo atrae con una fuerza irresistible, pero como era de esperar las cosas se tuercen con un asesinato.

Todo parece demasiado real. Tanto que los pilares del escepticismo de Poirot llegan a tambalearse en alguna ocasión. No obstante, poco a poco se va descubriendo que todos los sucesos tienen un incontestable origen mundano y motivaciones humanas, normalmente las más bajas, como viene siendo normal en las historias de detectives.


Penumbra y velas

Por tercera vez, Kenneth Branagh está soberbio en el papel, en esta ocasión de un Poirot más crepuscular y desencantado, un poco alejado del detective que estaba acostumbrado a asombrar a todo el mundo apenas un par de décadas atrás. Pero ni la historia es tan atractiva ni el elenco de secundarios es tan abrumador como en entregas anteriores.

En Misterio en Venecia hay unos cuantos rostros que, no diré son desconocidos, pero sí que son más modestos. Aparte del propio Branagh, las más conocidas podrían ser Tina Fey (la amiga de Poirot, Ariadne Oliver) y Michelle Yeoh (la medium Joyce Reynolds), que últimamente parece estar en todas las salsas, no siempre bien condimentadas junto con Jamie Dorman (el Grey de las cincuenta sombras que no he querido sufrir).

El entorno es también más oscuro, más opresor y en ocasiones sobrecogedor, jugueteando con lo sobrenatural en una suerte de duelo con la razón, que siempre tiene las de ganar. Las escenas en penumbra, ilumnadas con velas, son mayoría. Esto, por un lado ayuda a crear ambiente, pero resulta ser también molesto en ocasiones.


Soberbio

No pude evitarlo, pero perdí interés en el caso mucho antes de lo que pretendía. Y me temo que pasó lo mismo con la familia. Una pena, porque de verdad quiero que estas películas me gusten. Veremos si consigo reengancharme en la siguiente entrega, si la hay. Por lo menos su duracion, apenas un poco más de cien minutos, no juega en su contra.

Es curioso que, a pesar de la sensación que tengo de que es una tercera parte fallida, en imdb cotiza a 6,5, que resulta ser el mismo valor que Asesinato en el Orient Express y superior al 6,3 de Muerte en el Nilo.