domingo, 15 de junio de 2025

La batalla de Creta

En apenas unos días de mayo de 1941, el ejército alemán conquistó la isla de Creta en el marco de sus operaciones en el Mediterráneo Oriental durante la Segunda Guerra Mundial. El objetivo, eliminar la molesta presencia británica, una vez que Grecia había sido conquistada en abril del mismo año, previamente a volcarse en la ambiciosa invasión de la Unión Soviética.

Fueron apenas diez o doce dias en las que los alemanes consiguiero su objetivo, si bien a cambio de cuantiosas bajas, similares en número a las infligidas a sus adversarios. Solo la captura de unos quince mil soldados británicos y griegos que no pudieron ser rescatados y los barcos de la Royal Navy que fueron hundidos y dañados durante las operaciones de rescate, decantaron la balanza con más claridad hacia el lado alemán.

Es cierto que los alemanes consiguieron sus objetivos y que la isla de Creta permaneció en sus manos, sin apenas problemas, hasta el mismo final de la guerra, pero no es menos cierto que, si he entendido bien el libro de Antony Beevor, los errores se sucedieron en ambos bandos y cualquiera pudo haber vencido si hubieran aprovechado las circunstancias.



Creta marcó un hito en la historia militar al ser el primer asalto en el que se utilizaban de forma exclusiva los paracaidistas (unos 4.500 efectivos se arrojaron sobre Creta), sin más apoyo de fuerzas terrestres, que irían llegando en los días siguientes a la invasión.

No obstante, el resultado estuvo lejos de ser el esperado y al retraso en la consecución de los objetivos marcados (principalmente el control de los aeródromos repartidos por la isla), hubo de sumarse que las tropas paracaidistas fueron casi destruidas. Por eso, Hitler decidió que esta primera vez también sería la última, y al parecer asi se lo comunicó al general Student.

El famoso historiador mlitar Antony Beevor escribió un libro breve (para sus estándares) en el año 2002. Describe como es habitual en él las operaciones con todo lujo de detalles, mezclando además la descripción de las operaciones con anédcotas personales. Pero el recuerdo que tengo de la lectura es una sensación de caos y de pérdida entre tanto nombre de protagonistas, tropas y lugares. El inicio lo llevé más o menos bien, pero a partir de la mitad se me hizo cuesta arriba e incluso me costó terminarlo.

A favor su (relativa) brevedad y que prácticamente desconocía todo de la campaña de Creta, salvo el tema de los paracaidistas.

Solo para verdaderos aficionados a la historia militar en general y a la Segunda Guerra Mundial en particular.

domingo, 1 de junio de 2025

Millie y Netflix lo intentan, pero...

El fenómeno Millie Bobby Brown estalló en 2016 a la par de fenómeno Stranger Things, el pelotazo que está próximo a terminar con una quinta temporada. La actriz tenía algo así como doce años cuando se vio en el centro de la acción.

Antes que Stranger Things se la pudo ver en alguna cosa, incluyendo capítulos de Modern Family o de Anatomía de Grey, según su ficha de imdb. Después, tanto ella (o su familia, que era una niña) como Netflix maniobraron para sacar provecho de su tirón.

Además de aparecer en la franquicia de Godzilla, la maquinaria de la productora se puso en marcha para darle papeles protagonistas, como el de Enola Holmes, la hermana pequeña del famoso investigador y cuyas dos películas son lo mejor que ha hecho en cuanto a valoración.

En 2024 se pone en la piel de Elodie, la chica que debe casarse con el príncipe de un reino que se ve continuamente bajo la sombra y la amenaza de un dragón. Era la película Damsel y en ella se intenta dar una vuelta de cuerda a los roles tradicionales de los cuentos de fantasía.



La película agarra todos los ingredientes clásicos: un príncipe, una princesa, un reino, un dragón, magia y fantasía. Esos ingredientes los pone en una coctelera y los recoloca para ver qué sale, con un resultado que, sin ser satisfactorio en su totalidad, es interesante hasta el punto de que la película se deja ver.

Salvo la protagonista, el resto de personajes (lo que incluye a la dragona, que es en realidad de lo que se trata) resulta no ser lo que parece en un principio. Todos, en mayor o menor medida, tienen una motivación oculta que es la que domina todo lo demás. Elodie, la joven prometida, es la única que se muestra tal y como es y se ve envuelta en una larga historia de venganza que va mucho más allá de ella misma.

La película está realizada para mayor lucimiento de la actriz y, aunque tengo que confesar que no soy un gran admirador de Millie, en esta película no está del todo mal y consigue mantener el tipo.

El resultado es una cinta que se deja ver con agrado, pero que cotiza a un magro 6,1 en imdb.

Netflix vuelve a intentarlo este año con Estado eléctrico. En esta ocasión hay un cambio de estrategia y al lado de Millie Bobby Brown tenemos a Chris Pratt con un papel significativo.

Nos encontramos en un futuro más o menos cercano, en el que la Humanidad ha llevado a cabo una guerra contra los robots humanoides y los ha arrinconado a una serie de reservas. Todos los androides están prohibidos, pero al mismo tiempo la gente está enganchada a un entorno de realidad virtual desarrollado por la empresa de la persona que logró los avances tecnológicos que llevaron a la victoria.

El personaje de Millie es Michelle, una chica que ha perdido a sus padres en la guerra y que desde entonces ha pasado por un rosario de hogares de acogida. Su hermano ha desaparecido, aunque al parecer no ha fallecido.



Chris Pratt es un buscavidas que se gana el pan contrabandeando con equipos que están prohibidos a pesar de ser en su mayoría inofensivos, y que se mueve con un gran camión y al que acompaña un robot.

El resultado final de esta coctelera resulta mucho más confuso que lo que consiguió Damsel. De hecho, me aburrió bastante y pasé una buena parte de la película con el piloto automático y el móvil en la mano.

La estética postapocalíptica y de decadencia está bastante bien representada, pero el conjunto desaprovecha una ocasión ideal para encontrar a unos espectadores que estamos deseosos de propuestas interesantes en cuanto a ciencia ficción o fantasía.

Estado eléctrico se queda en un paupérrimo 5,9 en imdb y quizá ponga en entredicho la capacidad de Millie de conseguir un verdadero pelotazo, sola o en compañía de otros como Chris Pratt, que tampoco parece pasar por su mejor momento. 

domingo, 25 de mayo de 2025

Continuaciones de sagas de animación

Hay sagas que están ausentes durante muchos años y se echan de menos (Los increíbles es un buen ejemplo, aunque su segunda entrega defraudó un poco tras tantio tiempo de espera) y otras que saturan en una cuesta abajo o, en el mejor de los casos, un estancamiento (Toy Story o Shrek serían dos ejemplos de esta variante).

