Pues hete aquí que el título del blog es "Historias de Iramar" y aquí hay un poco de todo menos eso, historias de Iramar. Así que hoy me he decidido a desempolvar los capítulos ya escritos, corregirlos y colgarlos. Pero como son un poco largos (entre 7 y 10 páginas), he pensado que es mejor utilizar Megaupload y que se puedan bajar en formato pdf para su degustación y crítica destructiva.
Y ahora un poco de historia.
Algunos de los escenarios del Ciclo de Iramar aparecen en escritos de principios de los 90. Repasando las hojas amarillentas de mis libretas de papel cuadriculado, se cita la ciudad de Milas en una historia de diciembre de 1992. Por aquella época vivíamos la Edad de Oro de los juegos de rol y habíamos comenzado a jugar de forma regular a AD&D. Fredi era nuestro DM y creo que fue la campaña más divertida que hemos jugado (aunque quizá sea el recuerdo agradable lo que la hace especial). La historia se refiere a mi primer personaje, Justus Massemburg, sacerdote de Cyric con carisma 3 (es lo que tiene sacar cuatro 1 en 4d6).
Poco tiempo después escribí una historia centrada en Iramar para un concurso de Fantasía que organizaba Timun Mas. Ésta, junto a Minotauro, eran las únicas editoriales que apostaban fuerte por los libros de Fantasía Épica. Sin embargo nunca llegué a enviarlo. No me atreví. Pero todavía conservo los originales impresos en una impresora matricial y las ideas generales del relato ayudaron a construir parte de la historia mayor.
Llegamos entonces a 1996, donde comienzo a dar forma más adecuada al Ciclo de Iramar. Bastante irregularmente, por cierto, pues hasta ahora tengo el prólogo y siete capítulos, además de parte del octavo y algunas anotaciones. La última redacción es de 2005, así que comencé este blog tratando de imponerme una periodicidad mayor y una disciplina o algo que se le acerque. Veremos si lo logro.
Y como cualquier mundo de Fantasía debe tener una cosmogonía que se precie, nació Génesis, el prólogo del Ciclo de Iramar. La redacción puede parecer confusa en algunos momentos, pero trato de evocar las crónicas medievales y religiosas, inspirándome incluso en la Biblia. Haciendo un ejercicio de autocrítica, creo que la originalidad de la idea es relativa, siendo generosos un 5 sobre 10, pero doy algunas pinceladas que posteriormente tendrán su importancia en la historia.
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