sábado, 21 de marzo de 2020

Stranger Things (T! a T3)

Ha llegado el momento de comentar Stranger Things, una de las series con más hype de los últimos tiempos, ayudada por esa nostalgia que hace que la década de los ochenta sea una década mágica de nuestras vidas. Una década que, hay que reconocer, la serie refleja con gran fidelidad consiguiendo una inmersión absoluta.

Cuatro amigos de Hawkins, condado de Roane, Indiana, se juntan en el sótano de uno de ellos para jugar a D&D (el original, lo que aquí fue la Caja Roja de Dalmau), sin ser conscientes de que su pequeño y tranquilo mundo iba a saltar por los aires.  



Al mismo tiempo, a quilómetros de allí, hay una base secreta del ejército estadounidense en la que se experimentan con dotados psíquicos y de la que se escapa una niña preadolescente, Once. 

Al mismo tiempo, en el Mundo del Revés, una entidad malvada busca un acceso a nuestro mundo para sembrar el caos. Lo normal para las entidades malvadas que buscan un portal a nuestro mundo, vamos. 

A partir de la desaparición de uno de los cuatro amigos, Will Byers, que a medida que avanzan las temporadas se demuestra que es un moñas y un pupas, todos los caminos encajan y se monta una buena historia que ha encandilado a los televidentes desde 2016 y lo hará por lo menos una temporada más. 



Hasta ahora son tres temporadas un tanto irregulares. La primera temporada es la de la sorpresa y la que provocó el fenómeno Stranger Things. La segunda parte es, como suele ser habitual, de transición, más lenta, menos satisfactoria. La tercera temporada, con la adición del laboratorio soviético y el despegue de personajes como Steve y la aparición de Robin (protagonizada por Maya Hawke, hija de Ethan Hawke y Uma Thurman) como una fulgurante estrella.

Partiendo de la base de que la historia es bastante clásica y que los momentos climáticos de la primera y la segunda temporada son muy decepcionantes, la serie tiene un encanto indiscutible. Quízá porque tiene ese sabor a Los Goonies o Cuenta conmigo, con un grupo de chavales que se enfrentan a fuerzas y poderes más allá de su comprensión, pero con un sentimiento de fe y lealtad inquebrantables, con un espíritu de  no dejar a nadie atrás. 

 


Puede ser también porque los personajes son como tú y como yo. Niños, adolescentes, padres de familia... Son personas con sus miedos, sus alegrías, sus penas. Hay una sensación de cercanía con uno mismo que facilita la identificación.  

El resultado final es que entretiene. Una de esas series que gustan tanto a mayores como a pequeños y te mantienen sentado en el sillón. Probablemente tenga demasiado hype. Probablemente no merece el 8,8 que tiene hoy en imdb. Probablemente es una serie que hoy en día hay que ver, aunque las voces que hacen el doblaje de los chavales son, en su mayoría, horrendas y me crean una sensación de rechazo por algunos de ellos.  




1 comentario:

  1. Dado que siempre huyo de los doblajes desconzco la calidad de estos en esta serie. Para mí, esa nota cercana al 9 sí es bastante merecida a tenor del entretenimiento que ofrece, lo que sí tengo claro es que debieron finiquitar la serie en esta Temporada 3, pues dudo mucho que los chavales protagonistas puedan mantener ese encanto infantil-preadolescente en una cuarta temporada, ya que todos están en los 18 (menos el que hace de Will que creo es algo más jóven) y seguramente los creadores desearan hacerlos pasar por adolescentes de 14-15. Si es cierto que apetece mucho saber lo que ocurrirá con el personaje de David Harbour y los soviéticos....pero habrá que aguardar a ver que ofrecen. Saludos.

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