Del revés marcó uno de esos hitos en la animación basados en la historia más que en la técnica en sí. Una película que, de forma literal, se metía dentro de nuestras cabezas de una forma atrevida y fresca. Unos revisionados después, mantiene toda su vigencia. Sería un ejemplo de saga esperada por los aficionados.

Del revés 2 tardó nueve años en llegar a nuestras pantallas y supuso una evolución hacia la adolescencia, ese período que tanto tememos los padres en el que nuestras pequeñas princesas se convierten en odiosas dictadoras aleatorias. Detalles como las nuevas emociones (Ansiedad, Envidia, Vergüenza, Aburrimiento) o la modificación de la consola de control a un pupitre de mando muchísimo más complicado, explican de una forma muy clara a lo que nos enfrentamos. 



A primera vista, diría que la espera mereció la pena a pesar de una evidente falta de sorpresa en el espectador. No es algo nuevo porque cuando lo petas al primer intento, es muy difícil volver a conseguir el mismo efecto una segunda vez. Quizá a lo más que se puede aspirar es a que el batacazo no sea muy grande y remontar en una tercera parte climática, si la hay (ejemplos hay decenas en la literatura y el cine).

Del revés 2 es una buena película que seguramente tendría mejores opiniones si hubiera sido la primera. El retroceso en imdb es evidente, de un 8,1 a un 7,5, pero se puede pasar un buen rato con ella y tiene momentos memorables tanto con nuestros viejos conocidos como con las nuevas emociones.

Gru 4 no es tampoco una mala película, pero con cuatro películas (y spin off) en catorce años, la fórmula tiene síntomas de agotamiento.

En esta ocasión, nuestros protagonistas deben acogerse al programa de protección de testigos cuando uno de los muchos malvados encarcelados por sus acciones se fuga, prometiendo venganza.

La situación dará pie a muchas situaciones hilarantes, pero hay que reconocer que también resulta difícil sorprender. Y eso que, en mi opinión, uno de los atractivos de la película es el doblaje de Florentino Fernández (no tanto el de Patricia Conde o el de Dani Martinez), esencial para aquellos que no consumimos Versión Original (con Steve Carrell, que seguramente es también un puntazo)



Si ya la tercera parte marcó un mínimo para el personaje (6,3 en imdb), esta cuarta entrega ha perdido todavía un poco más (6,2). Parece complicado que remonte el vuelo, pero como todo, dependerá de la rentabilidad el que podamos ver una quinta entrega de nuestro villano favorito.

Más acusado puede ser el caso de la saga de Po, el panda Guerrero del Dragón con otras cuatro películas a sus espaldas.

La primera película es una de las que más he visto en mi vida, ayudada porque al estrenarse en 2008 fue una de las películas de animación de cabecera de mi hija mayor. La podríamos ver dos o tres veces por semana, pero a mí no me importaba porque en cada visionado encontraba detalles que se me habían escapado antes.

La segunda entrega la vimos en el cine, pero ya no me satisfizo igual y lo mismo puedo decir de la tercera parte, que no me convenció para nada y que no he vuelto a ver desde entonces. No obstante, me lié de nuevo la manta a la cabeza y volvimos al cine para la cuarta entrega.

El descenso ha sido más que evidente, aunque el progreso de la historia de Po está siendo muy bien llevado. Ahora tiene que buscar un sustituto, porque se retira como Guerrero del Dragón, y esa es la motivación por la que tiene que salir de su amado valle.



El personaje de la zorrita ninja es todo un acierto y uno de los mejores de la película, todo hay que decirlo, pero aunque no me importaría ver alguna aventura más de estos dos, me parece que llega demasiado tarde. También el doblaje es espectacular con Florentino, que nos ha dado dos personajes icónicos de la animación del siglo XXI (Jack Black en el original).

La bajada en puntuación es todavía más acusada que en el caso de Gru, pues las tres primeras entregas se mantuvieron por encima de 7 puntos de valoración en imdb y esta cuarta se queda en un 6,3.

Cuando ponemos a cada una de estas películas en el marco de su saga particular, suponen un claro retroceso sobre todo lo que hemos visto hasta ahora. Pero eso no quita para que sean unas cintas más que decentes y que merezcan un visionado una tarde cualquiera de esas que no sabemos qué poner en casa. Seguro que pasamos un rato agradable.




domingo, 18 de mayo de 2025

Tres libros con una propuesta peculiar

Tengo la costumbre de alterar mi programación de lecturas (sí, confieso que llevo un listado de los próximos libros que voy a leer, intentando mezclar autores y géneros), normalmente para incluir algún libro del que he sabido a través de artículos o podcast o que, simplemente, me han llamado la atención por el título o el autor.

Uno de ellos ha sido Bosque Mitago, de Robert Holdstock (no sé ni quién es). Lo tenía en mi lista de pendientes desde hace muchos años. Creo que alguien lo comentó en algún foro de literatura que frecuentaba por los años 2010 y luego debí escuchar algo en algún podcast.

El inicio me pareció brillante y atrayente, con el protagonista que vuelve a la casa familiar una vez que su padre ha desaparecido y su hermano se interna en el bosque para ir en su busca. Claro que el bosque no es normal, sino que en él los arquetipos de la fantasía se vuelven reales, reproduciendo las características que el imaginario colectivo les ha otorgado, pero tomando conciencia de sí mismos y viviendo sus vidas.



De hecho, cuanto más se interna uno en el bosque, más oscuros y primarios se convierten esos arquetipos, vinculados con edades tempranas en las que la Humanidad comenzó a crear sus mitos.

Acompañamos al protagonista en un viaje al interior de ese bosque, no tanto buscando a sus familiares sino a uno de esos arquetipos con los que ha compartido unos meses de vida y del que se ha enamorado perdidamente.

La historia me parece que fue perdiendo fuelle a medida que pasaban las páginas y el impacto inicial se diluía, hasta llegar a un final un tanto precipitado. No obstante, el conjunto es de interés y al tratarse de un libro no muy largo, se puede leer con facilidad y disfrutarlo. Aún así, no me he animado todavía a leer su continuación.

Otro de estos titulos fue Esperanza del venado, de Orson Scott Card, del que he intentado retomar la saga de Ender con un resultado desigual. Creo recordar que supe de él a través del blog amigo Demencias vespertinas.

El libro es una incursión del autor en la fantasía, tocando temas como las profecías, la magia primordial (que no primitiva), el destino de los héroes, el amor y la venganza. Algo así como una saga vikinga escrita en el siglo XX.

Me pareció raro en su concepción y en su ejecución. Me chocó tanto que me costó leerlo a pesar de su brevedad, con algunos pasajes que incluso me removieron las tripas por ser un tanto desagradables.



Esto, unido al fallido tercer libro de Ender (que todavía no he llegado a comentar aquí), me ha convencido de que el autor va a tardar un buen rato a tener una oportunidad en mis lecturas.

Por último, Los tejedores de cabellos de Andreas Eschbach, un librito no muy largo, pero denso y que nos muestra una sociedad en un planeta perdido de un imperio galáctico en el que los tejedores de cabellos del título dedican su vida a tejer alfombras con los cabellos de sus mujeres e hijas, pasando el oficio de padres a hijos.

Una vez terminada esa alfombra que, como digo, es la obra de toda una vida, se la venden a un funcionario que pasa por el planeta a recogerlas.

Esta historia tan peculiar se entremezcla con una rebelión contra ese imperio galáctico. Al cambiar el punto de vista, somos espectadores de la paradoja que resulta ser el destino de todas esas alfombras que han salido de planeta durante incontables generaciones de tejedores de cabellos.



Pero también el autor nos plantea una cuestión filosófica cuando conocemos cuál es la relación real que hay entre el gobierno y la rebelión, que recuerdo me dejó con la boca abierta.

Seguramente en su conjunto es el mejor libro de los tres que comento en esta entrega, aunque por más que lo he intentado, no consigo recordar dónde oí de él por primera vez.

Los tres libros tienen en común una propuesta original y su brevedad, gracias a lo que no va a dar tiempo siquiera a lamentar haber empezado a leerlos porque cuando llegue ese momento casi habremos terminado y no costará demasiado seguir hasta el final.



 

domingo, 11 de mayo de 2025

The creator

Llevo unos cuantos días pensando qué puedo decir de The creator y la verdad es que me he sentado delante del ordenador y todavía no lo tengo claro. Hace ya bastante tiempo que la vi y lo que ha ocurrido es que casi me he olvidado de todo, salvo que fue una decepción bastante grande y que se me hizo muy larga.

Tengo vagos recuerdos de que hay una guerra entre humanos y robots que son, en apariencia, casi totalmente humanos, creados por alguien al que denominan El Creador, con una referencia casi divina.

En esta historia recuerdo a John David Washington, al que últimamente se le ve con frecuencia, en el papel de un soldado de esa guerra que está buscando un arma definitiva con la forma de una niña, pero no recuerdo por qué es tan importante.



En su camino habrá traiciones, tiroteos y diversos personajes secundarios a través de las cuales se cuenta una historia que busca ser profunda. No puedo entrar a valorar esa profundidad, porque lo único que saqué en claro es un mensaje sobre la pregunta de qué es ser humano. O, en otras palabras, qué nos diferencia de unas máquinas que, en apariencia, piensan y sienten como nosotros hasta el punto de decidir sacrificarse por sus semejantes.

No es la primera película con ese mensaje. Sin ir más lejos, la mítica y clásica Bladerunner, que confieso no haber visto todavía (pero sí su tardía secuela, que no me gustó nada). Ni tampoco es la mejor ,por supuesto.

En estos tiempos de preocupación en ciertos sectores por el alza de la IA y junto a los medios que ahora tienen los directores de cine para llevar a cabo sus visiones, me enfrenté a la película con un cierto interés, pero el resultado fallido se puede ver.


¿Humanos o máquinas?

Son más de dos horas de película que acabé viendo con el piloto automático puesto. Los supuestos momentos épicos y sentimentales no me llegaron a tocar la fibra y no me sentí identificado en ningún momento con personajes ni trama.

La estética a medio camino entre la alta tecnología y lo postapocalíptico, tampoco me apasionó. Y la interpretación de John David Washington me pareció fría (en realidad, casi todo lo de este hombre me parece igual de frío, no me transmite apenas nada).

El reparto es bastante desconocido. Por nombre solo reconozco a Ken Watanabe en medio de un montón de caras que no soy capaz de reconocer.


Ahora es más difícil decirlo


Tengo claro que esta no es una entrada al uso y he dudado bastante sobre la conveniencia de escribir sobre una película de la que apenas recuerdo nada. Pero luego he llegado a la conclusión de que eso mismo es una crítica en sí misma. Es decir, si me hubiera gustado, recordaría mucho más de ella o, al menos, de algunas partes que me hubieran llamado la atención.

No es así, sino que todo está envuelto en brumas. Pero bueno, para gustos, colores. Y en imdb The creator está cotizando a un decente 6,7.

Acabo de leer que el director es Gareth Edwards, que nos trajo Rogue One, que probablemente sea la mejor película del universo de Star Wars (y detonante de que hoy en día podamos ver esa maravilla que es Andor. Así que, inevitablemente, he dudado de mi propio criterio. Por suerte, he visto también que es el director de la versión de Godzilla de 2014, que no me gustó nada, y me reconforta.


 

viernes, 2 de mayo de 2025

No eran malas series...

...pero por el motivo que fuera, no les dieron tiempo suficiente para crear una base de aficionados sólida.

Minority Report solo tuvo una temporada de diez capítulos, siguiendo la historia de la película de Tom Cruise. Los precogs se escaparon de la instalación en la que estaban confinados y viven aislados de un mundo que no les comprende.

Agatha vive en una comunidad rural, alejada de la gran ciudad. Arthur vive la vida, utilizando sus habilidades para mejorar sus negocios y Dash no puede olvidar lo bueno que hicieron, a pesar de las penalidades a las que fueron sometidos. Por eso, contacta con la detective Lara Vega, primero de forma anónima y luego ya como compañero extraoficial, ayudándola a resolver los crímenes que se van a cometer.



La serie no es deslumbrante y es bastante típica: un misterio por cada capítulo y una historia que se va deshilvanando poco a poco. Entretenida, eso sí, con un final de primera temporada que era prometedor, pero se canceló con solo una temporada de 2015.

El reparto es bastante desconocido, exepto Nick Zano, de DC´s Legends of Tomorrow. En imdb tampoco es para tirar cohetes con un 5,9.

Otra serie que me ha gustado, de 2016, es Houdini y Doyle. Se basa en la colaboración de estos dos referentes de principios del siglo XX con la policía metropolitana de Londres en general y con la inspectora Adelaide Stratton.

Hay una cierta base real en la premisa, puesto que es sabido que Arthur Conan Doyle colaboró en alguna ocasión con la policía con cierto éxito y era un apasionado del espiritismo. Por su parte, Harry Houdini dedicó su vida a desenmascarar fraudes paranormales, quizá como venganza por aquellos que intentaron timarle contactando con su madre desaparecida (una madre que tiene un papel fundamental en la serie).

Como en el caso anterior, tenemos también un caso semanal y una historia que se va desarrollando poco a poco, pero que con diez capítulos tampoco tuvo mucha suerte.


La inspectora no sale en los carteles

Su reparto tampoco es demasiado conocido aunque todos los protagonistas tienen una sólida carrera durante muchos años y seguramente los rostros sonarán de alguna serie o película anterior.

Houdini y Doyle está mucho mejor valorada, con un bastante decente 7,2 en imdb.

Dos temporadas duró Mindhunter y es el caso más incomprensible de estos tres, al tratarse de una serie que todo el mundo cita como una de las mejores que se han podido ver.

Intenta contar el inicio del departamento de investigación del comportamiento del FBI y tiene como protagonistas a los agentes especiales Holden y Tench, que trabajan de la mano de la doctora Carr.

Nos alejamos del esquema del misterio semanal, porque al tiempo que nos van contando los progreso del departamento, basándose en entrevistas personales con algunos de los asesinos en serie más famosos, cada una de las temporadas tiene un misterio principal que intentarán resolver poniendo en práctica todo lo aprendido durante esas entrevistas.


El test de Rorschach


La serie es bastante cruda desde la cabecera, que tiene una serie de imágenes subliminales un tanto desagradables y no ahorra en detalles escabrosos de los asesinos en serie, que son personajes reales.

Es evidente que estaba pensada para tener más temporadas, porque su abrupto final dejó muchos hilos sueltos, entre ellos lo que parece ser el desarrollo de uno de esos asesinos que no llegó a eclosionar como monstruo.

La actriz más reconocible del reparto es Anna Torv (Fringe, The last of us), pero seguramente que las caras de los agentes especiales puede ser reconocida de alguna película o serie anterior.

Diecinueve episodios entre 2017 y 2019 con una valoración de 8,6 en imdb.

Me lo pasé bastante bien con las tres, aunque está claro que Mindhunter no solo es la mejor, sino también la más exigente para el espectador.





domingo, 27 de abril de 2025

Misterio en Venecia

Misterio en Venecia es la tercera adaptación de obras de Agatha Christie que hace Kenneth Branagh. Resulta ser, además, la peor con diferencia.

Lo que empezó de forma maravillosa con Asesinato en el Orient Express y continuó, con cierta cuesta abajo, en Muerte en el Nilo, da síntomas de agotamiento evidente en esta tercera entrega. Resulta ser una pena, he de decir, porque me encantan las historias clásicas de misterio y Kenneth Branagh me parece que hace un trabajo sublime en el papel de Hércules Poirot.

En esta ocasión veremos a nuestro detective belga favorito como invitado a una sesión de espiritismo en un bello palacio de la ciudad de Venecia, con sus canales, sus góndolas y todo su encanto.



Poirot no es un aficionado entusiasta de estos espectáculos, pero acude a la invitación, quizá motivo por la curiosidad que no ha podido reprimir ni un segundo de su vida, cargado de escepticismo. La cuestión es que, como suele ocurrir, no se sabe si el investigador va detrás del misterio o lo atrae con una fuerza irresistible, pero como era de esperar las cosas se tuercen con un asesinato.

Todo parece demasiado real. Tanto que los pilares del escepticismo de Poirot llegan a tambalearse en alguna ocasión. No obstante, poco a poco se va descubriendo que todos los sucesos tienen un incontestable origen mundano y motivaciones humanas, normalmente las más bajas, como viene siendo normal en las historias de detectives.


Penumbra y velas

Por tercera vez, Kenneth Branagh está soberbio en el papel, en esta ocasión de un Poirot más crepuscular y desencantado, un poco alejado del detective que estaba acostumbrado a asombrar a todo el mundo apenas un par de décadas atrás. Pero ni la historia es tan atractiva ni el elenco de secundarios es tan abrumador como en entregas anteriores.

En Misterio en Venecia hay unos cuantos rostros que, no diré son desconocidos, pero sí que son más modestos. Aparte del propio Branagh, las más conocidas podrían ser Tina Fey (la amiga de Poirot, Ariadne Oliver) y Michelle Yeoh (la medium Joyce Reynolds), que últimamente parece estar en todas las salsas, no siempre bien condimentadas junto con Jamie Dorman (el Grey de las cincuenta sombras que no he querido sufrir).

El entorno es también más oscuro, más opresor y en ocasiones sobrecogedor, jugueteando con lo sobrenatural en una suerte de duelo con la razón, que siempre tiene las de ganar. Las escenas en penumbra, ilumnadas con velas, son mayoría. Esto, por un lado ayuda a crear ambiente, pero resulta ser también molesto en ocasiones.


Soberbio

No pude evitarlo, pero perdí interés en el caso mucho antes de lo que pretendía. Y me temo que pasó lo mismo con la familia. Una pena, porque de verdad quiero que estas películas me gusten. Veremos si consigo reengancharme en la siguiente entrega, si la hay. Por lo menos su duracion, apenas un poco más de cien minutos, no juega en su contra.

Es curioso que, a pesar de la sensación que tengo de que es una tercera parte fallida, en imdb cotiza a 6,5, que resulta ser el mismo valor que Asesinato en el Orient Express y superior al 6,3 de Muerte en el Nilo.


domingo, 20 de abril de 2025

Wonka

Visto el tema de los precios de las entradas y accesorios, solo voy al cine en ocasiones especiales o para ver películas que me apetece mucho ver en pantalla grande. El tema de las salas de cine daría para una entrada en sí misma, porque da mucha pena ir un día de fiesta, o a un estreno, y ver a cuatro gatos mal contados ocupando unas butacas que, por otra parte, son ahora muchísimo más cómodas que hace diez o quince años.

Wonka es una de esas películas que he visto en pantalla grande en los últimos meses. Su estreno coincidía más o menos con las vacaciones de Navidad de 2023 y el trailer no tenía mala pinta, así que me decidía a gastarme algo así como treinta euros y llevarme a la pequeña.

El inicio no fue prometedor (para mí), con el joven Wonka subido al mástil de un barco mientras se ponía a cantar a voz en cuello. Me había metido en un musical o n algo parecido a una película de Disney, con gente que se pone a cantar a la menor excusa.




Al poco, mis temores se disiparon y disfruté de una película simpática, divertida, colorida y optimissta, que semanas más tarde volvimos a ver, esta vez en casa, para disfrute de toda la familia.

La historia de un joven Willy Wonka que llega a la gran ciudad (¿Paris?), armado con un pequeño laboratorio portátil con el que elabora sus delicias de chocolate. Un Wonka intrínsecamente bueno e inocente que no tarda en ser timado por una pareja de despreciables caseros para hacerle trabajar, casi como en un esclavo, en su negocio de lavandería.

Nada, absolutamente nada, podrá quebrar el optimismo innato de Willy, que no tardará en elaborar un plan de fuga con la ayuda de sus nuevos amigos, irse a una galería comercial y empezar a vender sus bombones como si no hubiera mañana.



Este éxito fulgurante no tardará en llamar la atención del cártel del chocolate de la ciudad, los infames Slugworth, Prodnose y Fickelgruber, que han estado controlando cuidadosamente los precios y el suministro para enriquecerse.

Una retahíla de personajes secundarios que ganan su cuota de mercado a base de humor y carisma, como el jefe de policía, la señorita Bon-Bon, o el grandísimo Rowan Atkinson el papel de un sacerdote adicto al chocolate que custodia la gran cámara secreta de los antedichos, en la que cierran los negocios más truculentos a base de dulces sobornos.

Además de la estrella emergente Timothée Chalamet, la jovencita Carah Lane como su amiga Noodle y el citado Atkinson, podemos disfrutar de Olivia Colman en el odioso papel de Mrs. Scrubitt, que jugará una parte importante de la desgracia de Wonka y su pequeño amigo, y de Hugh Grant como el pequeño Oompa Loompa vengativo que persigue a Willy Wonka por todo el mundo para redimir su honor.


Es un musical


Wonka es una película disfrutable de principio a fin, con peripecias disparatadas, risas y carcajadas. Una película de esas que se alejan del drama, que para eso ya hay mucho en nuestras vidas cotidianas, y optan por disfrutar y, sobre todo, hacer disfrutar al espectador durante un par de horitas.

Recalco lo de disfrutar la película hasta el final, porque nuestro Oompa Loompa tiene reservado un número especial durante los títulos de crédito.

Veo con estupor que Wonka solo cotiza a un 7,0 en imdb que, aunque digno, me parece que está muy por debajo de lo que merece.






jueves, 17 de abril de 2025

Beau Geste

Tengo un recuerdo de juventud en el que estoy en la playa leyendo un libro. Tendría trece o catorce años, quizá menos, y el libro era uno de esas ediciones juveniles de clásicos de la literatura, sobre todo de aventuras, que se hacían allá por los años ochenta del siglo pasado. Lo había pedido prestado en la biblioteca, pero no en el edificio central, sino en una especie de sucursal que tenian montada en un quiosco del Paseo de Begoña, en Gijón, y que estaba orientado al público más joven.

Ahora mismo no sé si la edición que estaba leyendo era una completa o más bien una adaptación que recortaba el texto original y lo simplificaba, pero lo que sí recuerdo es una escena en la que un legionario de la Legión Extranjera francesa se encontraba solo en un fortín del desierto, rodeado por el enemigo y recorría con sigilo el adarve para ir disparando las armas de sus compañeros muertos.

Esa escena y el título se quedaron grabados a fuego en la memoria.

Así que hace poco releí Beau Geste. O casi se podría decir que lo leí, porque no recordaba nada más. Con un poco de aprensión, he de decir, porque no sería la primera vez que los recuerdos juegan una mala pasada y repetir la experiencia no es la mejor de las ideas. 

No es este el caso de Beau Geste. Descubri una deliciosa novela de aventuras, de lectura ágil y al mismo tiempo atrapadora, dividida en dos partes muy diferentes.

En la primera parte asistimos a la vida despreocupada de un grupo de jóvenes, los hermanos Geste, y sus amigos. La típica vida de la clase acomodada de la era victoriana, en la que la amistad y el honor personal y familiar son algunos de los pilares sobre los que Gran Bretaña construyó un imperio. 

 

El dorado de la portada se acababa yendo

Esos pilares serán fundamentales cuando una noche desaparece una piedra preciosa de la familia. Como suele ser habitual en estas historias, la familia da la oportunidad de reponerla al ladrón (o ladrona) sin más consecuencias, pero éste no termina de dar el esperado paso al frente. La amenaza de deshonra, materializada en la presencia de las autoridades en el sagrado hogar, será suficiente para que uno de los hermanos, Michael, apodado Beau, se autoinculpe en una carta que dejará atrás una vez abandone la vivienda. 

La autoinculpación de Michael no solo servirá para evitar la vergüenza del robo, sino otro secreto más escondido alrededor de la piedra. 

Sus hermanos no creen en su culpabilidad y todos juntos se embarcan en la búsqueda, que les llevará a alistarse en la Legión Extranjera francesa siguiendo los pasos de Beau, un cuerpo militar en el que el pasado no existe y solo el presente marca el devenir de los reclutas.

La novela cambia totalmente, convirtiéndose en una novela de aventuras en la exótica África, mientras los hermanos van maniobrando para intentar reunirse en la misma unidad de la Legíón, lo que no consiguen, al tiempo que los rumores sobre la joya de Beau llegan incluso a su regimiento, lo que tendrá efectos desastrosos. 

 

No circulan muchas fotos del autor

Y el autor nos sorprende de nuevo con una inesperada vuelta de tuerca, presentándonos la misma historia desde el punto de vista de dos hermanos, uno dentro y otro fuera del fortín, hasta que ambas se unen en un final que deja al lector a la vez satisfecho y entristecido.

Beau Geste es una maravilla de novela, escrita en 1924 por Percival Christopher Wren, que todos deberíamos leer al menos una vez. Tanto es así, que su potencial no pasó desapercibido a la incipiente industria cinematográfica y ha tenido varias adaptaciones, la primera en una fecha tan temprana como 1926.

La segunda adaptación, de 1939, probablemente sea la más conocida de todas. Con Gary Cooper en el papel de Beau, tiene a Ray Milland (Crimen perfecto) como su hermano John. Es la típica película que todos habremos visto en aquella mítica Sesión de tarde de TVE.

La segunda adaptación, de 1966, tiene la curiosidad de contar con Leslie Nielsen y Telly Savalas en el reparto, pero los dos portagonistas (Guy Stockwell y Doug McLure) están lejos del carisma de Gary Cooper.

En 1982 se adaptó al formato miniserie e incluso tuvo una parodia protagonizada por Marty Feldman en los años setenta.

Ideal para estos días de descanso de Semana Santa, no defraudará si le podéis echar el guante.


sábado, 12 de abril de 2025

The last kingdom

 The last kingdom es una serie de televisión basada en los libros de Bernard Cornwell, Sajones, vikingos y normandos, que se compone de trece libros de los que ya he leído unos cuantos. De hecho, había leído los seis primeros y, aunque no me desagradaban, estaban lejos de provocarme la necesidad de continuar leyendo hasta el final. Un poco lo que me pasa con la saga de Cato y Macro de Simon Scarrow.

Con ese precedente, tuve la serie de televisión en cuarentena hasta que decidí darle una oportunidad a su primera temporada. El resultado fue tan bueno que he seguido leyendo los libros (solo me queda un par para terminarlos y espero hacerlo en los próximos meses) e incluso los veo ahora con otros ojos, disfrutándolos mucho más. 

Toda historia tiene un inicio...

Ha sido tanto así que incluso vimos la serie al completo en familia, las cinco temporadas de las que consta y la película final que cierra la historia de Uthred de Bebbanburg en la pequeña pantalla.

Decían de The last kingdom que era la nueva Vikingos. No es exactamente así, porque cuenta la historia desde el otro lado, desde los sajones cristianos que combaten a los normandos asentados en lo que luego sería Inglaterra (dejando Gales y Escocia aparte), pero puedo comprar la forma de vender la idea a los espectadores, porque la serie de Ragnar y sus hijos fue un hito en la televisión de los últimos años.

The last kingdom me parece incluso superior en aspectos como la ambientación en la Inglaterra del siglo IX y principios del siglo X. No soy un experto en el marco histórico, pero tanto las localizaciones como el vestuario, la panoplia o las batallas, me parecen bastante adecuados a lo que estamos viendo y ayuda a sumergirse en la historia.

Una historia que no es otra que la de un joven Uthred, heredero del señorío de Bebbanburg que es criado por vikingos cuando su padre es derrotado en batalla y que crecerá con un objetivo en la vida: recuperar ese señorío que ha sido usurpado por su tío.

El camino de Uthred no será fácil y se verá entorpecido en muchas ocasiones. Como él no se cansa de repetir, el destino es inexorable y empuja a los hombres a su antojo, como a los barcos en una tormenta. Por supuesto no ayudará su actitud soberbia y su obcecación en adorar a los dioses nórdicos en lugar de al dios crucificado, cuya incipiente Iglesia dirige ya los designios tanto espirituales como materiales de los reinos sajones del sur. 

 

...y un final


Como en los libros, la historia comienza durante el reinado de Alfredo de Wessex en un momento de dificultad en el que es realmente el último reino cristiano de Inglaterra, llegando casi a punto de desaparecer.

Alfredo es retratado como un hombre inteligente, obsesionado con la cultura y su futuro lugar en la historia, devoto de Dios, pero al mismo tiempo un hombre práctico que no duda en aprovechar las cualidades guerreras de Uthred a pesar de su paganismo. Una relación de amor y odio entre ambos personajes, en tanto en cuanto ambos se admiran y respetan al tiempo que tratan de mantener sus respectivas cuotas de poder e influencia sobre el otro.

Por culpa del rey y su juramento de fidelidad, Uthred deberá posponer sine die su proyecto de recuperar Bebbanburg. Pero, a pesar de la amargura que esto le provoca, el episodio en el que ambos, rey y vasallo, se reúnen y en cierto modo se reconcilian, es uno de los mejores de toda la serie.

Lejos de aprender, Uthred tropezará en la misma piedra con Eduardo, hijo y sucesor de Alfredo, y Ethelfleda, hermana de aquél y reina de Mercia, de la que se convertirá en amante y paladín. Al final ya de al serie, la fidelidad de Uthred se traspasará a Athelstan, primogénito de Eduardo, heredero y unificador de la tierra de los anglos. 

 

Vivir o morir en el muro de escudos

Por la vida de Uthred pasarán también un buen puñado de personajes. Muchos de ellos serán amigos fieles como el padre Beocca, la abadesa Hild, sus fieles Finan, Sithric y Osferth (bastardo de Alfredo que tiene un final muy distinto en la serie que en los libros), Ragnar, el padre Pyrlig o Aldelmo. No muchos menos que sus amigos serán sus enemigos, algunos normandos y otros sajones, porque Uthred pisará muchos callos con su concepto de la fidelidad y del honor.

Habrá muchos altibajos en la historia, momentos en los que casi todo parece perdido y Uthred estará al borde de la muerte, prisionero, traicionado, derrotado o vendido como esclavo, pero como no se cansa de repetir, el destino es inexorable.

La serie consta de 46 capítulos en cinco temporadas. Las dos primeras tiene ocho capítulos cada una y las tres siguientes ya constan de diez capítulos. Aún así, la historia de Uthred tuvo que esperar a una película que se estrenó un año después de la serie. Siete reyes deben morir dura casi dos horas y, aunque está bastante peor valorada que la serie, permite un cierre adecuado que de otro modo hubiera sido injusto. Hay que agradecer esto a Netflix, a pesar de que el final de Uthred es un poco de aquella manera. 

 

El señor de la guerra

A pesar de ser una serie relativamente corta, adapta bastante bien muchos de los libros del material original. Hay algunos cambios menores, sobre todo respecto al destino de Brida, Osferth o Stiorra, la hija de Uthred, pero a grandes rasgos es muy fiable y, como he dicho al principio, me hizo reconsiderar mi valoracion de la saga de libros.

Para el papel protagonista tenemos a un desconocido Alexander Dreymon, que curiosamente no tiene demasiados créditos fuera de la serie (de hecho, en su ficha de imdb no figura nada más después de la película de cierre de la serie en 2023). No deja de ser sorprendente, la verdad, pero parece que su carrera se ha centrado mucho en el personaje y acabó siendo productor tanto de la serie como de la película he incluso dirigió un capítulo.

La valoración del público es también más que notable. En imdb cotiza a un sólido 8,5, que baja a un digno 6,9 para el caso de la película.

Recomendable, en tanto que tampoco hipoteca muchas horas de tiempo al ser relativamente corta.

sábado, 5 de abril de 2025

Green book

Estuve esperando bastante tiempo a poder ver esta película, hasta que así, sin avisar, la pusieron en televisión un viernes por la noche. La espera mereció la pena.

Green book está basada en la historia real de Donald Shirley, un virtuoso del piano, negro y homosexual, que se sumerge en una gira de varias semanas por el profundo sur de los Estados Unidos de América, a bordo de un vehículo que conduce Tony Lip, italoamericano, macho, machista y racista.

Ambos, jefe y empleado, realizarán dos viajes simultáneos: el geográfico, mientras devoran millas de carretera desplazándose de una ciudad a otra, y el personal, en el que algo de cada uno de ellos va haciendo poso en el otro mientras el respeto mutuo se abre camino entre los prejuicios iniciales.


Cartel sencillo, como la propuesta de la película


Es el año 1962 y muchas situaciones nos chocarán, pero eran lamentablemente cotidianas en los estados sureños. Por ejemplo, aunque esperado, chófer y músico tenían que dormir en hoteles separados por aquello de la segregación racial, pero lo que más me llamó la atención fueron dos situaciones específicas: la casa en la que Shirley tenía que dar un concierto privado y en la que no le permitieron utilizar el acceso principal y el resort en el que no le servían la cena pese a que iba a amenizar la sobremesa de los invitados a la fiesta (no recuerdo, creo que de Acción de Gracias).

De hecho, el título viene de una especie de guía de viajes que se publicaba para indicar a los viajeros negros los sitios en los que podían parar de forma segura: pueblos, hoteles, restaurantes, etc. Se trata de "The negro motorist green book" que, según Copilot, se publicó entre 1936 y 1966. Algo así se trató también en la serie Territorio Lovecraft, que ya comenté por aquí hace tiempo.

En líneas generales no puedo decir que el argumento sea original. No se trata de la primera ni de la última película basada en hechos reales que explota las diferencias entre los protagonistas para enseñar una moraleja al espectador, con no pocas dosis de moralina de esa que tanto gusta a los estadounidenses y que es un ingrediente esencial en muchas de sus salsas.


Protagonistas absolutos


Si fuera por eso, es evidente que Green book merecería poco más que un visionado con un cierto interés y poco más, si el espectador quiere aprender algo sobre una época ominosa en el país más poderoso del mundo.

No. La película se sostiene, sobre todo, por la poderosa interpretación de los dos protagonistas absolutos: Viggo Mortensen (Tony Lip) y Mahershala Ali (Donald Shirley). Ambos están soberbios en sus papeles, de principio a fin y la verdad es que poco importa la apariencia que los personajes reales tuvieran. A partir de Green book, tendrán el rostro de los actores que les han interpretado en la gran pantalla.

No solo ganó el óscar a la mejor película en 2019, sino que Mahershala Ali se llevó el premio al mejor actor de reparto en los BAFTA, globos de oro y óscar. Viggo Mortensen, con una transformación física impactante, fue nominado a todos esos premios como mejor actor, pero no consiguió ningún galardón.

Son poco más de dos horas de metraje, dos horitas si quitamos los títulos de crédito, que se pasan volando delante de la pantalla. Incluso cuando la película hubiera empezado tarde y terminara de madrugada, a pesar del cansancio de la semana. Por si fuera poco, luce orgullosa un 8,2 en imdb. Palabras mayores, para lo que se ve por ahí.



 

domingo, 30 de marzo de 2025

Nacidos de la bruma (Trilogía I)

Mi contacto con el fenómeno de Brandon Sanderson se limitaba a la culminación de La rueda del tiempo de Robert Jordan y a la novela Elantris. Ambas fueron satisfactorias y más o menos podía entender todo lo que se había montado detrás con las sagas de Nacidos de la bruma y El archivo de las tormentas.

Así que, un poco a lo loco y de acuerdo con mi hija mayor, me hice con la trilogía original de Nacidos de la bruma y nos pusimos a la tarea de darle salida en nuestra pila de lectura. Más yo que la chica, claro, que está en una fase en la que el tiempo libre se mide con cuentagotas, así que me cansé de esperar después de leer el primero y he acabado la trilogía en este primer trimestre de 2025.

El resultado, he de decir, ha sido un tanto decepcionante en cuanto a la calidad literaria del autor, no tanto en cuanto a la originalidad. Vamos por partes.



No se puede negar que Nacidos de la bruma es original en su planteamiento. Nos presenta un mundo envuelto en la bruma y la ceniza en la que un Lord Legislador es quien gobierna, más parecido a un dios que a un mortal. Un remedo de Señor Oscuro de El señor de los anillos, el Oscuro de La rueda del tiempo, o como queramos llamarlo (es posible que lo mismo que hay un Campeón Eterno haya también un Villano Eterno, habría que desarrollar esta idea y puede que tengamos algo interesante entre manos.

Este Lord Legislador gobierna con mano de hierro el Imperio Final desde su capital, Luthadel, con una población noble que le debe obediencia y un pueblo llano, los skaa, que sufren su dominio en un estado de cuasi esclavitud. Para ello se basa en funcionarios como los Obligadores y en los malvados Inquisidores, con ojos atravesados por clavos, que buscan entre la bruma a aquellos que tienen poderes (pero de esto hablaré un poco más adelante).

A este Lord Legislador se opone una banda de revolucionarios entre los que encontramos a nuestros protagonistas: Kelsier, Brisa, Vin, Fantasma, Ham, Sazed y unos cuantos más a los que se unirá Elend durante el primer libro, en el que se narra el enfrentamiento y derrocamiento del Lord Legislador.



El segundo libro, El pozo de la ascensión, muestra lo que ocurre una vez que una revolución triunfa, amplía el mundo conocido con nuevas razas como los kandra y los koloss, cada uno con sus particularidades, y presenta una duda amarga: ¿y si el Lord Legislador lo que estaba haciendo es contener un poder destructivo superior que acecha desde el refugio al que fue desterrado hace ya más de mil años?. Las consecuencias de ello pueden ser de tal calibre que la propia supervivencia del mundo se encuentre amenazada.

En el tercer libro, El héroe de las eras, se profundiza en lo anterior y se centra en los intentos de nuestros amigos por intentar frenar a esta entidad malévola, una vez descubierta ella y sus intenciones.

La trilogía es consistente, cerrando las tramas de forma apropiada a pesar de haber tenido una cierta sensación de deus ex machina en algunas partes del último libro, lo que en alguna ocasión estuvo a punto de arruinar la experiencia. Sobreviví a ello, pero lo que sí estuvo a punto de echarme del todo es un tono excesivamente juvenil, empeorado por el tratamiento del romance entre Elend y Vin de una forma demasiado timorata y cercana a la novela de romance, demasiados soliloquios y diálogos con su yo interior y el comerse la cabeza con gestos y situaciones como si fuera una pareja de adolescentes.

Quiero creer que gran parte de esto se debe a que estamos ante los primeros libros del autor y veré cuando le eche mano a novelas posteriores tanto de estas serie como de El Archivo de las Tormentas, pero mucho me temo que si la cosa sigue así, le daré prioridad a otras obras y autores.



No obstante, hay que resaltar la originalidad del sistema de magia de Nacidos de la bruma. Ya en Elantris se trataba de una forma original y lejos de los estereotipos de la fantasía, pero aquí se lleva a un nivel más allá.

En Nacidos de la bruma no hay magos, sino brumosos y los propios nacidos de la bruma. La capacidad de ambos es la de quemar metales y se diferencian en que los brumosos sólo son capaces de quemar un metal mientras que los nacidos de la bruma pueden quemar todos. Los metales (latón, cobre, cinc, estaño, acero, hierro, peltre, bronce, etc.) se ingieren en pequeños viales y el cuerpo los reconoce y los va quemando (sea eso lo que sea) para obtener sus beneficios y características sobrehumanas. Así, mientras que un brumoso que queme peltre será mucho más fuerte que una persona normal, un nacido de la bruma es capaz de aniquilar ejércitos enteros.

Pero el metal más valioso es al atium, que permite ver el futuro y las lineas de acción de un adversario, salvo que el mismo también esté utilizando este metal, con lo que los efectos de ambos se contrarrestan.

Esta forma de magia se denomina alomancia y sus practicantes son alománticos, la gran mayoría de familia noble o bastardos de nobles, que fueron criados como si fuesen perros por el Lord Legislador.

La alomancia convive con la ferruquimia, practicada en Terris. Esta forma de magia consiste en almacenar atributos físicos (fuerza, velocidad, salud) o psíquicos (memoria) en reservorios metálicos en forma de brazaletes, pendientes o anilllos de los metales alománticos. Una vez hecho, el ferruquimista puede recuperar la reserva de estos materiales, haciéndose más fuertes, rápidos o capaces de recordar todo lo que han visto o leído hace años o décadas. Pero todo tiene un precio: para ser más fuerte hay que ser más débil durante un tiempo; para ser más rápido, hay que sacrificar velocidad; para tener más memoria, hay que olvidar. Se trata de un equilibrio, con la salvedad de que en general se consume todo mucho más rápido que el tiempo que costó almacenarlo.


Brandon Sanderson, el autor

Por último tenemos la hemalurgia, una mezcla de alomancia con magia de sangre en la que entran en juego los clavos que tienen en el cuerpo los inquisidores y otros personajes que nos iremos encontrando. Crear un hemalúrgico viene a necesitar matar un alomántico de tal forma que el clavo que acaba con su vida se empapa de su sangre y proporciona otro tipo de poderes. Es una forma de magia que el Lord Legislador utilizó en bastantes ocasiones para crear a la mayoría de sus seguidores más fanáticos, pero que en el tercer libro veremos que lleva casi a la derrota final.

Por todo esto tengo sentimientos encontrados con esta trilogía de Nacidos de la bruma. Notable en cuanto a originalidad, la calidad de literaria me parece normal, tirando a deficiente. Por eso, de momento, me parece que Brandon Sanderson ses encuentra no ya uno, sino varios escalones por debajo de autores como George Martin o Joe Abercrombie.

Dicho lo cual, Nacidos de la Bruma es una obra imprescindible para entender la literatura fantásitca del siglo XXI. Eso sí es necesario tener espíritu crítico y ser conscientes de lo que vamos a leer.


sábado, 22 de marzo de 2025

Arrow

La cadena de televisión CW apostó allá por 2012 por una serie de superhéroes que supuso un antes y un después del género en la pequeña pantalla, después del pelotazo que a principios de siglo supuso Smallville.

Arrow, la historia del joven multimillonario Oliver Quinn que pasa un lustro aislado en una isla del mar de China (o por ahí), sufriendo desventuras, penurias y aventuras hasta poder volver a Sterling City (luego Star City) como justiciero enmascarado que va eliminando a criminales que su padre tenía anotados en una libreta.

La cosa fue creciendo de tal forma que Arrow se convirtió en la serie primigenia de un nuevo fenómeno que se dio en llamar Arrowverso, con series hermanas como The Flash, Supergirl, Legends of Tomorrow, Black Lightning, Batgirl, Superman & Lois o Stargir. Con algunas de ellas se organizaba un crossover por temporada en la que se reunían todos los héroes para hacer frente a una amenaza de mayor importancia respecto a las que resolvían semana a semana. Estos crossovers asemejaban a las colecciones de tebeos que también hacían algo parecido de cuando en cuando, intentando crear sinergias e incrementar las ventas de las series individuales.



Entré en contacto con el Arrowverso cuando la cadena Cuatro comenzó a emitir The Flash, un verano de hace ya unos cuantos años. Así vimos su primera temporada, en la que ya aparecen Oliver Quinn y Felicity Smoak. Arrow estaba ya en su tercera temporada entonces, y el personaje me pareció un poco rarito, comparado con el colorido y dicharachero velocista.

Algunos años más tarde decidí ver todas las series del Arrowverso, no solo en orden cronológico sino siguiendo el orden de capítulos que una vez encontré por la web, intentando seguir las historias que derivaban en el crossover anual.

Hace dos días acabé el último capítulo, 8x10, poniendo fin a ocho temporadas y más de 170 capítulos. Siendo una serie tan larga es imposible mantener un nivel de excelencia y está claro que la serie fue perdiendo fuelle desde el inicio hasta las últimas temporadas en las que aquello parecía un cacao de viajes en el tiempo, universos paralelos y demás, mientras el Arrowverso televisivo se precipitaba hastsa las Crisis Infininitas, el crossover final que puso colofón a la serie de Arrow.

Oliver Quinn sufre un desarrollo de personaje, desde el inicio como justiciero expeditivo que debe huir de la policía, hasta el personaje público que se convierte en alcalde de la ciudad y luego en padre y esposo que casi, casi, opta por colgar el arco y el antifaz para ser feliz.



El arquero pasó también por una fase en la que era un personaje solitario al que solo acompañaba su guardaespaldas John Diggle (personaje que también está en todas las temporadas) y su soporte remoto Felicity, que se convertiría en su esposa, hasta ser la cabeza de un Equipo Arrow por el que pasaría un buen puñado de personajes relacionados entre sí de todas las formas posibles.

Vimos pasar por la pantalla a multitud de villanos. Algunos icónicos de DC como Ra´s Al Ghul y su Liga de Asesinos (también podremos ver a su hija) o Deathstroke y otros creados para la serie como Malcolm Merlyn (el villano de los inicios), Ricardo Díaz y Adrian Chase. Estos dos últimos fueron quizás los que pusieron en mayores aprietos al bueno de Oliver, introduciéndose en su cabeza y atacando donde más dolía: familia y amigos.

Se puede uno imaginar la cantidad de pesonajes que ha tenido una serie tan larga. De ellos, un puñado ha aparecido en más de cien capítulos: Thea Quinn, la hermana de Oliver; Quentin Lance, el capitán de policía y padre de la novia de Oliver cuando desapareció; Laurel Lance, la susodicha, que luego se convirtió en Black Canary y que durante muchos episodios fue un personaje que odié profundamente por culpa de la actriz (Katie Cassidy) y su cara perenne al borde del llanto; Felicity Smoak, que nació como el típico soporte del héroe en forma de chica geek y que luego se convirtió en mucho más; John Diggle, veterano del ejército que primero fue guardaespaldas y luego sidekick, con el nombre de Spartan.

John y Oliver son los únicos personajes acreditados en todos los episodios de la serie.



Arrow es seguramente la serie más adulta del Arrowverso, desde la ambientación y la paleta de color en la que predominan los tonos oscuros, la noche y la lluvia. También Oliver Quinn es el héroe más oscuro y el que más en serio se toma a sí mismo. Y este precisamente, tomarse a sí misma muy en serio, es uno de sus mayores problemas, porque las disquisiciones filosóficas y algunos giros argumentales basados en supuestas motivaciones éticas, no casan bien con un planteamiento como el de CW de divertimento televisivo.

Aún así, hay que reconocer que Arrow será recordada por ser la primera de muchas y que, si bien luego se produjo una sobresaturación que probablemente fue una de las causas de la decadencia, mostró un camino muy apreciado por los aficionados.

Tanto es así que, después de tan largo camino, ha conseguido cotizar a un más que apreciable 7,5 en imdb. Ahora bien, avisados quedáis de que son necesarias muchas horas de dedicación si se quiere seguirla. Es probable que demasiadas, en un momento en que las series de televisión suelen tener menos temporadas y de menos capítulos.

Creo que, como muchos otros actores protagonistas de series de larga duración, a Stephen Amell le va a costar quitarse de encima el antifaz. Viendo su ficha en imdb, lo más valorado que ha hecho es la serie de lucha libre Heels, con apenas dieciséis capítulos acreditados.